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Foto del avatar About Carlos Loret de Mola

Es uno de los periodistas mexicanos más influyentes de la actualidad. Tiene más de 9 millones de seguidores en Twitter, es colaborador del Washington Post, su programa de radio vespertino en W Radio es líder de audiencia, escribe la columna de opinión más leída del país en el periódico El Universal y hace poco más de dos años fundó el proyecto periodístico digital Latinus.

Harfuch, fuera del país tras amenaza

Omar García Harfuch tuvo que salir del país intempestivamente. Fue mucho más que unas vacaciones largas o adelantadas. La semana pasada, según nos cuentan fuentes que vivieron el episodio de primera mano, el hombre fuerte de Claudia Sheinbaum para temas de seguridad recibió una llamada de emergencia: el Centro Nacional de Inteligencia había detectado que el Cártel Jalisco Nueva Generación había desplazado a la Ciudad de México un comando de sicarios con el objetivo de terminar el “trabajo” que dejaron incompleto en junio de 2020: matar a Harfuch.

Según las mismas fuentes, fue el propio general Audomaro Martínez Zapata, cabeza del Centro Nacional de Inteligencia (CNI, antes Cisen), el que tuvo contacto con García Harfuch para notificarle de esta información que obraba en su poder. Y le dio una recomendación: sal del país de inmediato. García Harfuch se puso en contacto con su jefa, Claudia Sheinbaum, le explicó la situación, y ella le dio luz verde. Sin chistar, el exsecretario de Seguridad Ciudadana de la capital del país tomó vuelo a Europa.

Para el régimen, la amenaza contra Harfuch se trata de un asunto especialmente grave y delicado. Que le suceda algo a Omar García Harfuch, además de la lamentable tragedia personal, significaría también un golpe político brutal para el gobierno y para el partido, en plena campaña. Harfuch ganó la encuesta para ser candidato de Morena a jefe de Gobierno de la Ciudad de México, se la quitaron por órdenes del presidente AMLO, pero la precampaña le dio una visibilidad aún mayor a la que tenía, se volvió una figura política de primera fila y ahora encabeza la fórmula del oficialismo para el Senado en el 2024. Por si eso no bastara, en la opinión pública se da por hecho que sería el secretario de Seguridad federal o el Fiscal General si Sheinbaum gana la elección presidencial. Cualquier cosa que le pase exhibiría la debilidad del gobierno, de su estrategia contra la violencia, la vulnerabilidad de la candidata presidencial y tiene el destructivo potencial de sacudir el tablero de las campañas.

No ha sido la primera alerta de riesgo que recibe Harfuch desde que en junio de 2020 el Cártel Jalisco Nueva Generación le disparó 600 balas al salir de su casa en las Lomas de Chapultepec de la Ciudad de México. Según me informan, ha recibido tres o cuatro en distintos momentos, pero una de las fuentes asegura que esta ha sido la de mayor peligrosidad y por la temporada en que sucede, sin duda se trata de la de mayor impacto político, porque en los últimos meses Omar García Harfuch pasó de ser un muy conocido jefe policiaco de uniforme a un político de traje y corbata que ya juega en otra liga de poder en México.

Desde mi punto de vista, el puro hecho de que haya tenido que salir del país a quien el oficialismo presenta como su hombre fuerte de seguridad para el periodo 2024-2030, dice mucho del estado de cosas en México y en la capital que gobernó en los últimos años la candidata presidencial.

El “trepidante” cierre de año de la 4T

Inauguran el Tren Maya. Es el símbolo de cómo las cosas no han cambiado. Los empresarios de siempre recibieron los millonarios contratos de siempre para hacer una obra que como siempre es capricho del presidente. La inauguración pudo haber sido la de cualquier sexenio: los mismos invitados sonriendo para las mismas fotos. López Obrador prometió que no se iba a cortar un solo árbol. Cualquier fotografía aérea exhibe cómo rasuraron la selva para poner las vías. El presidente dijo que el tren iba a costar 150 mil millones de pesos. Va en más de 500 mil millones. El gobierno y sus propagandistas, excitados al máximo, reclamando que se le otorgue el lugar “histórico” que merece la inauguración de un tren. Al día siguiente, falló el tren.

También inauguraron el aeropuerto de Tulum que tenía goteras y solo cuenta con cuatro vuelos, y el acueducto de la presa El Cuchillo II en Nuevo León, que costó cuarenta por ciento más de lo prometido.

Los rehenes de Texcaltitlán. Esta semana las conferencias mañaneras duraron casi 11 horas en total. De esas, se dedicaron cuatro minutos al informe oficial sobre lo sucedido en Texcaltitlán, Estado de México. Campesinos, abandonados por el gobierno y hartos del cobro de piso por parte de la Familia Michoacana, tomaron las armas y enfrentaron a los narcos. En represalia, el cártel secuestró a 10 personas, entre ellas un bebé, dos niñas y un niño. Son rehenes. Llevan 10 días en cautiverio. A cambio de su liberación, el cártel pide que les entreguen a 4 líderes campesinos a quienes ubican como quienes los atacaron. El presidente calla. También el secretario de la Defensa. La gobernadora, hasta después de que nosotros revelamos el hecho, declaró que no eran rehenes ni secuestrados, sino desaparecidos. No están desaparecidos: los tiene el cártel, son sus rehenes y está claro lo que piden a cambio.

Las que sí son personas desaparecidas, fueron vueltas a desaparecer por el gobierno. El régimen rasuró el padrón de personas desaparecidas y lo bajó unilateralmente de 110 mil a 12 mil.

“Rápido y curioso”. El gobierno de AMLO accedió a que entraran 5 toneladas de cocaína a México para seguirles la pista y descubrir las redes de tráfico. Lo reveló EL UNIVERSAL con base en documentos oficiales. Ha de ser duro para el presidente y sus propagandistas, que tanto criticaron el idéntico operativo Rápido y Furioso que permitió el paso de armas.

Lenia Batres sólo tiene un mérito para ser ministra de la Suprema Corte de Justicia: es 100% fiel a López Obrador. Pertenece a la realeza del obradorato, familias que han vivido de la política desde hace décadas. El presidente tenía mejores opciones. Había abogadas y abogados de izquierda, con prestigio y nombre propio, que hubieran sido propuestas inobjetables. Pero el presidente no quería una ministra independiente, quería una operadora política en la Corte. En 1998, Lenia Batres criticaba así las nominaciones a la Corte: “es el colmo que sí tenga, el Poder Ejecutivo, todavía capacidad para nombrar, para proponer y nombrar de hecho… Es obvio que el Poder Ejecutivo tiene conocidos, tiene gente recomendable y la recomienda y pues eso no garantiza la autonomía que nosotros necesitamos”.

Se cumplió un año del atentado contra Ciro Gómez Leyva. La ineficacia de Claudia Sheinbaum, Martí Batres, Ernestina Godoy, Gertz Manero y López Obrador ha impedido que sepamos quién lo mandó matar y por qué. Y el presidente, en cada mañanera, legitima la violencia contra los periodistas.

Sembrando Muerte: los campesinos se hartan de la violencia del obradorato

Los campesinos tomaron las armas porque el gobierno no los defiende de los narcos. Hartos de las extorsiones de La Familia Michoacana decidieron enfrentarlos a balazos. Son “pueblo bueno, pueblo sabio”. No son fifís, fachos ni conservas. No son machuchones, corruptos, traficantes de influencias ni perdieron sus privilegios porque nunca los han tenido. Son campesinos. Son los que tendrían que estar felices por Sembrando Vida. Por la Pensión para Adultos Mayores. Por las Becas del Bienestar. Pero no están felices. Los narcos los tienen sometidos y el gobierno los tiene abandonados. Los narcos les suben cada día más la cuota de la extorsión, el derecho de piso. Y el gobierno permite a los narcos que cobren y actúen a sus anchas porque no se mete con ellos, porque la estrategia es no confrontar, porque ahí donde manda el narco curiosamente siempre gana Morena. Así que el gobierno da abrazos a los narcos. Y los narcos dan balazos a los campesinos. Hasta que un día, los campesinos de Texcaltitlán, Estado de México, dijeron ya basta. Y estuvieron dispuestos a dar su vida para hacer lo que el presidente no quiere hacer: enfrentar a los criminales que tienen sometidos a los ciudadanos. Varios campesinos cayeron. En Texcaltitlán los consideran héroes. Fueron más muertos del lado del cártel.

López Obrador reaccionó siguiendo el manual que le dejaron Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto: cuando hay un episodio de violencia, manda un montón de soldados, apágalo, y luego saca a los soldados de ahí, llévalos a apagar otro incendio aunque se te vuelva a quemar el que estás dejando. Así que llegaron 600 soldados a Texcaltitlán. Y luego fue la gobernadora con sus camionetotas, bien cuidada. Muchos lugareños prefirieron quedarse en sus casas porque ya se la saben: el presidente dejará de hablar de ellos, la prensa volteará a otro lado, la gobernadora no regresará, se irán los 600 soldados y volverán los narcos a ajustar cuentas con los que “rajaron”. Y a rascarse sin uñas: en el reporte de Sedena hackeado por Guacamaya se informa que en el municipio hay 15 policías y 14 patrullas, de las cuales 10 están en el taller.

Texcaltitlán es el símbolo de cómo ha fallado la estrategia de seguridad en el sexenio. Gracias a los hackers-activistas del Grupo Guacamaya, que lograron penetrar los servidores web del Ejército mexicano, hoy sabemos que la Secretaría de la Defensa Nacional tenía desde hace año y medio una radiografía perfecta de lo que pasaba en Texcaltitlán: las redes de vínculos de los narcos, fotografías, informes, documentos, organigramas criminales, testimonios de cabecillas del cártel relatando cómo sometían a la población, cómo los obligaban a comprarles a ellos los productos de la canasta básica, cómo los narcos la hacían de todo: eran el gobierno, los empresarios, la policía, el SAT. Y cómo la población estaba indefensa.

El gobierno federal lo supo desde junio de 2022. Pero no hizo nada. Ahora le toca lidiar con el fracaso. Y con los muertos. ¿De qué lado está el presidente? En la mañanera siguiente, dio el pésame al Chapo Guzmán por la muerte de su señora madre en Sinaloa, pero no a los deudos de Texcaltitlán en el Estado de México.

Frase por frase, cómo AMLO tropieza con su hijo Andy

“Un reportaje de Loret de Mola, ¿eso para qué se va a aclarar?”.

69 minutos después de decir esto, el presidente López Obrador hablaba en la mañanera del viernes sobre el reportaje El Clan presentado en Latinus en el que se exhibe, con documentos y grabaciones de conversaciones telefónicas, que Amílcar Olán, íntimo amigo de su hijo Andrés “Andy” López Beltrán, recibió un contrato de 300 millones de pesos del gobierno morenista de Quintana Roo.

“Que mi hijo Andrés tiene un amigo y ese amigo recibió contratos en Quintana Roo, y ‘¡qué barbaridad!’ Pues, yo soy amigo de muchísima gente que reciben contratos. ¿Y yo qué tengo que ver?”.

La empresa se fundó este sexenio. En 2021 tuvo ingresos por 73 millones, en 2022 por 304 millones y en 2023 va por 500 millones tan solo en UN gobierno estatal de Morena. El contrato lo resolvieron en unas cuantas horas y tuvo vigencia de 4 días. 300 millones por 4 días de venta de medicinas y material de curación. Pero en la dirección de la empresa hay una tienda de pisos y azulejos.

“¿Está boletinada la empresa? SÍ, pero entonces, ¿qué tiene que ver mi hijo?”.

Como acepta el presidente, la empresa del íntimo amigo de su hijo resultó beneficiada a pesar de que Cofepris la tenía boletinada en su lista de distribuidores irregulares.

“Si demostraran de que él es socio de la empresa, que hay un escrito en donde él le pide al gobierno de Quintana Roo que le den el contrato, él recomienda”.

Como si en México la corrupción se dejara por escrito. Diría el clásico: si no se le acusa de tonto, se le acusa de corrupto.

“Ni amiguismo, ni influyentismo, ni nepotismo, ni corrupción”. Lo que revela El Clan es justo eso: amiguismo, influyentismo, nepotismo y corrupción. ¿A poco un empresario cualquiera se atreve a mangonear a un secretario de Finanzas o a una gobernadora, como lo hace Amílcar Olán en las grabaciones presentadas? Lo hace porque se sabe influyente, se sabe poderoso y se sabe impune.

“Dice tener 40 horas de grabación, presidente”, le preguntaron. “Pues que las dé a conocer todas”, contestó.

Descuide, como se anunció, el del miércoles es solo el primer capítulo del serial de reportajes El Clan en los que se radiografía cómo funciona la corrupción en el gobierno de López Obrador: organizada por sus hijos y canalizada a través de sus mejores amigos.

“Mi hijo Andrés no es como Loret de Mola”. Tiene razón el presidente. Sus hijos son traficantes de influencias que viven como millonarios sin trabajar. Yo he trabajado más de 20 años de cara al público. Yo nunca he ayudado a mis amigos a conseguir contratos. Yo no soy coyote del gobierno de mi papá. Yo no vivo en casas de contratistas del gobierno de mi papá ni recibo sobres amarillos con dinero en efectivo.¿De dónde sacan sus hijos para los camionetones que traen, para las vacaciones esquiando en Aspen, quién paga los boletos de avión en primera clase, la ropa de diseñador, las cuentas en los restaurantes?

El presidente me insulta y calumnia porque no puede desmentir un renglón del reportaje: nunca dice que las grabaciones no son reales, que los documentos son falsos, que el contrato no existe, nunca dice que el beneficiario no es amigo íntimo de su hijo. Y como no puede desmentir, trata de intimidar para callarnos. Aquí se topa con pared.

SACIAMORBOS

¿Y el depa nuevo?

El primer capítulo de El Clan

Un hombre llamado Amílcar Olán, íntimo amigo del hijo del presidente López Obrador, habla por teléfono. Se expresa con el desparpajo de quien se sabe impune. Relata los 500 millones de pesos que se va a ganar nada más este año en contratos con tan solo uno de los gobiernos morenistas, el de Quintana Roo. Detalla sus reuniones con el secretario de Finanzas del estado. Y remata: “yo no quiero que me vengan a observar (los de la Auditoría), a venirme a decir una mamada la gobernadora (Mara Lezama) que le debo una aspirina o una venda”.

Amílcar Olán lo platica por teléfono y luego todo sucede en la realidad. El íntimo amigo de Andy López Beltrán, hijo del presidente de México, tiene a los astros del obradorato alineados. Le resuelven una licitación en unas cuantas horas. Le dan 300 millones en tan solo cuatro días. La empresa que usa para beneficiarse de la venta de medicamentos tiene la dirección donde está una tienda de azulejos… en Tabasco. Le pagan por adelantado. Y no lo andan molestando con los “entregables”: que no le den lata las auditorías, que no le vengan con que debe una aspirina o una venda.

Así opera la corrupción en el gobierno de López Obrador. Latinus tuvo acceso a 40 horas de grabaciones telefónicas y decenas de documentos que radiografían los alcances de la corrupción en el actual sexenio y cómo los hijos del Presidente y sus amigos tienen metidas las manos en todo: Dos Bocas, el Tren Maya, el sector salud, los estados que gobierna Morena.

Los audios de las llamadas telefónicas a las que tuvo acceso Latinus son escandalosamente burdos, explícitos, flagrantes. Contratos, millones, moches. Funcionarios del gobierno, altos mandos militares, empresarios consentidos, jóvenes que se volvieron millonarios de la noche a la mañana gracias a una sola característica: son amigos de los hijos del Presidente.

Anoche presentamos solamente el primer capítulo de El Clan, un punto de partida de lo que será un serial de reportajes especiales para desnudar la forma como se organiza la corrupción en la 4T desde la familia presidencial. La primera pieza, del reportero Mario Gutiérrez Vega, sirve para ubicar a un personaje que será clave en El Clan (Amílcar Olán) y para exhibir cómo fluyen cientos de millones en contratos literalmente en unas cuantas horas. Y es tan solo un estado de los 23 que controla el obradorato.

SACIAMORBOS

La presentación de los reportajes no será continua. Hay que dejar que cada capítulo sude sus consecuencias. El siguiente, en enero.

Claudia recicla el disfraz de moderada, pero Xóchitl…

Ya se echó a andar la estrategia para presentar a Claudia Sheinbaum como una izquierdista moderada, pragmática, que ha aprendido y madurado con los años en el templete.

Es lo mismito que hizo AMLO en el 2018 y le funcionó: echó mano de algunos personajes con buena fama pública, hizo creer que ese sería el tono de su administración y una vez que le sirvieron para conquistar a un electorado que le tenía miedo, los desechó.

El equipo que definirá el proyecto de nación de Claudia lo encabeza el doctor Juan Ramón De la Fuente. López Obrador hasta lo nominó de secretario de Gobernación en aquel “gabinete legítimo”. A la hora de la hora lo mandó a Nueva York a la ONU. Ni siquiera una Secretaría de Estado. Figura también Gerardo Esquivel. AMLO coqueteó con ponerlo de secretario de Hacienda, al final lo puso de subsecretario, lo maltrató, lo empujó al Banco de México de subgobernador, no lo nominó para gobernador y ni siquiera lo refrendó en el cargo. Terminó saliendo del gobierno. Está Olga Sánchez. El presidente la puso de secretaria de Gobernación, le quitó poder hasta exponerla a que la llamaran duramente “florero” y a los tres años la regresó al Senado. AMLO tenía al exministro Genaro Góngora, Claudia a Zaldívar. AMLO a Germán Martínez, Claudia a Javier Corral. Si él incorporó al expriista Bartlett, ella al expriista Murat. ¿Más evidencias? Apenas hace unos días Sheinbaum bajó de nivel al radical Fernández Noroña, y nombró vocera a Tatiana Clouthier, quien le ayudó a López Obrador a presentar una mejor cara, que fue central en su triunfo y a la que luego desdeñó en la Secretaría de Economía de la que renunció a la mitad del sexenio en una despedida que también se vio como maltrato.

Están repitiendo el método. Tiene lógica: si ya les funcionó una vez, por qué no intentarlo de nuevo. A ver si Claudia luego prescinde de sus servicios.

En la operación “disfracemos a Claudia de moderada” intervienen también medios de comunicación afines, intelectuales a sueldo, periodistas funcionales y empresarios que amarran contratos. El mensaje será uno: ella no va a ser como AMLO, ella es diferente, ella no es tan radical.

Sería de pastelazo… pero al día siguiente Xóchitl Gálvez “sacudió” a la opinión pública al anunciar su equipo: una predecible baraja de políticos desgastados… ¡y sus hijos! Sí, dio a sus hijos cargos oficiales en la campaña. Ni AMLO se atrevió a tanto.

Xóchitl sabe que cuando un familiar de un político pone un dedo en recursos públicos, es cancha reglamentaria para el escrutinio de periodistas y el golpeteo de rivales. Ella fue una voz relevantísima en exigir cuentas por la Casa Gris de José Ramón López Beltrán. Xóchitl sabe también que lo que interrumpió el ascenso de su candidatura fue el tema de los contratos con la empresa familiar. Dar a sus hijos cargos en su campaña acentúa una vulnerabilidad que no fue eficaz en resolver. ¿Sus argumentos? Que por qué ella no puede echar mano de sus hijos y Samuel sí de su esposa Mariana, que ella hace lo que todos los políticos nada más que es transparente, y garantiza que no ocuparán cargos en un eventual gobierno. Me sigue pareciendo un error, más en ella. Salvo que no confíe en nadie más, y entonces es un síntoma de que la crisis en esa campaña es peor de lo que imaginamos. ¿Creen que no pueden desplomarse? Claro que sí, y hasta comprometer el que hasta hoy ha sido el principal logro de la oposición: alejar a Morena de la mayoría calificada en el Congreso.

10 conclusiones del caso Samuel

1.- ¿A qué le teme Samuel? Fue capaz de renunciar a su aspiración presidencial con tal de no dejar el gobierno de Nuevo León en manos de nadie que no fuera suyo. ¿Pues qué esconde? ¿Qué cadáveres tiene en el closet? ¿O esperaba que el presupuesto estatal fuera la gasolina para la campaña?

2.- Samuel García, que dice representar la “nueva política”, opera con las prácticas más viejas: en un comunicado absolutamente inusual el Consejo de la Judicatura Federal denunció la intimidación contra sus integrantes, súmele la persecución a opositores y familias y el envío de un contingente para romper la sesión del Congreso local.

3.- Samuel no supo negociar. Y creyó que con argucias de coyote de juzgado iba a salirse con la suya. Más que nueva o vieja política lo que hay es mala política.

4.- Ni es el desafuero, ni Samuel es AMLO. Justo lo contrario: a López Obrador lo querían sacar de la boleta, a Samuel le aprobaron la licencia para que compitiera y hasta se resistieron un par de días para se quedara en la contienda presidencial. Si Samuel no estará en la boleta es porque no quiso.

5.- El berrinche. Ya que decide no buscar la Presidencia, publica un video diciendo que se queda de gobernador para no descuidar su estado. Es el niño chiquito al que descubren sus papás en la travesura y trata de cambiar los hechos que todo mundo vio.

6.- Las cabezas de los partidos, a quienes siempre se ningunea y minimiza, supieron operar. Marko Cortés, del PAN, y “Alito” Moreno, del PRI, le tendieron la cama a Movimiento Ciudadano. Le desarticularon a su precandidato y encima, hicieron ver a MC como un ala de Morena. Quien se quede con la candidatura presidencial de MC tendrá que batallar contra una percepción de que son unos esquiroles del gobierno. Con ello disminuyen la amenaza de perder segmentos del electorado que buscaban una oposición que no fuera regresar a los partidos de antes.

7.- Morena tendrá desde el norte del país a un golpeador constante del Frente opositor. El presidente López Obrador tiene a la oposición dividida y peleando entre ellos mientras su candidata se placea cómodamente arriba en las encuestas.

8.- Estos 10 días de Samuel (y Mariana) nos demostraron que las campañas sí importan y que nada está definido. Duró unos cuantos días la aspiración de Samuel. Es cierto. Pero en ese tiempo, supo con sagacidad robar los reflectores, adueñarse de la conversación y obligar a sus contendientes Claudia y Xóchitl a hablar de él.

9.- Xóchitl Gálvez podría aprovechar esta oportunidad para salir del marasmo. (No importa cuándo lea usted esto). Su base despertó ante el descaro del caso Samuel. Una gasolina que su campaña no había tenido hace tres meses. Puede aprovechar para mostrarse presidenciable, como la única posibilidad seria de gobernar apegada a la ley y unificar a todos aquellos que no están viendo en Morena la solución.

10.- Aunque ahorita esté pasando por el duro trance del ridículo público, la política siempre da segundas oportunidades. AMLO después de clamar fraude, bloquear Paseo de la Reforma e instalar una ridiculez llamándose “presidente legítimo” se volvió el político con más negativos de todo el país. Era el 2006. Hoy es un presidente con buen nivel de popularidad.

10 rounds por Tijuana, exboxeador vs. alcaldesa

La novela de Morena contra Morena tiene muchos capítulos. Uno de los más intensos se vive en Baja California. Los protagonistas: el polémico exgobernador Jaime Bonilla, amigo y financiador del presidente AMLO, y Marina del Pilar Ávila, la gobernadora actual. El primero llegó al grado de acusar a su sucesora de encabezar un cártel del narcotráfico y ella ha respondido con un rosario de expedientes por corrupción.

Luego están los personajes secundarios, que van adquiriendo relevancia conforme avanza la trama: la presidenta municipal de Tijuana, Monserrat Caballero Ramírez, es del grupo de Bonilla y mantiene también un pleito casado con la gobernadora, al grado que se volvió famosa por irse a vivir a un cuartel militar denunciando la insoportable inseguridad en la entidad. Cómo estará de agria la disputa entre estas dos mujeres que incluso en una visita, el presidente López Obrador las forzó para que públicamente se dieran un abrazo.

El próximo round entre estas dos morenistas está delineado para el 2024. Marina del Pilar y su esposo Carlos Torres, operador central de su administración, están impulsando al famoso excampeón mundial de boxeo, Erick “El Terrible” Morales, para que busque la presidencia municipal de Tijuana en las próximas elecciones, a través de Morena.

Es un claro desafío para la actual alcaldesa, pues tiene la oportunidad de reelegirse. En circunstancias normales, la gobernadora apoyaría la reelección de una alcaldesa de su mismo partido, sobre todo si es de la ciudad más importante de su estado. Aquí le está jugando las contras con un personaje sumamente popular, pero que no cuenta con experiencia de gobierno.

Para apuntalar su fuerza de grupo, la pareja Marina del Pilar-Carlos Torres se ha rodeado de expanistas como Jorge Ramos y Gerardo Álvarez. Y al “Terrible” lo arropa el controversial teniente coronel Julián Leyzaola, secretario de Seguridad de Tijuana en 2010, quien parece interesado en volver a esa misma arena.

Pleitos de Morena contra Morena existen a manos llenas en el país. Pero en este de Baja California, aplica mejor que en cualquier otro el grito del legendario: ¡hay tiro!

SACIAMORBOS

Cuatro días de crisis para Delfina Gómez. Todo iba marchando bajo control en sus primeros tres meses de gobierno, pero entre viernes y martes, dos golpes a la gobernadora morenista del Estado de México descompusieron el panorama. El viernes, la pifia en el operativo para detener al presidente municipal priista de Toluca (de esto trató esta columna ayer). Y el martes, se fue del gabinete Higinio Martínez, figura histórica de PRD-Morena en Edomex y padrino político de la propia maestra Delfina. Cuentan que el pleito fue por el reparto de candidaturas para el 2024: Horacio Duarte y Francisco Vázquez estarían negociando las posiciones, e Higinio se enojó porque no acordaron con él, a pesar de que se presume que él controla la dirigencia local del partido y el electoralmente jugoso oriente del estado.

Delfina: señal de poder y pifia

Estaba planeado para ser el primer gran golpe de Delfina Gómez. La señal de empoderamiento que suelen enviar los mandatarios entrantes. El “ya saben quién manda aquí” que marcan los códigos del sistema político mexicano. Terminó siendo una pifia.

La historia comienza cuando se pelean por problemas de pareja el presidente municipal de Toluca y su esposa. Él, Raymundo Martínez Carvajal, un añejo priista que ha navegado en varios sexenios de la política local mexiquense. Ella, Viridiana Rodríguez, quien estuvo al frente del DIF en la administración de su marido. Y hay un personaje adicional que es clave en la trama: el papá de ella, el suegro del alcalde, Emilio Rodríguez Cruz, a quien Martínez Carvajal le había dado trabajo en el gobierno.

Aparentemente, para presionar a su pareja a firmar los papeles y propiedades del divorcio, el presidente municipal de Toluca acusó a su suegro de malversación de fondos y usó a la policía local para detenerlo. Según la investigación, lo detuvo y lo retuvo, pero nunca lo puso a disposición del ministerio público. Por eso se tipificó el delito de secuestro exprés.

Al poco tiempo, Viridiana Ramírez pidió cita con la nueva gobernadora mexiquense, la morenista Delfina Gómez. Le llevó el expediente y le denunció incluso actos de violencia intrafamiliar. Empática con la víctima, la gobernadora instruyó al fiscal del Estado de México, José Luis Cervantes Martínez, que acelerara el caso y que, si había elementos, actuara contra el presidente municipal de Toluca.

Sucedió la noche del viernes. Un notorio operativo buscó cumplimentar la orden de aprehensión en contra de Raymundo Martínez Carvajal. Ejército, Guardia Nacional, Fiscalía estatal rodeando su oficina y su casa. Para Delfina Gómez parecía la señal perfecta: detener al alcalde de la capital de su estado era el manotazo en la mesa para mostrar quién manda. En el momento del aparatoso operativo, cundieron la preocupación y el miedo entre los integrantes de la clase política mexiquense. El mensaje de poder fue enviado y recibido…

…pero se volvió burla. Resulta que el alcalde no estaba. Se había fugado desde antes. Incluso tenía un acto público al mediodía al que no llegó, y eso que él era el invitado de honor y galardonado. Las autoridades estatales y federales extendieron el operativo a municipios aledaños y nada. Terminaron dando aviso al Instituto Nacional de Migración para que no pueda salir del país y a la Interpol para que emitiera una ficha roja por si ya salió. De ese tamaño el desconcierto.

Lo que estaba diseñado para ser un mensaje de poder terminó siendo un mensaje de debilidad. Por lo menos hasta ahora. Ya veremos si logran detenerlo o si, como se ha vuelto frase común en el obradorato, “ni eso les sale”.

SACIAMORBOS

Cuentan que en el marco de la FIL hubo reunión de la candidata con empresarios tapatíos y regios. Que ella les pidió apoyo económico y que ellos no le dieron nada. Le contestaron que mejor terminando la precampaña veían su posición en las encuestas, y ya entonces hablaban.

Jefe, date cuenta

El presidente López Obrador llegó a tener cinco ministros en la Suprema Corte. Nombró a cuatro y uno se le adhirió a cambio de que lo impulsara a ser presidente de ese órgano. Ninguno de los cinco personajes está a favor de que los ministros sean electos por voto popular como propone el presidente de México y repite —como todo— en megáfono de campaña su candidata presidencial Claudia Sheinbaum.

Este fin de semana, una de las dos ministras obradoristas de “hueso colorado”, Loretta Ortiz, se pronunció en contra de que ministras y ministros sean electos por voto popular. Lo dijo abiertamente en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Loretta Ortiz y la ministra plagiaria, Yasmín Esquivel, —la otra obradorista— cuyas posturas en la Corte han acompañado al presidente en temas tan controvertidos como su plan B electoral, que la Guardia Nacional sea militar o que la CFE sea la prioridad en el sector eléctrico; y que no han mostrado ningún asomo de independencia y autonomía frente a Palacio Nacional, NO se han manifestado a favor de la propuesta central del presidente sobre esta forma de elección en el Poder Judicial. Ortiz desde hace tiempo dice claramente que está en contra y Esquivel ha sido evasiva en su postura, pero claramente no lo ha apoyado como suele hacerlo.

Arturo Zaldívar ya no es ministro. Pero ya estando dentro del equipo de campaña de Morena, cuando le preguntaron sobre el tema, dio vueltas y vueltas. Él, que se incorporó a la bancada obradorista en la Corte despojándose de toda autonomía a un costo de fama pública altísimo y que en el equipo de Sheinbaum tiene como única misión armar la propuesta de Justicia (dentro de la que el presidente AMLO quiere incluir la elección de ministros por voto popular), marca también distancia y trata de ganar tiempo.

Súmele dos nominados por el presidente, que desde hace tiempo decidieron cortar las amarras con Palacio y mostrarse independientes. Juan Luis González Alcántara Carrancá y Margarita Ríos Farjat, quien fue la primera jefa del SAT en el sexenio.

Cualquier líder político con un poco de humildad, al ver estas señales incluso de sus más leales, entraría en razón. Pero no López Obrador. Cualquier candidata con una mínima dosis de pensamiento propio, haría lo mismo. Tampoco Claudia Sheinbaum.

SACIAMORBOS

1.- El presidente no pudo inaugurar el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón en la región de La Montaña de Guerrero. No hay problema, al cabo que AMLO piensa que el Teletón es un instrumento de lucro de la mafia del poder. Ah, no. Eso decía el otro López Obrador, el líder opositor. El López Obrador presidente ya opina diferente. Ahora ensalza la obra, participa en el Teletón, dona a la causa e inaugura los CRITs. Qué duro para sus propagandistas.

2.- En varias entregas de esta columna se advirtió que aumentarían los apagones por la pésima estrategia energética del gobierno. Ya hay datos duros: Reforma publicó que la duración promedio de un apagón subió de 2 a 13 minutos en lo que va del sexenio y la energía no suministrada escaló de 1,400 a 9,300 megawatts-hora. Son datos del indicador SAIDI.

3.- La oposición mexicana siendo la oposición mexicana: justo cuando se cuestiona que el presidente haya nominado a familiares de sus colaboradores (hermana de Luisa Alcalde, hermana de Martí Batres) en la terna para la Suprema Corte, en Morelos la oposición en el Congreso nombró como magistrada a la esposa del controvertido fiscal Uriel Carmona.

La tardía y forzada atención en Acapulco

Mucho tuvo que pasar. Treinta valiosos días. Una merecida ola de críticas… con su clásico revire de ataque a los medios y auto victimización. Desdén inicial a todo el que quería ayudar porque decía que su gobierno podía solo. Y una clara desaprobación de la población por la forma que se ha enfrentado desde el gobierno la crisis ocasionada por el huracán Otis en Guerrero. Todo esto tuvo que pasar para ver finalmente ayer una mañanera de López Obrador desde Acapulco, con el gabinete volcado en la ayuda.

Ayer el Presidente se quiso mostrar como el estadista que no es. Apenas ayer vimos al Presidente tratando de ser Presidente. Otra vez un Presidente que reacciona hasta que mide que un tema puede afectar su imagen. Porque nada le importa más que eso.

La mañanera de ayer que tuvo que haberse realizado en Acapulco dos o tres días después del huracán. Sucede en la víspera de que se cumpla un mes del impacto. Haberla hecho en Guerrero la semana de la tragedia hubiera sacudido al gabinete para que pusieran manos a la magna obra de la reconstrucción del puerto. Porque la mañanera es el gobierno mismo. Y el gobierno federal mexicano tiene un enorme músculo, tiene presupuesto, herramientas, puede resolver cosas cuando quiere. Se tardó demasiado. Y la gente de Guerrero sufre por esa tardanza.

Las visitas de López Obrador fueron frías y fugaces. A veces en un helicóptero, siempre encerrado en la zona naval, sin recorrer las zonas afectadas, sin visitar a los damnificados ni escuchar sus demandas. El candidato que llegó a Presidente presumiendo de su cercanía con la gente, ante la tragedia del huracán no quiere ver de cerca ni a los que le dieron su voto y hoy le piden que escuche lo que necesitan.

Pero al menos ya fue a dar la conferencia matutina allá y la dedicó enteramente a la reconstrucción. Hablando desde la zona de la tragedia pero a la vez aislado de los que la sufrieron. Soltando un rosario de cifras para aparentar estar en control, pero que en el desglose sólo se muestra que falta mucho, que lo que ha hecho el gobierno se queda corto ante las necesidades: reportan 274 mil viviendas afectadas y apenas se han entregado 11,836 paquetes de enseres domésticos, menos del 5%. En las escuelas informan que de las 1,224 que hay, 985 sufrieron algún daño y sólo 127 ya reabrieron.

Otra vez el Presidente quiere tapar la crisis con pura saliva. Aparentar que están atendiendo un problema y dar cifras que suenen a que es mucho lo que se está haciendo, aunque la realidad marche por otro lado. La población en Guerrero está sufriendo y su futuro inmediato luce oscuro.

SACIAMORBOS

Y aunque se enoje y se queje el Presidente: se cumple un mes de que el huracán pegó en Acapulco y López Obrador no ha recorrido las zonas afectadas, no ha visitado a los damnificados, no ha escuchado sus demandas. La única vez que se ensució los zapatos fue el día del show de su jeep atascado en el lodo, cuando los damnificados tuvieron que rescatarlo a él.

Farmaciototota

Cada vez que el presidente enfrenta una crisis, trata de resolverla con una promesa fantasiosa. Una obra, empresa o proyecto salvador. Le da lo mismo si suena mágico, ridículo o imposible de llevar a cabo. Lo de menos es que las voces especializadas le adviertan que es inviable. O que va a salir más caro de lo que cree. O que no va a resolver el problema. O que demorará mucho más de lo que él calcula. No importa. El chiste es que parezca que él tiene la solución, que sea una solución fácil de explicar y fácil de entender. Lo que importa es la narrativa. El objetivo es sacudirse las críticas y hacer parecer que quien lo siga criticando es porque quiere afectarlo, porque está sometido a intereses que no quiere ver trastocados.

¿Hay crisis en Pemex? Una mega refinería. ¿Tenemos que cancelar un aeropuerto? Hagamos otro. ¿Me peleo con las aerolíneas porque no quieren usar mi aeropuerto? Que resucite Mexicana de Aviación y la controle el Ejército. ¿No hay internet en los pueblos? Va Internet para todos. ¿Está caro el gas? Inventemos una empresa del gobierno que se llame Gas Bienestar. Pero la refinería ya costó el triple y no refina. El nuevo aeropuerto está gravemente subutilizado. La nueva aerolínea ya redujo de 20 a 9 sus destinos y aún no despega su primer vuelo. Internet para todos debió quedar en el 2020 y ahorita ya contactaron a Elon Musk a ver si les resuelve el problema. Y Gas Bienestar funcionó sólo unos cuantos días en un par de colonias de la Ciudad de México.

En un gobierno fundado en la saliva presidencial, lo que importa es que suene bonito y suene grande, aunque no sirva para mucho. Esta administración comenzó cancelando un aeropuerto y diciendo que ahí se construiría el Parque Ecológico Lago de Texcoco. A cinco años, lleva un avance del 65% según datos oficiales.

El nuevo fruto del árbol de la grandilocuencia es la farmacia más grande del mundo. Una farmacia con todos los medicamentos existentes que promete ser la salvación para el desabasto de medicinas, el problema más inhumano de todos los que ha creado esta administración.

Porque con la inseguridad y la corrupción, López Obrador se puede defender diciendo que heredó mucho del pasado. Y es cierto. Pero el desabasto de medicinas no fue una herencia maldita. Él solito lo creó y él no lo ha podido resolver. Él decidió dejar de comprar medicinas a las farmacéuticas porque dijo que eran corruptas, él tuvo que volver a comprar a las mismas farmacéuticas y ni así resolvió el desabasto, él encargó a la ONU que comprara las medicinas por el mundo y tampoco funcionó, él se lo encomendó al Insabi, y luego desapareció el Insabi y ahora le toca al IMSS-Bienestar.

En esta metralla de ocurrencias, la nueva puntada del presidente es construir en Huehuetoca, Estado de México, una mega farmacia que tenga todas las medicinas del mundo. El chiste se cuenta solo. El presidente es un meme de sí mismo. Tanta ocurrencia ha salido carísima. Los disparates presidenciales sangran el presupuesto. Prometer sí empobrece.

Samuel y cómo dejar de ser irrelevante

Samuel García arranca su campaña presidencial como el primer damnificado de la polarización. En todas las encuestas aparece muy por debajo de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. Si alguien simpatiza con AMLO, ¿por qué dejaría de votar por Claudia para votar por Samuel? Si alguien tiene como prioridad que Morena deje el poder, ¿por qué le quitaría su voto a Xóchitl para dárselo a quien aparece en las encuestas con un rango casi testimonial de entre 3 y 8 por ciento?

Presentarse como una tercera vía puede resultar una apuesta fracasada que termine dejando a Movimiento Ciudadano con un magro porcentaje de la votación, ya le ha pasado en varias gubernaturas.

Pero Samuel García se sube al ring con algunas características que le pueden acarrear votos:

1.- Él es el mejor ejemplo de que las campañas sí mueven las encuestas, sí inciden en las preferencias de la gente, sí importan. Cuando empezó la contienda por la gubernatura de Nuevo León, Samuel iba en cuarto lugar. Rebasó a todos y ganó. La que iba puntera, la morenista Clara Luz Flores, terminó en cuarto sitio. Así que arrancar hasta atrás no representa un escenario derrotista para el singular mandatario regio.

2.- Frente a dos candidatas que visten huipil y se pelean por ver quién es más indígena, Samuel García apuesta a parecer empresario gringo. Menos Guelaguetza y más Elon Musk. Y encima, apela al nativismo norteño en sus slogans.

3.- Sus rivales tienen 60 y 61 años de edad. Él tiene 35. Apela naturalmente a un público joven, consumidor de redes sociales (arrebatarle a Xóchitl su supremacía digital), mismas que manejan con maestría y soltura él y su esposa. Pensando en Latinoamérica, si ellas ofrecen Petro, él ofrece Bukele (y parece que incluye todo el paquete de peligros).

4.- Frente a dos candidatas mujeres, Samuel García es la opción para los muy amplios sectores machistas del país. En un país donde se sigue preguntando si México está preparado para una mujer presidenta (indignante, pero cierto), el emecista encaja en el estereotipo del recio norteño que reprende a su mujer por enseñar las piernas.

Pero ni la suma de todo esto alcanza para ganar con un electorado tan polarizado. Y el gran problema de Samuel es que entra al ring con el estigma de ser el esquirol del obradorato, el palero que le va a ayudar a Claudia Sheinbaum contra Xóchitl Gálvez. Basta recordar que en las últimas semanas, el principal impulsor de las aspiraciones de Samuel fue el presidente López Obrador. Encima, por la dinámica local, el gobernador de Nuevo León ha dedicado más tiempo y energía a golpear a la alianza PAN-PRI-PRD que a Morena. Si no logra sacudirse el estigma de esquirol, le veo poco futuro. Si logra convencer de que él es la mejor opción opositora, puede incluso resultar beneficiario del ya largo impasse en la campaña de Xóchitl Gálvez. No la tiene fácil.

El peligro del dedazo de género

La designación de Clara Brugada como futura candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México es una jugada maestra del ala radical de Morena. Es indudable que se impuso la congruencia ideológica al pragmatismo político: por más que fuera el candidato favorito de Claudia Sheinbaum, Omar García Harfuch representaba —por trayectoria, vínculos y convicciones— una flagrante contradicción con todo lo que el obradorato ha pregonado todo el sexenio.

Harfuch arrasó en la encuesta. Aportaba a Morena justo lo que necesitaban: alguien capaz de conquistar nuevos grupos de electores, que se han vuelto anti-AMLO, y poner al partido oficial en una posición más competitiva en la capital del país. Pero lo excluyeron y pusieron a Clara Brugada, que quedó 14 puntos abajo. El pretexto fue la paridad de género. Fue dedazo de género: AMLO, que es un radical de Morena, acompañado de otros radicales de Morena, lo bajaron. Si el presidente hubiera querido que fuera Harfuch, bajaban a cualquier otro aspirante hombre de cualquier otro estado.

La operación política de Palacio Nacional y la humillación pública a García Harfuch no se limitaron a quitarle la candidatura ganada. También, después de gritos y consignas en su contra, fue obligado a levantar la mano de Clara Brugada como señal de derrota política y personal. Para un líder lleno de simbolismos como López Obrador, este gesto envía un claro mensaje, tanto dentro del partido como hacia el exterior.

Clara Brugada arranca cargando la derrota que le propinó Harfuch. Enfrentará la ardua tarea de conquistar el apoyo de las clases medias, esencial para el éxito en las urnas el próximo año. La victoria de Morena en la capital del país no se ve fácil. Y el presidente no debería subestimar la popularidad de García Harfuch en la Ciudad y su potencial valor en una elección que será crucial de cara a la contienda Presidencial. Si se va de candidato al Senado, en una de esas obtiene más votos que Brugada. Las encuestas de Morena así lo delinean.

Para bendición de la triada AMLO-Claudia-Clara, la oposición en la Ciudad de México está desorientada y en tensión permanente. El PAN ya prácticamente ungió a Santiago Taboada, pero el PRI y el PRD no quieren entregar tan rápido su respaldo. El PRI quiere impulsar a Adrián Rubalcava —hay quien le dice “la antorcha humana de Troya”— y Sandra Cuevas no quiere bajarse. Los dos han encontrado en las redes sociales el receptáculo perfecto para protagonizar una comedia romántica, mitad telenovela mitad placer culposo, desde la que buscan aumentar sus niveles de conocimiento y ganar simpatías del electorado.

SACIAMORBOS

Hay dos exgobernadores priistas que entregaron sus estados a Morena, pero no han recibido embajada del premio. No es que se hagan los dignos, es que apuestan a que les toque lugar en el gabinete de la doctora.

Claudia, feliz en su papel

Claudia Sheinbaum parece muy cómoda en el papel al que la ha condenado el presidente López Obrador. El presidente la ha ninguneado, humillado, sobajado.

La selección de candidatas y candidatos a los gobiernos estatales ha dejado claro a todo mundo que ella no tiene peso político ni toma las decisiones. El que manda es él. El presidente le bajó a su candidato a la jefatura de Gobierno y Claudia acató como si no le hubieran recetado una severa devaluación política.

Lo interesante es que ella no parece inconforme con esto: a fin de cuentas, desdibujarse de la escena, renunciar a su personalidad y pensamiento propios, y someterse a los designios del líder del movimiento la tiene con un pie en Palacio Nacional. Ha de pensar que la Banda Presidencial bien vale una humilladita.

Las candidaturas estatales de Morena mandaron un mensaje contundente a todos los actores políticos: quien decide y seguirá decidiendo es López Obrador. Su candidata y no el de Claudia quedó en la Ciudad de México. Su candidata y no el de Cuitláhuac García quedó en Veracruz. Su candidato y no la de Adán Augusto quedó en Tabasco.

Él decidió cuándo se iba a elegir candidata presidencial, él definió el método, el repartió los premios de consolación, él puso a la candidata presidencial, él hace la campaña (Claudia está semi-desaparecida), él confronta a la oposición, él dobla a Marcelo y ella solo tiene que repetir —si se puede, de manera textual— lo que dice López Obrador. Ese rol lo ejecuta con la precisión de una científica. A fin de cuentas es la gran beneficiaria: Sheinbaum arranca la etapa formal de precampañas este 20 de noviembre con más o menos 20 puntos de ventaja en las encuestas. Si tiene que seguir nadando de muertita y tragarse algunos sapos, el premio está muy a la vista como para rechazarlo.

Morena completó sus dos procesos más delicados de selección de candidaturas sin mayores sobresaltos. Tiene candidata presidencial y tiene 5 candidatas y 4 candidatos a las gubernaturas y jefatura de Gobierno, y sin fractura. En la presidencial, Monreal se dobló desde el principio y Ebrard terminó de doblarse ayer. Y en las estatales, los que fueron arrollados por el dedazo de género —Harfuch, Lomelí, Sheffield— se disciplinaron y los que incluso amagaron con irse, al final bajaron la cabeza: Ignacio Mier y el papá del Checo Pérez. Un rompimiento previo en Morelos es el único saldo. Extraordinario resultado para el presidente y su partido.

En cambio, la oposición otra vez ha perdido tracción y se ha desdibujado. Le ha dejado una tarea muy sencilla a Claudia Sheinbaum: administrar su ventaja, no equivocarse, seguir el guión. Xóchitl Gálvez luce desconcentrada y fuera de foco. El presunto doble lapsus atacando a Alito y el deprimente episodio de la candidata que se congela en el templete cuando se le apaga el prompter con su discurso retratan el mal momento que vive esa campaña.

SACIAMORBOS

La oposición tampoco supo aprovechar el bombón que le regaló Morena, al postular a Clara Brugada en la Ciudad de México, después de que Omar García Harfuch le puso una paliza en la contienda interna. Tan pronto el PAN quiso posicionar a Santiago Taboada, el PRI y el PRD descalificaron la postulación.

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