Un debate interno se ha abierto dentro de la Cuarta Transformación (4T) tras la postura adoptada por la presidenta Claudia Sheinbaum frente a la irrupción política de la Generación Z. Intelectuales y asesores cercanos a la mandataria consideran que el tono confrontativo utilizado para responder a recientes movilizaciones juveniles podría ser contraproducente.
“Ella no es así”, afirmó uno de los principales asesores de Sheinbaum, en referencia al discurso de la presidenta luego de las protestas en el Zócalo. Aunque reconocen que hubo un uso político de dichas movilizaciones por parte de la oposición, cuestionan la decisión de responder con críticas directas y descalificaciones hacia los jóvenes.
Dirigentes de Morena consultados en condición de anonimato señalaron que Sheinbaum debería mantenerse al margen de estas polémicas y delegar la confrontación a otros funcionarios, con el fin de preservar sus niveles de aprobación. Asimismo, lamentaron la ausencia de una estrategia clara para comunicar la postura del Gobierno frente a este nuevo actor político sin caer en la polarización.
El escritor Jorge Zepeda Patterson, biógrafo de Sheinbaum, también se sumó al análisis. En su columna más reciente en Milenio, advirtió que la polarización política, aunque útil para fortalecer una base social, puede convertirse en un obstáculo para atraer inversiones y alcanzar el crecimiento económico planteado por la 4T.
Zepeda señaló que sin inversión privada no podrán avanzar proyectos clave como el Plan México, los parques industriales o la generación de empleo. Y advirtió que la polarización aleja precisamente a los sectores empresariales que podrían contribuir a estas metas.
De acuerdo con su análisis, la sobrepolitización genera un entorno adverso para los negocios, en momentos en que el Gobierno busca consolidar su política industrial y aprovechar el fenómeno del nearshoring para impulsar la economía nacional.

