Periférico Norte fue bloqueado el lunes, a la altura del Parque Naucalli, a lo largo de 15 horas. Se escribe fácil, pero se desató en la zona una pesadilla indescriptible, con filas kilométricas de tráileres, vehículos de carga, unidades de transporte público y automóviles varados.
El caos se apoderó por completo de la zona y ahogó calles aledañas desde poco después de las ocho de la mañana, hasta cerca de la medianoche.
Habían pasado 11 días desde la desaparición de Kimberly Moya, estudiante del CCH Naucalpan, de 16 años, quien fue vista por última vez el pasado 2 de octubre en la colonia San Rafael Chamapa.
Esa tarde, la estudiante salió de su casa para sacar unas copias. Según muestran videos obtenidos en cámaras de vigilancia localizadas por las autoridades, un Volkswagen sedán de color gris pasó junto a ella en al menos tres calles que se conectan a través de escaleras o callejones, en su ruta hacia el centro de impresión.
A las 16:14, Kimberly caminaba sobre la calle Filomeno Mata. Uno de los videos muestra la imagen de un hombre que corre hacia ella, y que poco antes caminaba con paso tranquilo. Se trataba de un sujeto de 57 años, identificado como Gabriel Rafael “N”, quien declaró más tarde que había echado a correr porque quería ir al baño a su taller de tornería. Según la hipótesis de la fiscalía, Gabriel Rafael interceptó y “dirigió” a Kimberly hacia el Volkswagen que conducía Paulo Alberto “N”, de 36, quien lo esperaba en la calle Diagonal Minas.
En el taller fueron halladas unas botas de color café manchadas de sangre. El tornero dijo que era suya: que se había cortado al hacer su trabajo. Pero la intervención de un perito en genética forense confrontó las manchas hemáticas con muestras biológicas tomadas a los padres de Kimberly. A través de técnicas de “extracción, amplificación y detección del material genético”, se determinó que los rastros presentaban coincidencias con las muestras recabadas.
Según la conclusión de la confronta, “con base en el estudio genético y estadístico se obtiene un índice de verosimilitud con valor de 5,868,339,066,000,000,000,000”. Esto significa que el perfil genético de la muestra “soporta muy fuertemente” que pertenece a la hija biológica de las personas cuyo material genético fue analizado.
“Existe una alta probabilidad de que dichos indicios pertenezcan a la víctima”, informó la fiscalía en un comunicado.
Paulo Alberto “N” admitió inicialmente que conocía al tornero, “porque le hacía tornillos para su coche”. Admitió haber llevado a Gabriel Rafael “N” hasta un callejón, frente a la entrada de una casa. Luego cambió de parecer y sostuvo que no conoce al sujeto.
En el Volkswagen, tras la prueba de luminol, apareció una mancha. Pero había sido lavada con jabón y hasta la noche de ayer todavía estaba siendo analizada con reactivos químicos.
Para la fiscalía, el resultado pericial es infalible: las pruebas científicas, dicen, señalan a Gabriel Rafael “N”.
Lo que no se ha logrado determinar “es exactamente qué hicieron” con la víctima a la que privaron de la libertad, según una fuente de alto nivel de la fiscalía.
El tornero, por su parte, ha negado conocer a Paulo Alberto y niega toda participación en los sucesos. Las casas de ambos fueron cateadas, con acompañamiento de la madre de Kimberly, pero no existe rastro de su paradero.
Autoridades de los tres órdenes de gobierno continúan con la investigación y con los trabajos de búsqueda. Nuevos domicilios han sido registrados. Hasta ayer, sin embargo, las autoridades se hallaban en un callejón sin salida.
Las 15 horas de bloqueo en Periférico Norte sirvieron para alumbrar la problemática de una entidad que se encuentra a la cabeza en la desaparición de mujeres y figura entre los cinco estados que concentran el 44.3% de las personas desaparecidas.
Hasta el 13 de octubre, según el registro nacional, de 64,344 personas desaparecidas en el Edomex, 33,284 son mujeres. No solo eso: uno de cada cinco casos de desaparición de niños, niñas y adolescentes registrados en el país, ocurren en el Edomex.
Que bloqueen el Periférico para siempre. Urge voltear a ver esta tragedia.
Una prueba mas de las mentiras de la mujer que afirma que “llegamos todas”, ni humanista, ni solidaria con su genero, era bien sabido que es una resentida, sumisa y obediente a las locuras del viejo inepto, ademas de aportar su arrogancia y soberbia, esa mujer es una autoritaria, mas peligrosa para México que en anciano que ha permitido la destrucción de las instituciones que nos garantizaban un poco de democracia.