Michael Goldstein dice que se enteró por el periódico de que su cliente, el boxeador Julio César Chávez Jr., estaba acusado en un caso penal en México. Luego, vio una declaración de Claudia Sheinbaum. “Es una investigación de la Fiscalía que tiene que ver con delincuencia organizada”, dijo ella. “Se busca que se deporte a México”. Pero el trámite para detenerlo no pasó por los canales regulares, como una orden de detención con una ficha roja de Interpol y con fines de extradición, me confirmaron fuentes en el gobierno mexicano.

Hace una semana, Chávez Jr. perdió una pelea ante miles de personas en California. En la arena estaba su abogado penal, Goldstein, y varios terapeutas que le han ayudado en el último año. Dice Goldstein que Chávez los invitó para agradecerles su apoyo para lidiar con la ansiedad y la depresión, que casi lo llevaron al suicidio. Este lunes, la defensa de Chávez tiene cita en una corte penal en California. Allí, planean presentar evidencias de cómo su cliente ha mejorado. Pero Chávez no podrá asistir.

En 2019, dijo Sheinbaum, Chávez Jr. fue involucrado en una investigación de delincuencia organizada. Como publicó Reforma, en la acusación se le mencionó en llamadas telefónicas y se dijo que golpeaba a empleados del Cártel de Sinaloa. En 2023, en Sonora, un juez incluyó al boxeador en una orden de aprehensión. “La orden es por delincuencia organizada con el fin de traficar armas y cartuchos”, me dijo una fuente oficial. Según esta versión, la sospecha sobre el tráfico de armas provino de unos cateos. Sin embargo, Chávez estuvo en México durante meses después de la acusación, sin que nadie lo detuviera.

En los últimos años, me dijo su abogado, el boxeador ha tenido una vida muy pública en EU, inconsistente con un criminal que huye. En enero de 2024, la familia de Chávez Jr. en EU llamó a la policía. Creían que el boxeador podía cometer suicidio. Cuando las autoridades llegaron a su casa, encontraron un arma y se abrió un proceso penal que aún continúa. “Pero no se acusó a mi cliente de ser un peligro, sino que a su familia le preocupaba que atentara contra sí mismo”.

En los siguientes meses, Chávez Jr. ha ido a terapia y a grupos de apoyo. Goldstein me dijo que si hubiera sabido o sospechado que había una acusación tan grave en México, “(su cliente) no hubiera vivido en la misma casa, no hubiera asistido a una pelea multitudinaria ni hubiera hecho un entrenamiento público”, días antes de que lo detuvieran.

Esta semana, agentes migratorios llegaron a casa de Chávez Jr. El gobierno de EU anunció que preparaban una expulsión acelerada a México. Goldstein me dijo que los pocos detalles que se conocen de la acusación mexicana le parecen “una locura” y que no se le ha informado de ninguno por canales oficiales.

“No puedo responder sobre esa acusación en México porque no tenemos ninguna información de ella”, me dijo Goldstein. “Espero que la Presidenta sepa lo que es la presunción de inocencia y que una acusación no es lo mismo que probar un caso más allá de la duda razonable”.

Desde México, las autoridades dicen que esperaron más de un año a que terminara un trámite migratorio, que definiría si podría seguir viviendo en EU. “Se la pasaba allá (en EU), estaba tramitando su residencia”, me dijo una fuente oficial. Sin embargo, Chávez estuvo en México en enero de 2025, cuando entró a California desde Tijuana. Y las autoridades mexicanas no lo detuvieron.

Luego, en junio, EU le negó la residencia. “La ficha roja estaba en proceso pero no se va a alcanzar a emitir. Nos lo van a entregar en unos días porque su calidad migratoria se venció”, me dijo una fuente oficial mexicana.

“Mi cliente ha vivido en EU por años, está casado con una ciudadana estadounidense y estamos encaminándonos a que eliminen los cargos (de 2024) en su contra”, replicó Goldstein. “Su detención contribuye a una retórica peligrosa y a una acusación frívola que busca crear titulares y aterrorizar a la comunidad latina”.

Las autoridades mexicanas afirman que obtuvieron información comprometedora sobre Chávez Jr. en unos cateos en México. No queda claro por qué, en dos años, no lo detuvieron. Dicen que tiene una conexión criminal con el Cártel de Sinaloa. Pero falta mucho por ver y probar, porque en el expediente, hasta ahora, no queda claro cuál habría sido su colaboración con el narcotráfico, si hubo alguna.

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