Tras escándalos de corrupción de sus hijos, Rocha reajusta su gabinete para evitar filtraciones

No pasaron más de 24 horas del despido de Alejandro Higuera Osuna, como secretario particular del gobernador de Sinaloa, cuando Rubén Rocha se arrepintió de su decisión y lo reintegró a su equipo de trabajo, con tal apuro que le creó una nueva subsecretaría en la cartera de Turismo, la de Industria de Reuniones.
De acuerdo a la comunicación oficial del estado, Higuera Osuna (el «Diablo», como también es conocido en su estado natal), tendrá entre sus responsabilidades la organización de la próxima Reunión Internacional de la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe, a celebrarse en Mazatlán, Sinaloa, durante el mes de noviembre.
El relevo en la secretaría particular de Rocha Moya lo tomará Cynthia Gabriela Gutiérrez López, ex priista de cepa, que anteriormente se desempeñaba como jefa de la Oficina del Despacho del Ejecutivo.
«Los cambios son porque se requiere que haya empatía entre los funcionarios con el gobernador, cuando se empieza a perder la empatía, tenemos que hacer los cambios», aseguró el gobernador.
Y remató: «El motivo del cambio es que estoy haciendo ajustes y acomodos en este momento porque quiero trabajar a gusto».
Pero fuentes cercanas al gobierno revelaron a LPO que la verdadera razón de los cambios radica en la información delicada que ambos funcionarios tienen sobre la familia Rocha Ruiz.
El profesor tuvo cuatro hijos con su esposa Socorro Ruiz: Eneyda, Rubén, Ricardo y José Jesús. La descendencia del matrimonio se encuentra muy inmiscuida en contratos de obra pública en el estado.
En junio del presente año, el periodista Juan Manuel Partida exhibió en su columna para el medio La Gaceta las quejas en contra de la familia porque «acaparan ilegalmente para beneficio particular los contratos de obras públicas del Gobierno de Sinaloa».
Partida señaló especialmente a Rubén Jr. como el que «decide y manda» en la obra pública sinaloense, a través de su desarrolladora Constructora Chocosa.
Vale la pena recordar que no es el primer escándalo de corrupción que enfrenta Rubén Rocha Ruiz, pues cuando su padre fue asesor del ex gobernador, ex priista y actual embajador de México en España, Quirino Ordaz, fue acusado de recibir al menos siete contratos de obra pública, equivalentes a poco más de ocho millones de pesos.
Además, los cuatro hermanos fueron señalados, en junio del año anterior, de adquirir la mansión «La Primavera» por 12 millones de pesos.

Es evidente que razones sobran para que Rocha Moya mantenga a sus colaboradores más enterados de los negocios familiares, contentos y sin la «comezón» de contar más casos de corrupción en la familia. De ahí se explica que una asesora, sin conocimiento real del estado de Sinaloa, con un pasado priista recalcitrante, se mantenga en el círculo de poder más íntimo en el gobierno estatal.
Se debe apuntar que el gobernador sostiene una ola de despidos y reajustes en el equipo de gobierno en un estado que en los últimos 12 meses ha enfrentado el aumento en delitos como feminicidio, homicidio, robo y secuestro, de acuerdo a información del Consejo Estatal de Seguridad Pública.
Hoy por hoy, el estado se encuentra acéfalo en la Secretaría de Seguridad, pues el morenista despidió a Cristóbal Castañeda como encargado de dicha cartera. El propio Moya declaró que esperará a que el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval, designe al nuevo encargado.
«Todavía no hay nada, ayer me comuniqué con el general Sandoval, hicieron una convocatoria, estoy esperando», comentó Rubén.