Nos hacen ver que el golpazo dado por el gobierno de Donald Trump con la acusación de lavado de dinero a dos bancos mexicanos y a la casa de bolsa Vector, de Alfonso Romo, debería ser una llamada de atención para los responsables de oficinas importantes de vigilancia como la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, encabezada por el muy político Pablo Gómez, o la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, presidida por el muy cercano al lopezobradorismo Jesús de la Fuente, y que al parecer estaban muy ocupadas investigando y presionando a opositores, críticos y periodistas como para advertir las vulnerabilidades de instituciones como las vetadas por Estados Unidos. Ya sin organismos autónomos y con el Poder Judicial teñido de guinda, en la llamada 4T parece que los vigilantes se olvidaron de vigilar a los que andaban en malos pasos, en vez de acosar a las voces incómodas. ¿Será que les caerá el veinte?
Nos cuentan que pese al regaño presidencial a los consejeros electorales “rebeldes”, los cinco se mantuvieron en su posición de no votar a favor de la validez de la elección judicial, ahora para los cargos restantes de magistraturas de circuito y juzgados de distrito. En la sesión de ayer insistieron en que los acordeones influyeron en el voto de la ciudadanía, lo que desató una discusión ríspida con los seis que validaron el proceso. Aquello, en lugar de una sesión de autoridades electorales imparciales, parecía uno de los clásicos pleitos entre bancadas partidistas en el Congreso. Nomás faltó que se pusieran camisetas del color de su equipo político.
Nos cuentan que este fin de semana se casará el polémico senador por Morena Cuauhtémoc Ochoa Fernández y a la ceremonia están invitados prácticamente todos los legisladores del bloque oficialista e incluso uno que otro del bando opositor. El tema es que, de acuerdo con la agenda del periodo extraordinario, el sábado se tendría que aprobar la Ley de Telecomunicaciones y el domingo la ley que militariza la Guardia Nacional. Nos comentan que nadie se quiere perder el guateque y están analizando la estrategia para que, a la mera hora, los brindis nupciales no le quiten votos al grupo mayoritario.
En donde se están queriendo apretar las tuercas para resolver el problema del desabasto de medicamentos y la corrupción que lo origina es en el IMSS, cuyo coordinador de Administración, Juan Carlos Cardona, ha empezado a colocar sus piezas en direcciones clave que estaban señaladas de por lo menos hacerse de la vista gorda, pero nos cuentan que los esfuerzos de limpia aún enfrentan resistencias, especialmente en la División de Supervisión. Nos recuerdan que de la coordinación de Administración del instituto depende toda la compra y distribución de medicamentos en el país. ¿Lo lograrán?