El día fundacional de la nueva Suprema Corte de Justicia llega hoy, que se registre: 13 de noviembre de 2025. El pleno de ministros discutirá y probablemente votará cinco amparos presentados por un particular, el Grupo Salinas, en contra del gobierno y de la autoridad fiscal. Si la Corte los desecha, Grupo Salinas tendrá que pagar unos 45 mil millones de pesos por adeudos con el SAT. El enfrentamiento entre el particular y el gobierno ha sido abierto, encarnizado y largo.
No recuerdo un pleito de esa dimensión en lo que va del siglo, y no sé cuánto habría que retroceder hasta hallar algo parecido. Lo dicho, dicho está. El particular ha difundido con profusión en sus plataformas que enfrenta cobros dobles, inconstitucionales e inmorales, y que el SAT se ha negado a precisarle un monto real a fin de que pueda pagar lo que “en derecho corresponde”.
El gobierno le ha respondido en múltiples ocasiones que no hay cobros indebidos, por lo que no le queda otro camino que pagar. El grupo acusa una sanción política por sus críticas al régimen. El gobierno afirma que ese discurso de persecución es el pretexto para no pagar lo que debe. Así llega la hora de la naciente Suprema Corte. Puede darle la razón al particular, así sea parcialmente. O puede dejarlo sin opciones, al menos en México.
