La decisión del dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Romero, de romper con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha generado divisiones internas en al menos seis entidades del país, donde líderes panistas han manifestado su intención de mantener la coalición de cara a futuros procesos electorales.
Coahuila, Durango, Nuevo León, Chihuahua, Sonora y San Luis Potosí son los Estados donde las dirigencias locales han rechazado públicamente la línea nacional y defienden la viabilidad de continuar con el PRI. En algunos casos, los liderazgos estatales consideran que la alianza aún tiene fuerza electoral, mientras que en otros aseguran que romper el acuerdo podría significar perder terreno frente a Morena y sus aliados.
En Nuevo León, el líder panista Policarpo Flores confirmó que la coalición con el PRI se mantiene, señalando que el priista Adrián de la Garza cuenta con posibilidades reales de arrebatar el control del Estado a Movimiento Ciudadano, respaldado por encuestas internas.
En Durango, el dirigente local Mario Salazar afirmó que el acuerdo se encuentra “en análisis”, aunque destacó que la coalición permitió ganar la capital estatal en los comicios de junio. El exdirigente nacional panista Marko Cortés defendió la continuidad de la alianza a nivel local pese a su conclusión nacional, señalando que “si no se hubiera ido en coalición, no se gana”.
En Chihuahua, el alcalde capitalino Marco Antonio Bonilla manifestó que, en caso de buscar la gubernatura, únicamente lo haría en alianza con el PRI, y aseguró que no hay ruptura en la agenda legislativa local. Bonilla argumentó que la unión opositora es necesaria para enfrentar a gobiernos populistas, citando como ejemplo la situación política de Venezuela.
Sonora y San Luis Potosí también forman parte de la disidencia interna. En la capital potosina, el alcalde priista Enrique Galindo se perfila como candidato a la gubernatura en 2027 con el respaldo de la alianza PAN-PRI, con la intención de disputar al Partido Verde Ecologista de México el control del Estado.
Ante este escenario, Romero declaró que las decisiones sobre alianzas estatales corresponden exclusivamente a la dirigencia nacional, y advirtió que no permitirá desobediencia interna: “Que me escuche quién me tenga que escuchar”, dijo en entrevista radiofónica.
El PAN mantiene coaliciones con el PRI en los gobiernos estatales de Coahuila y Durango, además de acuerdos locales en otras cuatro entidades.

