Es una mafufada decir que la ultraderecha internacional está detrás de la manifestación del sábado pasado. La gente se sumó a la protesta por la inseguridad, los asesinatos, las desapariciones, las extorsiones y las ganas de vivir tranquilos.
Bastaba con leer las pancartas, escuchar las consignas, preguntarles qué los llevó a tomar la calle para enterarse de que no los sacó ningún conspirador de la ultraderecha internacional, como dicen los morenos. Ni Donald Trump ni Giorgia Meloni ni Marine Le Pen o Javier Milei. Tampoco los partidos de oposición. No tienen ese poder de convocatoria Alito Moreno ni Jorge Romero ni Jorge Álvarez Máynez.
El tono de las pancartas revelaba sus inquietudes:
“Los abrazos y no balazos nos están matando”. “Los balazos que callaron su voz, no callarán nuestras voces”. “#JusticiaparaCarlosManzo”. “Marcho por un México seguro”. “Justicia, seguridad, salud y educación no son privilegios, son derechos”. O las consignas: “Carlos vive, su lucha sigue”. “Manzo no murió, el gobierno lo mató”. “¡Fuera Morena!” “¡Re-vo-ca-ción!”. Y así podríamos seguirle…
* No fue una marcha de jóvenes de la Generación Z, que nuevamente convocan a manifestarse el jueves 20 de noviembre del Ángel al Zócalo. Fue una protesta pacífica de ciudadanos infiltrada y violentada por el famoso Bloque Negro, al que se sumaron otros jóvenes.
De paso, les digo que el desfile militar del 20 de noviembre (Día de la Revolución) acortará su ruta. Antes salía del Zócalo y concluía en el Campo Marte, ubicado junto al Auditorio Nacional. Ahora saldrá del Zócalo rumbo al Monumento de la Revolución.
Sabia decisión de la Sedena. Al Zócalo llegará el jueves el segundo tiempo de la manifestación de la Generación Z. Es mejor evitar el riesgo de que se crucen con los militares.
* No es común que los dos coordinadores parlamentarios de Morena en el Congreso convoquen a la prensa para “cerrar filas” con la presidenta Claudia Sheinbaum.
Fue lo que hicieron ayer el senador Adán Augusto López Hernández y el diputado Ricardo Monreal Ávila, acompañados del senador Raúl Bolaños, vicecoordinador del PVEM en la Cámara alta, y del diputado Reginaldo Sandoval, jefe de la bancada del PT en San Lázaro, y otros más.
Adán Augusto ve en el ambiente, cito textual, “una embestida de la parte más oscura de la derecha, con participación internacional de la ultraderecha, el fascismo” en contra del gobierno de Claudia Sheinbaum.
Monreal asegura que la Presidenta está sometida a una serie de ataques, denuestos, calumnias “que nosotros rechazamos”.
Adán levantó su dedito para señalar que en la “oscura embestida” participan tres grandes conspiradores: el empresario Claudio X González, el exdirigente nacional del PRI Roberto Madrazo y el alcalde panista de la Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe.
Enseguida descalificó la marcha y sus motivaciones. Contradijo a la reportera de NMás, Claudia Flores, quien habló de una nutrida marcha: “Diferimos de ustedes de que fue nutrida. No fue siquiera el 20 % de la convocatoria o de los patrocinadores. Fue utilizada por los sectores más rancios de la derecha, por algunos medios de comunicación, que intentaron crear un ambiente de caos en el país, que no existe”.
Sobre los excesos de los granaderos cuando los soltaron para responder las agresiones de los integrantes del Bloque Negro que, a diferencia de otras veces, violentaron el ambiente hasta que llegaron al Zócalo, López Hernández dijo: “A lo mejor hubieron algunos excesos o abusos en el uso de fuerza pública, pero eso lo habrán de determinar las autoridades correspondientes”. El tono fue el mismo durante toda la conferencia. Adán descalificando, minimizando el tamaño de la manifestación, avalando la idea de “complot” de la ultraderecha internacional.
Eso me llevó a pedir la palabra para preguntarle: ¿Están ustedes descalificando a la gente que genuinamente fue a la calle a pedir mayor seguridad?
De paso, le dije que, reloj en mano, tomé el tiempo que tardó en pasar la manifestación de la vanguardia a la retaguardia: una hora y diez minutos.
Eso me llevó a afirmar que había gente suficiente para llenar el Zócalo y a referirme al blindaje de la zona, que hacía muy difícil llegar a la Plaza de la Constitución.
Contrarrespuesta de Adán: “Más allá de que si una de las demandas principales, que es válido, haya sido una protesta contra la inseguridad, lo que los mexicanos no queremos es violencia. Repito, desde mi punto de vista, no fue una nutrida movilización”.
Monreal fue moderado en su respuesta:
“Coincido contigo. La seguridad era uno de los temas que estaba en las pancartas y en las voces de los manifestantes. Y, aun así, si fueran 100 o fueran 100 mil, son voces que hay que escuchar”.
