Con Ernestina Godoy al frente de la Fiscalía General de la República, con nuevos mandos en las áreas especializadas en crimen organizado y en la Agencia de Investigación Criminal, con César Oliveros y Héctor Elizalde Mora a cargo de esas áreas, ambos funcionarios cercanísimos al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, la presidenta Claudia Sheinbaum reconstruye, a nivel federal, el esquema que le sirvió para tener éxito en el ámbito de la seguridad en la Ciudad de México. En los hechos, con la Guardia Nacional adscrita a la Defensa, el diseño que buscaba la Presidenta para la estructura de seguridad en este sexenio, por lo menos en el más alto nivel federal, ha quedado prácticamente consumado.
Pero el mayor desafío, en el corto plazo para la renovada FGR, estará en judicializar hacia arriba los casos paradigmáticos que ha dejado inconclusos Gertz Manero. El primero y que aparentemente detonó la salida del exfiscal es el caso de Raúl Rocha, el empresario regiomontano, dueño de la franquicia de Miss Universo (que le compró a Donald Trump) y acusado de narcotráfico, tráfico de armas, lavado de dinero y contrabando de combustibles y al que Gertz quiso convertir en testigo protegido.
La trama de los delitos de Rocha, que además han tenido trascendencia internacional por el escándalo surgido en el certamen de Miss Universo, que ganó la mexicana Fátima Bosch (cuyo padre tendría relación con Rocha a través de contratos de Pemex), toca todos los delitos de alto impacto en el país y lo relaciona con los mismos sectores de poder que están en el centro de las sospechas de corrupción. Los caminos de Rocha se cruzan con la red de tráfico de combustibles, con Pemex, con Tabasco, con Adán Augusto López, con Rutilio Escandón, con Layda Sansores, con Tamaulipas, con Ricardo Peralta. Jalando del hilo de Rocha se puede desenredar una madeja que le ha hecho y le hace enorme daño al patrimonio y la legitimidad del gobierno federal. El que se haya cruzado esta historia con un escándalo internacional haría mucho más costoso cualquier intento de ocultarlo.
Y relacionado con Rocha están también todas las historias que aquí les hemos informado sobre el contrabando de combustible y la operación en ella de dos sobrinos del almirante Rafael Ojeda, exsecretario de la Marina, una trama que va mucho más allá de los hasta ahora implicados y que no ha podido ser erradicada. Apenas esta semana Pemex informó que, a pesar de los esfuerzos realizados, aún continúa el contrabando afectando su operación y finanzas.
La investigación de esa red de corrupción fue detonada por una investigación de las áreas de inteligencia de la Secretaría de Seguridad, en coordinación con una investigación de las autoridades estadunidenses. Pero, súbitamente, la judicialización de estos casos se frenó y ni siquiera fue llamado a declarar, por ejemplo, el almirante Ojeda. Es otra investigación que tiene nexos en la Unión Americana y que necesariamente tendrá que proseguir. Obviamente, también está la vertiente política relacionada con todo esto, y en esas tramas todos los caminos llevan a Adán Augusto López, el líder de Morena en el Senado, y algunas involucran incluso a los hijos del presidente López Obrador. Ahí está la verdadera prueba de fuego para el nuevo equipo de la Fiscalía, porque, además, esta trama, en la que está vinculado el exsecretario de seguridad Hernán Bermúdez, preso en el Altiplano, pero acusado por delitos que están muy por debajo de su papel en el crimen organizado, se relaciona con el narcotráfico y el contrabando de combustibles y se cruza, una vez más, con el caso de Raúl Rocha.
Y, finalmente, hay otra investigación prioritaria, la del asesinato de Carlos Manzo, el popular alcalde de Uruapan muerto hace un mes, en donde la Secretaría de Seguridad de García Harfuch ha tenido avances importantes. Han caído los responsables materiales del crimen, pero otros siguen prófugos y hoy en día no sabemos quiénes son los autores intelectuales ni el móvil del asesinato, y continúan las amenazas para otros integrantes del Movimiento del Sombrero, incluyendo la alcaldesa y viuda de Manzo, la señora Grecia Quiroz.
En esa suma de desafíos se probará a la renovada FGR. Es verdad, lo deseable sería tener una FGR, como dicen las leyes, autónoma e independiente. Nunca la hemos tenido y ésta tampoco lo será. Pero, por lo pronto, me conformaría con que tengamos una FGR eficiente y que cumpla con su función en una estructura de seguridad y que no sirva a objetivos personales.
CSP A WASHINGTON
Buena decisión de la presidenta Sheinbaum de ir a Washington a presenciar, junto con Donald Trump y Mark Carney, el sorteo de la Copa del Mundo. Es el momento y la ocasión idónea para que se vea cara a cara con el presidente Trump. Las llamadas telefónicas pueden ayudar (o no), pero no hay nada como el contacto personal, más con un personaje como el mandatario estadunidense. Claro que entraña riesgos, pero gobernar en un mundo global es un ejercicio de alto riesgo.
LOS GOLPES DE LA SEDENA
Dos operativos del Ejército mexicano han implicado golpes durísimos a las estructuras criminales. El primero es la detención de Roberto “N” en Aldama, Chihuahua, uno de los principales operadores de una organización con cada vez más protagonismo y violencia en el norte del país, Los Cabrera Sarabia. Cayó junto con 10 de sus sicarios y con todo un arsenal. El segundo operativo se dio en Tijuana, donde fue detenido Gustavo “N”, jefe en la zona de los grupos relacionados con los Beltrán Leyva. Tanto Roberto como Gustavo eran objetivos prioritarios del gobierno de México.
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