Un término poco explorado pero que debe analizarse en México es la Inversión Extranjera Directa Modular. El reciente dato de 34 mil 265 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) reportado por el gobierno para el primer semestre y celebrado ampliamente, podría darnos algunas luces, por ser aparentemente paradójico: en el año de cambio de Poder Judicial y de incertidumbre por aranceles, la IED toma tracción en México. ¿Cómo es posible?
Hay tres tramos de respuesta. El primero es el tamaño del mercado nacional, que con 130 millones de habitantes y un consumo relativamente estable, es un generador neto de inversión para hacer negocios aquí. El segundo, el mundo entero entró en incertidumbre, pero México ha logrado mantener su ventaja relativa: un reciente reporte de GBM muestra cómo México enfrenta una tasa arancelaria efectiva de entre 5 y 8 por ciento, muy por debajo de otros 24 países que, incluso con acuerdos alcanzados con Donald Trump, enfrentan aranceles tres o cuatro veces mayores.
Y el tercero es la forma que está tomando la IED. Y esa forma puede estar tomando segmentos de producción, en lugar de fábricas completas, como ocurría antes. En el sector automotor y en el industrial esto podría ser más evidente. Pero, todo está dominado por la narrativa estadounidense, que succionó este verano el significado del reshoring. Sin embargo, las cosas no son tan desfavorables para México.
El ejemplo más claro de lo anterior lo dio General Motors en junio, cuando anunció que trasladaría cierta producción de México a EU, moviendo la producción de los Chevrolet Blazer y Equinox de Ramos Arizpe y San Luis Potosí a lugares como Michigan o Kansas. No obstante, la pieza de información relevante para México no fue esa, sino lo que dijo GM al secretario Ebrard: no hay cierre de plantas en México.
Lo anterior significa que la fanfarria se seguirá celebrando en EU, pues eso es lo que la administración Trump necesita. No obstante, varias de las líneas de producción, reorganizadas, permanecen aquí, muy probablemente con otros componentes y otros productos. Y con reinversiones.
De manera que el reshoring estadounidense está en marcha, sí, aparentemente a costa de México. Sin embargo, el nearshoring también lo está, a favor de México y a costa de China. Y este nearshoring estaría siendo modular, y explicaría los números de IED que recibimos; solo que ahora para módulos de manufactura y en líneas que abonan a la resiliencia de las fábricas estadounidenses.
OPEN BANK
Potente el arranque de Open Bank en México, el banco digital de Santander, que encabeza Felipe García Ascencio: ya superó 300 mil clientes en el país y captó cinco mil millones de pesos. Sí.
