Centenas de encapuchados provocaron una jornada violenta en el Centro Histórico de la Ciudad de México, donde 94 policías resultaron lesionados, tres de ellos de gravedad, y 29 civiles fueron heridos durante los disturbios registrados al término de la marcha del 2 de octubre.
Los hechos ocurrieron cuando un grupo de jóvenes embozados, identificados como parte del llamado bloque negro, se separó del contingente principal y atacó a los elementos policiacos a un costado de la Catedral Metropolitana.
Los agresores usaron piedras, martillos, cadenas, botellas, pintura, petardos y bombas molotov para agredir a los uniformados, quienes portaban únicamente escudos, cascos, rodilleras y extintores como parte del operativo de contención. Uno de los policías fue golpeado hasta quedar inconsciente.
De acuerdo con el Gobierno de la Ciudad de México, al menos 350 personas participaron en saqueos, vandalismo y ataques, desde Tlatelolco hasta el Zócalo capitalino. Durante el trayecto, se incendiaron comercios y se dañaron fachadas de varios inmuebles.
A las 17:32 horas, los actos violentos opacaron el discurso del Comité 68 y el resto de la movilización estudiantil. Inicialmente se desplegaron 500 elementos policiacos, pero ante la escalada de violencia, fueron reforzados con mil agentes más.
Los encapuchados intentaron saquear una tienda de conveniencia y una joyería. Uno de ellos fue detenido tras ingresar al local e intentar llevarse anillos. En otro punto, se incendió la fachada de otra joyería, lo que obligó la intervención del cuerpo de bomberos.
El secretario de Gobierno capitalino, César Cravioto, calificó los hechos como “una gran provocación” y aseguró que no hubo fallas en la estrategia de contención.
Por su parte, el director de la Policía de la CDMX, Pablo Vázquez, reiteró que la instrucción fue contener y encauzar la protesta sin caer en provocaciones.
La violencia también se replicó en otras ciudades, como en Toluca, donde un grupo de jóvenes quemó una patrulla tras un enfrentamiento con policías que les impidieron avanzar en su movilización convocada por estudiantes de la UAEM.

