López Obrador presidente hizo decenas de promesas que sabía no iba a cumplir jamás. Mentir era su estilo, su método. Mentía porque podía. Furioso con quienes desde finales de 2021 le repetíamos que ni siquiera en el guion más fantasioso de Luis Estrada cabría poner en operación un aeropuerto a 50 kilómetros del centro de la ciudad sin vías de acceso (carreteras, periféricos, trenes), nos acusaba de corruptos y de “desprestigiar al noble oficio del periodismo”. Sabemos qué pasó: en marzo de 2022 inauguró el AIFA sin vías de acceso, pero prometió que en junio estaría listo el tren Lechería-Aeropuerto-Lechería que, a buen precio y velocidad, transportaría a los usuarios por esos 23 kilómetros. Era una mentira extrema que modulaba como recitación en una clase de primaria. Luego dijo que el tren estaría listo en la segunda mitad de 2023 y luego que en junio de 2024. Ayer, domingo 21 de diciembre de 2025, leí el comunicado en que el gobierno de México informaba con tono de euforia que, textual, “ya viene el tren al AIFA”. El comunicado resaltaba que la presidenta Sheinbaum y otros funcionarios “realizaron el primer recorrido a bordo del tren Lechería al AIFA”, que estará funcionando, ahora sí, antes del Mundial. Qué guion, Luis.
Columna invitada