El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, no negó el intento de secuestro contra su nieta ocurrido el martes en Culiacán, un hecho que ha sido interpretado como una advertencia directa de la facción de “Los Chapitos”, en medio de los esfuerzos federales por capturar a Iván Archivaldo Guzmán.
De acuerdo con versiones difundidas, el vehículo en el que viajaba la joven fue atacado a balazos y uno de los escoltas resultó gravemente herido. El incidente coincidió con la visita a la entidad de Omar García Harfuch, lo que aumentó la tensión política y de seguridad.
Según reportes, la Secretaría de Marina se ha comprometido con autoridades de Estados Unidos a ejecutar la detención de Iván Archivaldo Guzmán, considerado actualmente como el capo más buscado.
La jornada de violencia en Sinaloa incluyó también balaceras y la muerte de un empleado estatal relacionado con la compra de medicamentos, lo que agravó la percepción de inestabilidad en la entidad.
En el entorno político, destacó la reacción del exalcalde de Ahome, Gerardo Vargas, adversario de Rocha, quien expresó su solidaridad al gobernador tras conocerse el ataque.
Fuentes consultadas señalaron que al interior del gabinete estatal y entre mandos de la Sedena circularon versiones sobre una posible represalia inmediata contra los responsables del atentado.
Mientras tanto, funcionarios federales y estatales han insistido en que la seguridad en Sinaloa muestra avances, aunque el intento de secuestro y los hechos violentos registrados en Culiacán contrastan con esa narrativa.

