Taddei por la rifa del tigre

Todo hace indicar que AMLO volvió a adelantar la sucesión presidencial. Y al parecer no hay sorpresas: La favorita, Claudia Sheinbaum, ganará una adelantada encuesta y Marcelo Ebrard, confiado en contar con más tiempo para recorrer el país para captar simpatías dentro y fuera de Morena, tiene todo en su contra para remontar a la elegida. Así se cumpliría la vieja sentencia: El poder se hereda a los hijos, no a los hermanos.

Después de las elecciones en Edomex, en cualquier momento se viene la encuesta de Morena para la grande. Sería entre julio y agosto. Y ya cumplido ese proceso Morena experimentará lo registrado en el PRI por varias sucesiones presidenciales: Divisiones, pleitos con cuchillo y el clásico transfuguismo electoral.

El punto es que una vez definida la candidatura presidencial se viene en cascada la pelea por las posiciones más importantes en los estados del país. La más codiciada, la de senador o senadora. En Sonora el partido en el gobierno tendría como su carta más fuerte a Jorge Taddei, quien tendría el aval de AMLO y obviamente de su jefe político el gobernador Alfonso Durazo.

Por la equidad de género una mujer tendría que ser su compañera de fórmula. La elegida podría ser Célida López, una hibrida política que cuenta con la aprobación del presidente Andrés Manuel López Obrador.

¿Sus rivales?

No hay mucho de dónde escoger. Si acaso Toño Astiazarán, otro hibrido político, claro, si vence a sus rivales en el PAN. Por el PRI el único que podría sacar la cara es Bulmaro Pacheco.

El Pato de Lucas le haría la lucha por Movimiento Ciudadano, con pocas posibilidades, pero el tránsfuga tricolor es bueno para hacer campañas.

En el escenario se ve al grupo compacto del ex gobernador Guillermo Padrés queriendo volver por sus fueros. De entrada su representante sería Célida López pero no hay que descartar otras sorpresas, con elementos más jóvenes.

Lo interesante en Sonora es que las ideologías salen sobrando. Hay en juego intereses y punto. Durazo y Padrés listos para repartir el juego.

Otro punto de interés es que hay sequía de jóvenes valores. El entreveramiento generacional hace rato que no funciona por estas tierras. Los relevos escasearon con Claudia Pavlovich y ahora con Durazo se repite la historia. Por falta de talento o de oportunidades, quién sabe. Pero al parecer hay inconformidad entre la juventud morenista porque la fila nomás no avanza.

En breve habrá movimientos por todos lados. No hay que ser adivino. Es la liturgia política. O la política como liturgia.

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