La presidenta Claudia Sheinbaum asegura que fue la FGR la que reclasificó como “delincuencia organizada” el estallido del coche bomba en Coahuayana, Michoacán, que inicialmente se investigaba como lo que fue: un acto de “terrorismo”.
Pidió a la Fiscalía explique por qué hizo el cambio del grave atentado —cinco personas fallecieron y doce resultaron heridas— realizado con un método similar al que utilizan organizaciones como Al-Qaeda para maximizar los daños.
“Fue algo de la Fiscalía y mañana puede dar más información el gabinete de seguridad”, señaló la mandataria. El terrorismo es el uso de la violencia para infundir miedo en una población o gobierno, buscando coaccionar o intimidar para lograr objetivos atacando la paz, la justicia y la dignidad humana para obligar a realizar o abstenerse de ciertos actos.
Francamente, no veo a la fiscal Ernestina Godoy reclasificando el gravísimo delito sin antes consultarlo con la primera mandataria.
No es la primera vez que estalla un coche-bomba en México. Ha ocurrido en varias ocasiones, pero no como una táctica terrorista ideológica tradicional, sino como escalada en la guerra entre cárteles de droga contra fuerzas de seguridad y rivales.
Su uso comenzó a intensificarse desde 2010, especialmente en estados como Guanajuato, Michoacán y Guerrero, donde el CJNG o La Nueva Familia Michoacana los emplean para intimidar a la policía.
Ejemplos sobran. El primer coche bomba que hicieron explotar los cárteles contra fuerzas de seguridad fue en Ciudad Juárez, en junio de 2010. El saldo fue de tres muertos.
De allí siguieron Celaya, Guanajuato, en junio de 2023. Un muerto. En octubre de 2024 explotaron dos coches bomba fuera de estaciones policiacas en Acámbaro y Jerécuaro; otra vez en Guanajuato. Tres heridos.
La Zona de Coahuayana, en la frontera con Colima, es foco de confrontación entre el CJNG y policías comunitarias locales, que no son reconocidas oficialmente por el gobierno.
El vehículo, una camioneta Dodge Ram, cruzó desde Colima cargado con explosivos ocultos entre plátanos. Detonó frente a la base de la policía comunitaria.
Entre los muertos hay cuatro policías y el conductor del vehículo, probablemente un sicario al servicio del CJNG —y seis heridos (algunos menores de edad). El término correcto para definir el estallido es “narcoterrorismo”,
* No es nuevo que la cuatroté aplique “justicia a secas” a sus adversarios políticos y a los amigos “justicia y gracia”.
Nos enteramos ayer del arresto del exgobernador priista de Chihuahua, César Duarte, por presunto lavado de dinero.
Nada sabemos, en cambio, de los mandones de Segalmex y el presunto desfalco por 9 mil 500 millones de dólares, realizado durante la Presidencia de AMLO.
Mucho menos de los verdaderos beneficiarios y amos del huachicol fiscal que, se presume, es el robo del siglo (600 mil millones de pesos). Las responsabilidades apuntan mucho más arriba de los hermanos Farías Lagunes, vicealmirante y contralmirante de la Marina Armada, sobrinos del extitular de la Semar, Rafael Ojeda.
Y ni qué decir de El Klan.
* El exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, fue nombrado ayer como representante del PAN ante América del Norte.
Jorge Romero, jefe nacional del blanquiazul, dice que fue un gobernador valiente que defendió la libertad federalista y “eso le valió la confrontación absoluta y total con el régimen”.
Horas después de conocerse el nombramiento, el diputado federal de Morena, Sergio Gutiérrez Luna, y el presidente de Congreso de Tamaulipas, Humberto Prieto Herrera, interpusieron una nueva demanda contra Cabeza de Vaca por su presunta responsabilidad en el huachicol fiscal.
* Salomón Chertorivski, 51 años, no sólo fue secretario de Salud durante la presidencia de Felipe Calderón.
También contendió el año pasado como candidato de MC a la Jefatura de Gobierno de la CDMX. Charlamos ayer con él en Sanborns de Plaza Carso. Nos dijo:
“Los datos que podemos ver de manera objetiva en materia de movilidad, estructura, economía, seguridad y control de paz son datos que tienen hoy a la ciudad en ruinas.
“Estamos viviendo uno de los peores momentos en la historia moderna de la ciudad”, sintetizó.
En su teléfono celular lleva un análisis que realizó sobre el primer año de Clara Brugada como jefa de Gobierno de la CDMX, que tituló: “Habitar sobre nuestras ruinas”.
Son veinte páginas que concluyen así:
“La Ciudad de México no está condenada a vivir entre los escombros de su propio pasado, a cambio de programas sociales insuficientes. Para reconstruirse necesita reconocer el fracaso de los políticos que nos han gobernado.
“El primer informe de la jefa de Gobierno intenta demostrar estabilidad donde hay parálisis. Bienestar donde existen los rezagos y transformación dónde hay continuidad.
“Las cifras son claras: menor crecimiento, menos inversión, menos empleo, menos vivienda, menos agua, menos estado y más propaganda”.