El descarrilamiento del Tren Interoceánico ocurrido este domingo en Oaxaca, que dejó al menos 13 muertos y casi un centenar de heridos, es ya el sexto accidente grave registrado en los trenes impulsados por los gobiernos de Morena en apenas dos años.
El convoy, que transportaba a 250 pasajeros, se salió de las vías en una zona del centro de Oaxaca. Una locomotora arrastró al resto de los vagones, provocando que uno de ellos cayera a un barranco de seis metros de profundidad y otro quedara semisuspendido. El accidente representa el primero con víctimas fatales en el Corredor Interoceánico, uno de los proyectos insignia del gobierno federal para reactivar el transporte ferroviario.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, aseguró que la prioridad es atender a las víctimas e investigar a fondo las causas del siniestro. La caja negra del tren será analizada por la Fiscalía General de la República, la Fiscalía estatal y la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario, quienes también evaluarán la velocidad, frenos y la actuación del maquinista, quien resultó ileso.
El Corredor Interoceánico conecta los océanos Atlántico y Pacífico y es considerado una alternativa estratégica al Canal de Panamá. Junto con el Tren Maya, ha sido un eje central en la política de recuperación ferroviaria de los gobiernos de Morena. Ambos proyectos fueron construidos a contrarreloj para cumplir plazos políticos, lo que ha generado señalamientos sobre posibles deficiencias en su planeación y ejecución.
Además del accidente de este domingo, el Corredor Interoceánico ya había registrado otro incidente este mismo mes, el 20 de diciembre en Chiapas, cuando un camión cisterna intentó ganarle el paso a un tren con 148 pasajeros, resultando en daños materiales. En julio también se reportó otro percance con un vehículo en un cruce a nivel.
En el caso del Tren Maya, el primer accidente ocurrió en marzo de 2024, con el descarrilamiento de un vagón entre Mérida y Campeche por fallas en un sistema automatizado. En enero de 2025, un vagón de carga volcó en Quintana Roo, y en agosto dos trenes chocaron en la estación de Izamal, en Yucatán. Todos estos incidentes se saldaron sin víctimas mortales.
Ambos proyectos forman parte del plan de reactivación ferroviaria iniciado en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Tras asumir la Presidencia, Sheinbaum prometió construir 3,000 kilómetros adicionales de vías férreas durante su sexenio, el doble de lo realizado en la administración anterior.
Durante la construcción del Tren Maya y del Corredor Interoceánico, hubo críticas por la premura impuesta a las empresas para concluir las obras. Un estudio de PricewaterhouseCoopers de 2019 advirtió que los tiempos otorgados por el gobierno eran insuficientes, lo que derivó en que el Ejército tomara el control de varios tramos. El Tren Maya, con un presupuesto inicial de 150 mil millones de pesos, terminó costando más de 500 mil millones, con denuncias de conflictos sociales, daño ambiental y sobrecostos.
