La reunión celebrada este miércoles en Washington entre el canciller Juan Ramón De la Fuente y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, abordó temas de seguridad bilateral y dejó un mensaje claro sobre la postura de la Casa Blanca respecto a Venezuela: la escalada militar impulsada por el presidente Donald Trump no disminuirá.
La embajada mexicana reportó que Washington recomendó al gobierno de México evitar cualquier alineamiento con Caracas, en un contexto donde la administración estadounidense ha autorizado operaciones encubiertas en territorio venezolano, reveladas esta semana por medios como The New York Times.
En el encuentro también participaron el embajador Esteban Moctezuma y el subsecretario Roberto Velasco. Según fuentes diplomáticas, el Departamento de Estado realiza un monitoreo estricto sobre miembros del oficialismo mexicano y sus vínculos ideológicos con Cuba y Venezuela.
Durante la conversación, se advirtió que respaldar al gobierno de Nicolás Maduro equivale a apoyar un narcoestado con presuntos vínculos con el terrorismo.
La vigilancia incluye el retiro de visados a aproximadamente 50 políticos mexicanos, información difundida por la agencia Reuters y nunca desmentida por autoridades estadounidenses. Las sanciones se han extendido a la cancelación de permisos de viaje a personas con declaraciones consideradas “inconvenientes” en redes sociales.
El gobierno estadounidense no ha revelado públicamente los nombres de los afectados ni el estatus de sus bienes en Estados Unidos, lo que ha generado incertidumbre entre sectores políticos vinculados al oficialismo.
En el radar diplomático de Washington también se encuentra un reciente viaje de políticos mexicanos a Corea del Norte, además de reiteradas muestras de apoyo a Venezuela y Cuba.
Rubio habría dejado claro que no desea replicar con México la situación diplomática actual con Colombia, donde el presidente Gustavo Petro perdió su visa. El secretario de Estado busca evitar una confrontación directa con el gabinete mexicano, pero mantiene la advertencia sobre las “relaciones peligrosas” con gobiernos adversarios a la política exterior de Estados Unidos.
Y MUCHO PETRÓLEO PARA CUBA . . .