El desprestigio de los legisladores va en aumento. Por eso el mexicano común no confía en ellos y ellas. Y, bueno, el reciente albazo de los senadores, en el que en una noche y madrugada aprobaron 20 leyes por la vía rápida, sin la presencia de la oposición, confirma que el país estaría mejor con un Poder Legislativo reducido, con un senador por estado.
¿Para qué queremos más?
La mayoría de los legisladores están simplemente para levantar el dedo.
Por eso es necesaria una reforma para acabar con los parásitos legislativos, el financiamiento a los partidos políticos y la reducción de los millonarios sueldos en la alta burocracia.
Claro, en lo federal y estatal.
Porque lo sucedido en la vieja casona de Xicoténcatl, donde los obedientes senadores sacaron al vapor 20 leyes, dos de ellas reformas constitucionales, dejó todo un marco de presuntas violaciones en los procesos legislativos. Por ello se impugnaron 19 de las 20 reformas que aprobó la mayoría de Morena y aliados.
Como botón de muestra reportan que el quórum se logró gracias a que la senadora Claudia Balderas, quien se encontraba en una reunión interparlamentaria en Bruselas, desde tierras belgas pidió licencia por tiempo indefinido para separarse del cargo y rápidamente entró al quite su suplente, Tanya Carola Viveros, para rendir protesta y así alcanzar la mágica suma de 65 senadores que se requerían para el albazo legislativo.
Por ese simple hecho podría echarse abajo toda la sesión legislativa del viernes y madrugada del sábado.
Ahora bien, si le suena el nombre de la senadora Claudia Balderas le recordamos que es la misma persona que se vio involucrada en un pleito por no pagar la renta de una casa en la ciudad de México.
Su honradez y ética en su vida personal la lleva a su trabajo legislativo.
Bueno, cada pueblo tiene a los legisladores que merece.
A ver cuándo viene una verdadera reforma que termine con los parásitos legislativos.
Pero esto no sucederá mientras los partidos sigan dominando el sistema político mexicano.
Para ello se necesitaría un levantamiento, una revolución pacífica. Pero desgraciadamente no hay líderes con tamaños suficientes ni con poder de convocatoria para una protesta de las masas.
A ver cuándo… a ver cuándo.
A propósito, ¿cuándo aparecerá un verdadero líder de masas en Sonora?
Hace falta, sin duda.