Ya es hora de desmantelar el famoso Bloque Negro que aparece en todas las manifestaciones en la CDMX. Destrozan, queman, rompen, lesionan y se van sin que nadie los moleste.
La impunidad con la que actúan alimenta la idea de que son reventadores pagados por el gobierno para desvirtuar las legítimas demandas de ciudadanos inconformes con la 4T.
Se equivoca el oficialismo al descalificar la manifestación. Primero, en las cifras de asistentes. Los jilgueros de la cuatroté, dentro y fuera del gobierno, no han parado de decir una mentira tras otra.
El mismo día de la manifestación escuché a Arturo Ávila, vocero la bancada de Morena en San Lázaro, decir en Radio Fórmula que se trataba de ¡cinco o seis mil personas!
En la mañanera de ayer, la presidenta Claudia Sheinbaum quiso minimizar la protesta al asegurar que fueron menos que en la manifestación de la Marea Rosa.
Le cuento esto porque el sábado me planté en el camellón de avenida Reforma, casi esquina con Niza, desde las 11 am. Medí, reloj en mano, el tiempo que tardaba en pasar la manifestación.
Desde la vanguardia hasta la retaguardia vi pasar contingentes y más contingentes durante una hora con diez minutos. Había gente suficiente para retacar el Zócalo, pero el gobierno, en su afán de evitar la foto de la plancha llena, dejó pasar a los manifestantes por goteo.
Apuesta arriesgada. La plaza de la Constitución se convirtió en una olla. Una emergencia imprevista y la salida se habría transformado en una trampa.
Es cierto que predominaban los adultos, pero había también una buena cantidad de jóvenes. Lo más eran de clase media, sus ropas los delataban. Poca gente humilde, pero sí burócratas, agricultores, limoneros y hasta campesinos montados en caballos.
* Había un contingente de Uruapan integrado por allegados al asesinado Carlos Manzo. Platicamos unos minutos con Paulina “N”, una joven ecologista que fue a la misma escuela que el asesinado alcalde.
La consigna “¡fuera Morena! y “re-vo-ca-ción! ¡re-vo-ca-ción!” sirvió de fondo, mientras decía que Manzo “le ha dado un ejemplo muy grande a México.
“Hoy venimos a gritar porque queremos paz, queremos justicia, queremos vivir libres de extorsiones, de secuestros, de tanta inseguridad”, nos dijo.
Un SOS que deberían escuchar en Palacio Nacional en lugar de descalificar la manifestación y hablar de “complot internacional de la derecha” o que fue manipulada por la oposición.
* De nuevo con el Bloque Negro. Ha sido responsable de daños materiales, saqueos y agresiones físicas en todas las manifestaciones en las que aparece. Sus ataques incluyen rotura de vidrios, quema de mobiliario, uso de bombas molotov, piedras, martillos…
Apenas el 2 de octubre pasado —conmemoración de la matanza en Tlatelolco— el saldo de la violencia fue de 123 personas. De ese total, 94 eran policías y 29 civiles.
El sábado se contabilizaron 120 heridos, entre ellos 100 policías y veinte civiles. Esta vez los granaderos sí cargaron contra los manifestantes.
El Gobierno de la CDMX aceptó excesos por parte de los granaderos. Pablo Vázquez, secretario de Seguridad Ciudadana en la capital de la República, dijo ayer que se detectaron 18 incidentes potencialmente constitutivos de violaciones al protocolo de actuación policial.
“Se iniciaron el mismo número de investigaciones administrativas internas para realizar las entrevistas con los uniformados y continuar las indagatorias”.
En siete de estas investigaciones se ordenó la suspensión temporal de agentes, aseguró Vázquez.
La Presidenta se preguntó ayer: ¿Esta violencia de dónde vino? Informó: “Pedí a la fiscal de la Ciudad de México que se investigue quiénes son estos grupos. Es muy importante. “¿Por qué esta violencia? ¿Están pagados?”, preguntó en la mañanera.
¿En serio no sabe quiénes son? ¿No sabe si se alquilan? Su historia de violencia es nutrida.
Me niego pensar que el Centro Nacional de Inteligencia —así se llama ahora el Cisen— no le haya informado quiénes son, a qué obedecen, quién está detrás y por qué no los habían detenido.
* La violencia en la CDMX llamó la atención en la Casa Blanca. El presidente Trump se refirió ayer el tema y dijo que Mexico tiene grandes problemas.
-¿Lanzaría ataques en México para detener el narcotráfico? —le preguntaron.
-No tengo problema con eso. Haría lo que sea necesario para detenerlo.
¡Lo que nos faltaba!

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