Usuarios de la red social X han mostrado una fuerte reacción de rechazo contra la aprobación apresurada de la miscelánea fiscal 2026, impulsada por diputados de Morena en la Cámara de Diputados, señalando afectaciones económicas directas a la población. En las últimas 48 horas, los términos “fast track” y “madrugete” han dominado las tendencias digitales, aludiendo a la rapidez con la que se aprobó el paquete fiscal que incluye alzas en al menos 26 rubros, como bebidas azucaradas, tabaco, videojuegos, apuestas, permisos turísticos, entradas a museos y sitios arqueológicos, así como tarifas en aeropuertos y bolsa de valores.
Las críticas más frecuentes acusan un intento de imponer nuevas cargas fiscales sin debate suficiente, afectando principalmente a la clase media y a sectores vulnerables. Usuarios señalan contradicciones entre estas medidas y los discursos gubernamentales de combate al hambre, acusando al gobierno de querer “saquear” al ciudadano común para financiar un gasto público que consideran excesivo.
Entre las preocupaciones destacadas figuran el alza de precios en videojuegos —que podrían llegar hasta 1,600 pesos por título—, los aumentos en sueros orales como Electrolit durante temporadas de calor extremo, y el encarecimiento de productos culturales como museos y sitios arqueológicos, lo que podría limitar su acceso a ciertos sectores de la población.
En temas de movilidad y comercio, el alza en cobros aeroportuarios y en la bolsa de valores también fue blanco de críticas por su impacto potencial en el turismo, la paquetería y la economía en general.
Los señalamientos políticos no se hicieron esperar. Muchos usuarios vincularon estas acciones con modelos económicos autoritarios, acusando una deriva hacia el “comunismo” o “peronismo” y llamando a no votar por Morena en elecciones futuras. Hashtags como #MorenaDestruyendoAMexico y #ConMorenaMasImpuestos concentraron gran parte del descontento viralizado en miles de publicaciones y réplicas.
Un pequeño sector justificó las alzas como medidas necesarias para regular consumos dañinos o financiar proyectos de infraestructura, aunque sus argumentos fueron ampliamente rebatidos por la mayoría de los usuarios, que cuestionaron la equidad de las medidas fiscales.
Simultáneamente, otra polémica se desató con el influencer conocido como Dr. Polo, quien fue señalado por participar en una presunta campaña pagada para desprestigiar a la marca Electrolit. La controversia comenzó tras la denuncia de otro creador de contenido, quien presentó capturas que apuntan a supuestos pagos por hasta 48 mil pesos a varios influencers para cuestionar el estatus regulatorio del producto, etiquetado como medicamento pero vendido como bebida.
Dr. Polo respondió con un video en el que ofreció disculpas y prometió más cuidado en sus contenidos, aunque agradeció a las marcas por mantener contratos, lo que avivó las críticas en redes. Usuarios lo acusaron de priorizar intereses comerciales sobre la ética médica, calificando su disculpa como insuficiente y calculada.
Algunas publicaciones sugirieron que la campaña contra Electrolit podría estar relacionada con los recientes cambios fiscales, al considerar que el producto evade impuestos al no ser clasificado como refresco. Esta conexión aumentó la percepción de una estrategia más amplia de manipulación mediática desde el poder.
Mientras tanto, la marca Electrolit no ha emitido posicionamiento oficial, lo que ha dado pie a especulaciones y prolongado la viralidad del tema en redes sociales.