El dueño de Miss Universo puede entrar a México, caminar tranquilamente por el país, acudir a algún restaurante de lujo y destapar una botella de vino cara. Raúl Rocha Cantú no es prófugo de la justicia. Es testigo protegido del gobierno, es decir, aceptó su responsabilidad como operador de una red de huachicol y tráfico de armas para el narco, y prometió dar información que vincule a otros empresarios y a funcionarios públicos.
La gran pregunta es: ¿a quién se comprometió a “empinar” Raúl Rocha Cantú? ¿quiénes son los peces más gordos en ese organigrama criminal que obtuvo visibilidad por el controversial certamen Miss Universo?
Hace cuatro años, llegó hasta las más altas esferas del gobierno federal —entonces encabezado por Andrés Manuel López Obrador— una denuncia que implicó a Raúl Rocha Cantú con el financiamiento ilegal a las campañas políticas de Morena. Esa denuncia lo vinculó con dos personajes que siempre han estado bajo sospecha en la élite del poder: Mario Delgado, exdirigente nacional de Morena y hoy secretario de Educación Pública; Ricardo Peralta, quien fue director de Aduanas y subsecretario de Gobernación en la administración pasada; y los hermanos Sergio y Julio Carmona, conocidos como “Los Reyes del Huachicol”.
Se señaló que entre los tres habían organizado una red de corrupción, huachicol fiscal y extorsión a casinos. De esta triada de actividades habrían obtenido los recursos para manejar el financiamiento de campañas políticas (y amarrar compromisos económicos a cambio): la de Mario Delgado a la dirigencia de Morena, así como las aspiraciones a la gubernatura de Marina del Pilar Ávila en Baja California, Víctor Castro en Baja California Sur, Layda Sansores en Campeche, Indira Vizcaíno en Colima, Félix Salgado Macedonio en Guerrero, Miguel Ángel Navarro en Nayarit, Rubén Rocha Moya en Sinaloa, Américo Villarreal en Tamaulipas, David Monreal en Zacatecas.
Cuenta el reporte interno, que circuló en el gabinete de Seguridad del entonces presidente López Obrador y al que tuve acceso, que estos personajes desfilaron por una oficina operada por Peralta y Rocha, ubicada en el Paseo de las Palmas 910 de la Ciudad de México, con la carátula de una consultoría político electoral.
La red fue inicialmente denunciada por la entonces titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Margarita Ríos Farjat, quien fue impulsada por AMLO para ser ministra de la Suprema Corte y luego fue de las que se rebeló a cualquier intento de sometimiento. A esta denuncia agregó datos Porfirio Muñoz Ledo (qepd) cuando compitió contra Mario Delgado por la dirigencia nacional de Morena, en una elección que fue cuestionada por fraude en las encuestas.
El lunes le pregunté a Raúl Rocha Cantú en W Radio a este respecto. Dijo: “falso, completamente falso… yo ni apoyo campañas políticas… no soy ni de Morena ni del PRI ni del PAN, tengo la relación que uno puede llegar a tener como cualquier mexicano”.
SACIAMORBOS
¿Y la visa?
