A 64 aumentó la cifra de personas fallecidas por las lluvias e inundaciones en los estados de Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro y San Luis Potosí, en medio de severas críticas a la presidenta Claudia Sheinbaum por la respuesta tardía y la falta de previsión ante la emergencia.
La Coordinación Nacional de Protección Civil informó que Veracruz encabeza la lista con 29 muertos y 18 desaparecidos, seguido de Hidalgo con 21 fallecidos y 43 personas no localizadas. En Puebla se reportan 13 muertos y cuatro desaparecidos, mientras que en Querétaro hubo una víctima fatal. San Luis Potosí, aunque sin decesos, presenta afectaciones en 12 municipios.
Durante su visita a Poza Rica, Veracruz, una de las zonas más afectadas, Sheinbaum enfrentó reclamos de la población por la lentitud en la respuesta del gobierno federal y estatal, encabezado por Rocío Nahle.
“¡Han pasado tres días y no aparecen!”, le gritó un joven mientras denunciaba la falta de apoyo para localizar a personas desaparecidas. La presidenta, visiblemente tensionada, respondió que “no todo se puede arreglar en un solo día” y justificó la tragedia asegurando que “no se esperaba una lluvia tan intensa”.
Otro de los reclamos recurrentes fue la tardanza en suspender clases, medida que, según habitantes, pudo haber evitado varias muertes, ya que solo en Poza Rica se estima que fallecieron entre cinco y diez personas. Una ciudadana le respondió: “¡En el 99 sí se pudo!”, en referencia a las acciones tomadas durante el gobierno de Ernesto Zedillo en una emergencia similar.
La mandataria también publicó un video en sus redes sociales donde omitió los reclamos ciudadanos y mostró solo fragmentos con una población tranquila y agradecida. En ese mensaje, aseguró que las Fuerzas Armadas ya se desplegaron para tareas de limpieza y asistencia.
Sin embargo, imágenes difundidas por el fotoperiodista Carlos Nava muestran otra realidad en Poza Rica: calles cubiertas de lodo, comerciantes abandonados y sin maquinaria oficial para remover toneladas de escombros.
En la Central de Abastos, locatarios trabajan con palas y cubetas entre el barro endurecido, sin apoyo visible del gobierno. “Todo se perdió, no quedó nada”, dijo uno de los afectados, mientras mostraba bodegas llenas de productos en descomposición.
Pese a las promesas oficiales, habitantes de varias comunidades siguen sin ayuda y con una emergencia activa que ha dejado decenas de muertos y desaparecidos. Según las autoridades, la causa principal fue el desbordamiento de ríos y arroyos por lluvias intensas.