El Partido Acción Nacional (PAN) inició un ambicioso relanzamiento nacional con nuevo logo, estrategia y línea política, liderado por su dirigente nacional, Jorge Romero. A un mes de presentar su nueva imagen, la sede del partido se encuentra repleta de paquetería con artículos promocionales, como parte de una campaña que busca reposicionar al blanquiazul en un país dominado políticamente por Morena.
Romero confirmó la ruptura con el PRI y el rechazo a una posible coalición con Movimiento Ciudadano (MC) de cara a las elecciones intermedias de 2027. “Para 2027, alianzas con liderazgo político, sí, coaliciones no”, afirmó. El partido, que celebrará su Asamblea Nacional el próximo 29 de noviembre, se enfocará en alianzas informales con líderes locales, descartando acuerdos formales ante la autoridad electoral.
El dirigente panista también abrió la puerta a posibles candidaturas externas para 2030, incluyendo al empresario Ricardo Salinas Pliego, quien ha mantenido una confrontación pública con el Gobierno federal. “Si se anima, avanza y vemos que va creciendo en el ánimo, por supuesto que no lo descartamos”, expresó Romero.
Respecto al relanzamiento, Romero señaló que el objetivo va más allá del cambio estético del logo y contempla una reestructura política interna. Reconoció fallas, como el veto de publicidad en espacios del Metro de la Ciudad de México, y admitió que no se comunicó adecuadamente que esta transformación culminará en 2026 con un proyecto alternativo de nación.
Sobre las elecciones de 2027, el PAN prevé competir por los 300 distritos, aunque sin establecer metas concretas. Romero afirmó que habrá “un millón de sorpresas” en las candidaturas a las gubernaturas de los 17 Estados en disputa, con alianzas con figuras locales, incluso si no pertenecen a ningún partido.
La lista de aspirantes presidenciales panistas para 2030 incluye a Maru Campos, Libia García, Tere Jiménez, Mauricio Kuri, Ricardo Anaya, Mauricio Vila y Margarita Zavala. Romero insistió en que el PAN no se cerrará a los perfiles externos.
En cuanto al padrón de militantes, la meta del partido es duplicar su base actual, que supera los 300 mil afiliados. Según Romero, ya se ha logrado la mitad del objetivo en el último mes.
Romero descartó cualquier interés personal en una candidatura presidencial y defendió la renovación interna del partido como un proceso basado en la autocrítica. Aseguró que se reformarán los estatutos y se eliminarán prácticas que favorecen a liderazgos sin respaldo popular.
Sobre el llamado “Cártel inmobiliario”, el dirigente minimizó su impacto, señalando que no alcanza ni el 5% del conocimiento a nivel nacional. En relación con los expresidentes Felipe Calderón y Vicente Fox, ambos están invitados a la próxima Asamblea Nacional.

