Lo del presidente López Obrador en contra del Poder Judicial ya es obsesión. A la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Norma Piña, la trae atorada. Ha dejado claro que no la soporta desde que la juzgadora se quedó sentada cuando él entró al Teatro de la República de Querétaro para presidir la celebración del aniversario de la Constitución. “A lo mejor estaba cansada”, dijo, con sorna, al día siguiente.
López Obrador ignora deliberadamente que vivimos en un país con división de Poderes y no en una autocracia, donde se hace la voluntad de un solo hombre.
A la ministra Piña le dio ayer trato de cómplice de los criminales. “Apenas llegó la nueva presidenta y se desata una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes”, dijo en la mañanera. Mencionó positivamente a su cuate Arturo Zaldívar, al que apoyó, sin éxito, para que extendiera su mandato como presidente de la Suprema Corte. Dijo: “Cuando estaba el ministro Zaldívar había un poquito más de vigilancia sobre los jueces…”.
Ilustró sus afirmaciones con dos casos: el amparo que cancela definitivamente la orden de aprehensión en contra del exgobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca, y el hecho de que un juez haya descongelado las cuentas a la esposa de Genaro García Luna, a pesar del veredicto en Nueva York. Quiere crear desconfianza en el Poder Judicial, cuyo control perdió con la llegada de Piña.
* Escuché a Epigmenio Ibarra, en el espacio que tiene con Ciro en Radio Fórmula, afirmar que la ejecución de cinco jóvenes en Nuevo Laredo, Tamaulipas, “está ligada a la declaración de guerra de Felipe Calderón” al crimen organizado.
No está de más recordar que Calderón dejó la Presidencia de la República el 1º de diciembre de 2012, hace ya más de una década. López Obrador está ya en su quinto año de gobierno y la violencia está peor que nunca. López Obrador no sólo mantuvo la estrategia del panista de encargar a los militares en la lucha contra el crimen, sino que la reforzó, pero con un candado que inhibe el uso legal de la fuerza : “Abrazos, no balazos”.
Eso se ha traducido en múltiples agresiones contra los soldados-policías que hemos visto huir para no accionar sus armas, pero no en menos homicidios dolosos. Van más 141 mil en lo que va de su sexenio y contando…
Nada justifica la masacre de Nuevo Laredo. La versión que dio la Sedena parece un cuento. Dice que los jóvenes iban a alta velocidad y sin luz, que los soldados escucharon de repente un “estruendo” y accionaron sus armas. Hasta donde se sabe los chavos no traían armas ni droga. Sin prejuzgar, parece un abuso de poder. Al senador Emilio Álvarez Icaza, a quien López Obrador calificó ayer de “falsario”, le preguntamos sobre la postura de Epigmenio. “Con el discurso del pasado legitiman las violaciones del presente”, dijo tajante.
Y pasó a hacer un balance de cómo estamos con la 4T: “Este gobierno va a terminar con más desapariciones que ningún otro. Más homicidios a periodistas, a defensores de derechos humanos, más homicidios en general. Hoy estamos peor que con Calderón”.
Otro senador del Grupo Plural, Gustavo Madero, también opinó sobre lo dicho por Epigmenio. “Están a punto de salir dentro de año y medio y se la van a pasar explicando al mundo a partir de lo que sucedió, no con Peña Nieto, sino con un sujeto que gobernó entre 2006 y 2012”.
* Xóchitl Gálvez narra que le dijo a Yadira Alarcón, elegida ayer por el pleno del Senado como nueva comisionada del Inai, que había llegado a su cargo “por una componenda”.
La senadora se refería al acuerdo alcanzado por los coordinadores en la Junta de Coordinación Política de la Cámara alta que resultó también en la elección de Rafael Luna para cubrir las vacantes que le faltan al instituto.
Prevaleció la lógica de “cuates y cuotas”, para decirlo en palabras del panista Damián Zepeda. No quedaron los aspirantes mejor calificados por los “vetos”.
Ni Alarcón, ligada al PAN ni Luna, a quien se le vincula con Monreal, estuvieron entre los 10 mejores en las evaluaciones que se les hicieron a los aspirantes.
El caso de Luna es una joya. De los 48 perfiles analizados quedó en el lugar 47. Sacó 14 de 24 puntos posibles.
La citada Xóchitl Gálvez, secretaria de la Comisión Anticorrupción de esa Cámara, le dedicó 30 horas de trabajo al análisis de los currículums. En sus calificaciones le puso “cinco ceros” a Luna.
Eso la llevó a coincidir, por primera vez en lo que va de la Legislatura, con el senador César Cravioto, cabeza visible del grupo más radical en la bancada de Morena en la Cámara alta.
El Inai es el órgano que se encarga de garantizar a los mexicanos el acceso a la información y la transparencia. Estaba por ser declarado inoperante, porque se iba otro comisionado a finales del mes que inicia. Habrían quedado sólo cinco.