En septiembre, a tres semanas de la elección interna del candidato presidencial de Morena, explotó el escándalo de un hackeo de seis terabytes de información de la Secretaría de la Defensa Nacional, los cuales fueron filtrados por el colectivo de piratas informáticos Guacamaya.
Dicho caso fue conocido como “Sedena Leaks”. Pese a que en ese momento se habló del general Luis Cresencio Sandoval, el extitular de Gobernación, Adán Augusto López, también recibió una parte de la atención cuando se revelaron los presuntos nexos del narcotráfico de quien había designado como titular de la Secretaría de Seguridad de Tabasco cuando fue gobernador.
Se trata de Hernán Bermúdez Requena, quien en dichos documentos fue señalado de operar para una organización criminal llamada “La Barredora”, una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Nada comprobado hasta ahora, pero el mismo personaje que hace una semana fue destituido en medio de nuevos rumores por su responsabilidad en el inusitado aumento de la violencia en Tabasco.
En plena época navideña, ardieron Villahermosa y Paraíso con bloqueos, motines en cárceles, muertos, secuestros express y una fehaciente pérdida del estado de derecho por algunas horas. En medio del caos y la confusión, el todavía secretario Hernán Bermúdez tuvo que desmentir que fuese objeto de un atentado contra su persona.
Y, tras la polvareda, inicia el 2024 con nueva información relacionando al equipo de Adán Augusto López con el crimen organizado, el cual ya había sufrido las consecuencias de esta campaña tras la muerte del empresario Daniel Flores Nava, cuya avioneta se desplomó en Veracruz cuando el exfuncionario federal hacia campaña para ser candidato presidencial.
De acuerdo con fuentes dentro de la cúpula de Morena a las que consultó esta redacción, por dichos rumores Adán habría responsabilizado al general Audomaro Martínez, director del Centro Nacional de Inteligencia, órgano de espionaje de la 4T, y tabasqueño con el que no guarda amistad alguna. Por el contrario, Audomaro pertenece al grupo de Javier May.
La disminución de la influencia del antes poderoso Secretario de Gobernación, perdiendo estrepitosamente en la encuesta de Morena y siendo aplastado por otros grupos en la repartición de candidaturas a las gubernaturas, sería -en opinión de Adán- fuego amigo y un episodio de la guerra intestina entre el morenismo en el gabinete y el obradorismo en campaña, como lo sacó a la superficie el caso de Sanjuana Martínez y Notimex.
Las mismas fuentes recordaron que Martínez Zapata tampoco es amigo del general Cresencio Sandoval, y fue objeto de vigilancia ilegal por parte del Ejército. “La paradoja del espía que era espiado”, se mofó Carlos Loret de Mola en una de sus columnas de El Universal donde sacó a la luz la mala relación de estos dos miembros de la cúpula militar mexicana. Adán y Cresencio siguen trabajando palmo a palmo, como los amigos que son y pese a los avatares electorales de la 4T.