Salvador Allende, presidente chileno entre 1970 y 1973, es una figura que ha sido objeto de múltiples interpretaciones a lo largo de los años. Sin embargo, al conmemorarse el 50 aniversario de su muerte, es esencial recordar la realidad económica y política que enfrentó Chile bajo su mandato.
El gobierno de Allende, según analistas financieros, estuvo marcado por un profundo radicalismo que tuvo consecuencias económicas desastrosas para el país. Durante su administración, se lanzó un amplio programa de expropiaciones que llevó a la nacionalización de diversas empresas, desde negocios agrícolas hasta compañías mineras. A pesar de los aumentos salariales dictados por Allende, la inflación rampante consumió el poder adquisitivo de los trabajadores. En 1973, los salarios eran un 30% inferiores a los de 1970, y la inflación alcanzó un 605.9%. El déficit de las cuentas públicas se disparó del 2.7% al 24.7%, y las reservas internacionales cayeron de 320 a 36 millones de dólares.
En el ámbito político, la Cámara de Diputados de Chile declaró en agosto de 1973 que el gobierno de Allende había violado gravemente la Constitución chilena. El 63% de los diputados acusaron al presidente y su gobierno de múltiples violaciones, incluyendo el amparo de grupos armados, la tortura, detenciones ilegales, y la mordaza a la prensa libre. Esta crisis política culminó con el golpe de las Fuerzas Armadas y el suicidio de Salvador Allende.