Un día después de su comentada reaparición pública, y desde Estados Unidos, el presidente López Obrador recibió la respuesta a lo que tantas veces preguntó y le exigía información al gobierno de Estados Unidos: al capo del Cártel de Sinaloa, Ismael “Mayo” Zambada, lo secuestró en Culiacán, el 25 de julio de 2024 Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo Guzmán, quien lo trasladó hasta Nuevo México en el avión Beechcraft King Air, y ahí lo entregó a las autoridades estadounidenses.
La declaración del hijo del Chapo, quien ayer se declaró culpable ante la justicia estadounidense, no sólo responde a la pregunta que con tanta insistencia hizo durante sus últimos meses de gobierno López Obrador, sino también a la presidenta Claudia Sheinbaum que, repitiendo, como siempre lo hace, las obsesiones de su mentor político, también le ha exigido, hasta en cinco ocasiones en el último año, al gobierno de Estados Unidos que expliqué cómo fue que se llevó secuestrado al narco mexicano, sin informar al gobierno de México.
“Veamos qué pasa, Sinaloa prácticamente no tenía homicidios, viene una detención, que no es una detención que venga de instancias del gobierno estatal, del Gobierno federal o de las fiscalías, sino que hay un supuesto secuestro del ‘Mayo’ y se lo llevan a Estados Unidos”, dijo el pasado 25 de julio la presidenta Sheinbaum, con motivo de que se cumplió un año del secuestro y extracción del Mayo a Estados Unidos, situación que, igual que antes lo hizo López Obrador, aprovechó para culpar a Washington de la violencia por la guerra narca que vive Sinaloa desde hace un año por el enfrentamiento de Los Chapitos y La Mayiza.
¿Qué van a decir ahora la presidenta y el expresidente que se escudaban en la culpabilidad de Estados Unidos para justificar su incapacidad e indolencia ante la violencia que vive Sinaloa y su capital Culiacán? ¿Cómo van a explicar que un ciudadano mexicano, como era Joaquín Guzmán López, fue capaz de secuestrar al Mayo Zambada y sacarlo del país en un avión si que se enterara ninguna autoridad del gobierno mexicano?
Por más de un año se quejaron y le exigieron a la Casa Blanca –con todo y carta diplomática enviada por López Obrador– que les dijeran cómo es que se habían llevado a Ismael Zambada sin informar a las autoridades mexicanas, cuando la misma Fiscalía General de la República ya había investigado y documentado que al Mayo se lo llevaron en un avión que partió de las afueras de Culiacán.
Incluso cuando el propio capo sinaloense, desde la cárcel estadounidense, reveló detalles de cómo fue citado y engañado por Guzmán Loera para llevarlo a una reunión en una casa de Culiacán, donde se reuniría con el gobernador Rubén Rocha Moya y con el diputado Héctor Melesio Cuén, asesinado aquella misma tarde del 25 de julio de 2024, tanto Andrés Manuel como Claudia rechazaron la versión y respaldaron al mandatario morenista que negó haber participado de la traición y emboscada al Mayo.
¿Sabían López Obrador y Sheinbaum que todo el plan y el montaje político para engañar al Mayo y llevárselo secuestrado a Estados Unidos fue urdido por Los Chapitos para ayudar a su hermano Ovidio Guzmán en sus negociaciones como informante del gobierno estadounidense? Si lo sabían mintieron todo este tiempo y se quisieron presentar como víctimas de una operación ilegal coordinada desde la Casa Blanca, con tal de no asumir su responsabilidad en el secuestro y extracción del capo mexicano y con la guerra intestina que desató tras su entrega a la justicia de los Estados Unidos.
La declaración de Joaquín Guzmán López, emitida ayer en la Corte de Illinois en Chicago, no sólo confirma la versión de la carta del Mayo, sino que da más detalles de cómo él y sus hermanos engañaron a Zambada. Narra que el 25 de julio de 2025 él organizó una reunión a la que invitó al Mayo con el objetivo de “resolver desacuerdos entre el capo y otros individuos”, lo cual concuerda con las afirmaciones de Zambada García de que a esa reunión estaban convocados otros dos personajes que tenían diferencias entre sí (Rocha Moya y Melesio Cuén).
El texto de la declaración oficial del Chapito ante la justicia estadounidense, fue publicado ayer por el diario Chicago Tribune y en ella detalla que “Guzmán López se llevó al líder del Cártel de Sinaloa donde lo esposó y lo encapuchó, luego fue sacado de la casa para subirlo a una pick up, en la que manejaron de 10 a 15 minutos a una pista donde ya los esperaba un pequeño avión. Los ayudantes de Guzmán metieron al Mayo al avión, después El Chapito y el piloto abordaron la aeronave; El Mayo iba atado a un asiento y después de despegar, Guzmán López preparó una bebida con sedantes de la cual le dio un trago al Mayo para dormirlo”.
El avión Beechcraft King Air voló directo de Culiacán hasta territorio de Nuevo México en Estados Unidos, sin hacer ninguna escala en México, menciona la declaración. Y añade que Guzmán López coordinó y llevó a cabo el secuestro del Mayo con la esperanza de recibir “beneficios de cooperación con el gobierno de Estados Unidos para él y su hermano Ovidio Guzmán”, además reconoce específicamente, que “el gobierno de Estados Unidos nunca solicitó, indujo, sancionó, aprobó ni toleró el secuestro” de Zambada García.
Y ahora ¿qué van a decir Sheinbaum y su reaparecido mentor para justificar su supuesta ignorancia y desconocimiento de lo que pasó en Culiacán aquel 25 de julio de 2024? Ya no podrán culpar al gobierno de Estados Unidos por la violencia que lleva un año afectando a los habitantes de Sinaloa en todo el estado, pero particularmente en Culiacán, ni podrán seguir alegando una intervención ilegal de Washington ni escudarse en ese argumento exculpatorio para justificar su inacción ante la guerra entre los narcos sinaloenses a la que no han querido poner fin a pesar de tener la capacidad y la autoridad para hacerlo.
¿Qué ocultaban entonces el expresidente y la actual presidenta al desmentir la primera versión de los hechos que publicó desde el 10 de agosto del 2024 Ismael Zambada García y que ahora ratifica El Chapito Guzmán López? Acaso ¿no quisieron meterse en la guerra desatada entre Los Mayitos y Los Chapitos porque ellos también participaron de la traición al Mayo o porque tenían compromisos inconfesables con una o con las dos facciones sinaloenses?
Hoy que a los dos les respondió desde Chicago Joaquín Guzmán López, dándoles pelos y señales de cómo secuestro y extrajo al Mayo Zambada del territorio nacional, sin que el presidente que decía saberlo todo se haya enterado –o al menos eso es lo que dijo públicamente–, los argumentos, justificaciones y hasta la narrativa de que todo es culpa de Estados Unidos se le cayó a la 4T, y tanto el jubilado de La Chingada, como la inquilina de Palacio le deben una explicación clara y puntual a los sinaloenses y a todos los mexicanos de cuál es su relación con la guerra desatada desde hace más de un año en Sinaloa.
Dados girando. Acecha la Serpiente.
