Intentaron reventar la marcha convocada por la Generación Z el sábado, que reunió a miles de manifestantes. Lo hicieron, como era previsible, con provocadores, con los del llamado Bloque Negro, un grupo que es manejado por los sectores más radicales de la 4T capitalina, se dice que cercanos a Martí Batres, y que sirven para todo, como los viejos porros o las guardias blancas de Echeverría. Pero más allá del servilismo de ciertos medios que, cubriendo sólo los enfrentamientos trataron de diluir conscientemente la importancia de la marcha, éste ha sido el movimiento social más significativo de los últimos años.
La marcha del sábado demostró que era falsa la narrativa que durante días se mantuvo desde Palacio Nacional, de que era un movimiento “inorgánico” creado por bots, impulsado por la ultraderecha (que en México afortunadamente casi no existe, aunque algunas de sus expresiones como la iglesia Luz del Mundo están dentro de Morena) y hasta desde fuera del país. Una verdadera tontería indigna de un gobierno que se dice democrático.
La marcha fue popular, multitudinaria, y defendió causas muy específicas: contra la violencia, por la paz y la seguridad, con la indignación persistente por el asesinato del alcalde Carlos Manzo, escenificada en una consigna que pronto se convirtió en el leitmotiv de la marcha“¡Carlos no murió, el gobierno lo mató!”. Puede ser falso, pero es la consecuencia directa de lo que hemos advertido desde hace semanas: si para Palacio Nacional nadie es responsable de nada, si no hay un solo gobernador o funcionario que tenga que dejar su cargo asumiendo su responsabilidad por actos de corrupción o en asesinatos anunciados como el de Carlos Manzo, el responsable es todo el gobierno, comenzando por quien detenta el Poder Ejecutivo. Eso es lo que ganaron.
La marcha fue masiva (absurdo que sólo vio 17 mil manifestantes el gobierno de la ciudad), no fue violenta, los violentos fueron los provocadores que no eran parte de la misma. Violentos fueron en esta ocasión los policías que atacaron con extrema violencia no sólo a los provocadores del Bloque Negro, sino y sobre todo a los manifestantes, que estaban entrando pacíficamente al Zócalo. Fue una marcha transversal social, política y generacionalmente, convocada por la llamada Generación Z, pero en la que estuvieron muchos identificándose con el Movimiento del Sombrero, incluso estuvo la abuela de Carlos Manzo; hubo gente de todas las edades, madres buscadoras, padres con sus hijos, familias completas reclamando, en forma dura, como debe ser: justicia, seguridad, paz y fin de la violencia.
Fue una expresión opositora masiva que desmiente también la narrativa de la 4T de que se trató de una suerte de manipulación en redes. La mayor movilización se dio en la Ciudad de México, pero hubo marchas en 50 ciudades de la República, algunas muy masivas, como en la propia Uruapan, en Monterrey, en Guadalajara, en todos los estados. Es una confirmación de que Morena sí obtuvo una mayoría de 54 por ciento de votos en la última elección, pero que no representa ni remotamente al 74 por ciento que se adjudicó ilegítimamente en el Congreso, ni que tampoco la oposición está representada sólo por el PAN, el PRI, MC, partidos que viven hoy en su mínima expresión. Existe un movimiento social independiente que puede tomar formas políticas, y hasta partidarias en el futuro, de características impredecibles.
El gobierno federal y la propia presidenta Sheinbaum después de la marcha, como ocurrió hace dos semanas con el asesinato de Manzo, tiene dos opciones: asumir su responsabilidad de gobernar para todos, llamar a la unidad en la lucha contra la inseguridad y la violencia, hacer responsables a los funcionarios y gobernadores que no han cumplido con su deber e incluso desmantelar los grupos de provocadores, como el Bloque Negro. O seguir en lo que está, en una narrativa para la cual sus opositores son de ultraderecha, conservadores, manipulados por empresarios y movimientos extranjeros, racistas y hasta misóginos. Puede seguir culpando a los medios de los atropellos, corrupción e ineficiencia de los suyos y seguir pensando que esa mitad del país que no los apoya es desechable. O aceptar que debe gobernar para todos. En las mañaneras habla durante horas y todos los días. Es hora de que la presidenta Sheinbaum escuche.
- ADIÓS, VENEGAS
Murió el viernes, muy prematuramente, a los 55 años que cumplía ese mismo día, Sergio Arturo Venegas Ramírez, un amigo y periodista queretano que con su padre, Sergio Arturo Venegas Alarcón, fundó desde 2010, Plaza de Armas, uno de los mejores periódicos queretanos. Con la familia Venegas tuvimos una amistad entrañable de años que comenzó con Sergio padre y su esposa, La Nena, y continuó con Sergio chico, que terminó siendo durante muchos años, sobre todo en los que estuve en Grupo Imagen, uno de mis más cercanos colaboradores y amigo.
Los Venegas regresaron a Querétaro, fundaron su periódico, y la vida, la distancia, ciertas historias como siempre las hay, nos fueron alejando, pero no hay forma de ignorar décadas de una relación entrañable. Lamento con el alma la muerte de Sergio, comparto el dolor profundo de los suyos y desde aquí los abrazo con todo el afecto que la distancia no logró diluir. Descansa en paz, amigo Sergio Arturo Venegas Ramírez.
