Donald Trump vuelve a la carga en materia comercial. El mandatario firmó un memorando en el que ordena diseñar una nueva política de aranceles recíprocos, con la que pretende igualar los impuestos y tarifas que otros países imponen a Estados Unidos.

“Si nos imponen un arancel o un impuesto, nosotros les imponemos exactamente el mismo nivel”, declaró Trump desde la Oficina Oval, asegurando que la medida busca “equidad” y que ningún país podrá quejarse.

El presidente estadounidense insistió en que los aliados de su país suelen ser “peores que nuestros enemigos” en términos comerciales, y criticó duramente a la Unión Europea, a la que calificó como “brutal”.

La medida no solo afectará los aranceles tradicionales, sino que también incluirá barreras no aduaneras, como regulaciones extranjeras que penalicen productos estadounidenses o sistemas de impuesto al valor añadido (IVA).

Según un funcionario de la Casa Blanca, la revisión de las disparidades comerciales entre EE.UU. y otros países podría durar semanas o meses, pero no más. El objetivo es establecer tarifas personalizadas para cada nación.

Sin embargo, expertos advierten que la nueva política de aranceles podría tener efectos negativos en la economía estadounidense, generando inflación y encareciendo productos para consumidores y empresas en EE.UU.

Trump, sin embargo, se muestra confiado en que los precios bajarán con el tiempo y que la medida reforzará su autoridad sobre la economía. Mientras tanto, el mundo se prepara para un posible nuevo conflicto comercial con Estados Unidos.