El presidente Andrés Manuel López Obrador avanza decididamente en su objetivo de recuperar el control sobre los recursos de litio en México. En una reciente acción, el mandatario ha cancelado nueve concesiones que estaban en manos de Ganfeng Lithium, una de las principales empresas chinas en el sector del «oro blanco».
Esta decisión se enmarca en la estrategia del gobierno mexicano de asegurar la soberanía sobre sus recursos naturales, especialmente aquellos de gran valor estratégico como el litio. Este mineral, esencial para la fabricación de baterías recargables utilizadas en tecnologías verdes, ha experimentado un auge en la demanda global.
La cancelación de las concesiones a Ganfeng Lithium ha generado reacciones mixtas. Por un lado, se ve como un paso firme en la dirección de garantizar que los beneficios derivados de la explotación del litio se queden en México. Por otro lado, hay preocupaciones sobre cómo esta decisión podría afectar la relación comercial con China y la percepción de México como destino de inversiones extranjeras.
Ganfeng Lithium, con una presencia significativa en el mercado global del litio, había establecido operaciones en México con la expectativa de explotar y beneficiarse de los vastos yacimientos del país. La cancelación de sus concesiones representa un golpe para sus planes de expansión en la región.
El gobierno mexicano ha reiterado que su objetivo es garantizar que el litio, como recurso estratégico, sea explotado de manera que beneficie principalmente al país y a sus ciudadanos. Se espera que en los próximos días se den a conocer más detalles sobre cómo se gestionarán estos recursos y qué empresas podrán participar en su explotación.
La cruzada de López Obrador por el litio ha sido uno de los puntos más destacados de su administración en materia económica. Aunque la estrategia ha sido aplaudida por muchos sectores en México, también ha generado críticas y preocupaciones sobre su viabilidad a largo plazo y las posibles repercusiones en el ámbito internacional.