La detención de Hernán Bermúdez Requena en Paraguay es una noticia que, por fin, da un respiro ante la desoladora persistencia y crecimiento de la impunidad y la corrupción en México. La captura del exsecretario de Seguridad Pública de Tabasco, acusado de los delitos de delincuencia organizada, extorsión y secuestro exprés, es un paso adelante en el desmantelamiento de un andamiaje criminal que se gestó y consolidó durante los años recientes, de la mano de autoridades constituidas cuya principal tarea es mantener seguros a los mexicanos.
Bermúdez Requena, conocido por sus vínculos con la organización criminal La Barredora –al punto de que se le considera creador y jefe de la misma–, fue aprehendido en una operación conjunta de la Policía Nacional de Paraguay y autoridades de seguridad mexicanas, con la colaboración de la DEA estadunidense, que culminó con su captura, la madrugada del sábado 13, en un suburbio exclusivo de Asunción, donde llevaba tiempo ocultándose, luego de haber ingresado ilegalmente en ese país sudamericano. La precisión y contundencia con la que actuaron las autoridades extranjeras contrasta con la pasividad que se había observado en México, país del que el exfuncionario logró escaparse en enero, días antes de que se girara la orden de aprehensión en su contra (¿quién lo habrá puesto en alerta?).
La detención de Bermúdez es un recordatorio de que la justicia no debe ser selectiva. Ahora, el proceso de extradición y juicio debe ser exhaustivo y transparente, sin dejar fuera a ningún funcionario que haya estado vinculado con el grupo criminal. La Barredora, cuyo fortalecimiento se dio en los primeros años de la llamada Cuarta Transformación, es un ejemplo de cómo el crimen organizado se infiltró en las estructuras del poder, sembrando el terror en Tabasco, Chiapas y el sur de Veracruz.
No se puede ignorar la responsabilidad de Adán Augusto López Hernández, quien como gobernador de Tabasco nombró a Bermúdez Requena en un cargo de máxima confianza. El mismo López Hernández, siendo secretario de Gobernación, dijo en febrero de 2023 en Ciudad Juárez, que era imposible que el expresidente Felipe Calderón no hubiera sabido lo que hacía su secretario de seguridad Genaro García Luna, procesado en EU. La misma lógica debe aplicar para él. Lo natural es que se le interrogue sobre su relación con Bermúdez y lo que sabía de las actividades de La Barredora.
Ese cuestionamiento no debe detenerse ahí. La lucha contra la corrupción, si es seria, debe llegar hasta las más altas esferas. Se debe interrogar al expresidente Andrés Manuel López Obrador y a su secretario de Marina, José Rafael Ojeda Durán, sobre lo que sabían del contrabando de combustible. ¿Realmente no estaban enterados de nada? ¿Se debe exonerar al entonces almirante secretario sólo porque supuestamente pidió a la FGR investigar lo que pasaba en su entorno? ¿Se puede descartar, de antemano, el conocimiento de uno y otro sobre el mayor acto de corrupción en la historia moderna del país? El caso de Genaro García Luna es un antecedente que no se puede olvidar. Durante más de un año, el gobierno de López Obrador no procedió contra él, y fue la justicia de EU la que lo llamó a cuentas en diciembre de 2019.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que debe haber pruebas para procesar a alguien. Tiene razón, pero esas evidencias deben buscarse sin descartar a ningún posible participante. La lucha contra la corrupción no puede tener excepciones ni nombres sagrados. Recordemos que fue el propio López Obrador quien dijo varias veces que un Presidente de México siempre está enterado de los “jugosos negocios” que dan en el país. Y no sólo eso, sino que necesariamente es un participante, pues es quien los permite.
Qué bueno que las autoridades paraguayas dieron con Hernán Bermúdez. Su detención es una oportunidad para que la justicia mexicana demuestre que está comprometida de verdad con el combate al crimen organizado. Ojalá que esta vez no se pierda la oportunidad de hacer una limpieza a fondo y sentar las bases para un futuro sin corrupción ni impunidad. El país lo necesita.
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