Nos platican que en la bancada de Morena hay una nueva fractura.
Los morenistas, cuyos valores rechazan la lucha por el poder, están divididos por los cargos en la Cámara baja.
Nos cuentan que ayer, durante la plenaria, no bastaron siete horas para definir la integración de la Mesa Directiva y el perfil del PAN que apoyarán para Presidir dicho órgano legislativo.
El problema inició cuando se propuso a Dolores Padierna dejar vacante la Vicepresidencia y a Gabriela Jiménez dejar la vicecoordinación del grupo parlamentario.
El planteamiento era dar a Sergio Gutiérrez Luna la vicepresidencia y a Dolores Padierna la vicecoordinación, sin embargo, la diputada adelantó que no lo permitiría y lanzó la primera amenaza: “No se puede elegir la vicepresidencia porque esa la ocupo yo y ni está vacante, a menos que quieran destituirme”.
“No vamos a destituir a nadie, el reglamento en el artículo 17, dice que cada año se tiene que renovar, o sea no se busca destituir a nadie sino cumplir la regla”, reviró otro diputado.
Además, nos cuentan que el propio Sergio Gutiérrez no aceptó quedarse sin cargos.
Sobre la Presidencia, nos aseguran que también fue Padierna quien vetó a Kenia López Rabadán. Aseguran que argumentó que la diputada dijo que Kenia es un perfil contestatario. Recordó que quien ocupe ese cargo, debe acudir a eventos oficiales, muchos de ellos a un lado de la Presidenta de la República: “¿Cómo vamos a permitir que sea Kenia?”
Así, la división en Morena de rebote afecta al al PAN, pues no quieren que Kenia López presida la Mesa Directiva para el segundo año de esta 66 Legislatura.
Hoy a las 2 de la tarde se reinicia todo en Morena, y a las 5 vendrá la sesión de instalación donde se definirá qué perfil del PAN estará al frente de la Cámara de Diputados.
Ya no quieren premiar a Noroña
Nos cuentan que, pese a la defensa pública que han tenido que hacer del expresidente del Senado, en la bancada de Morena prevalece la postura de que Gerardo Fernández Noroña ya recibió un pago más que generoso por su papel como corcholata presidencial al otorgársele ese cargo por un año. Entre la tropa de la bancada ven innecesario que se le apapache con la presidencia de alguna comisión o con la vocería del grupo parlamentario y de hecho hay quienes señalan que sería injusto, porque su estilo de conducción de la mesa directiva metió en muchos problemas no sólo al partido sino también al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. Y encima de todo eso, don Gerardo tiene abiertos sus temas patrimoniales y de escándalos, como el de la casona de Tepoztlán. Falta ver si desde la cúpula hay señales para seguir arropándolo.
En la plenaria del Partido del Trabajo, los senadores decidieron excluir la reforma electoral de sus prioridades para el nuevo periodo de sesiones. Nos comentan que fue muy clara la señal enviada por los legisladores petistas en presencia de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez: no van a aprobar a ciegas las iniciativas impulsadas por Morena si no les dan lo que buscan. Nos hacen ver que si alguien se pregunta qué es lo que quieren los integrantes del partido de Alberto Anaya, la respuesta es la previsible: un presupuesto con muchos ceros para ese instituto político y garantías de que continuarán con su negocio de jardines de niños. Sobre la eliminación de plurinominales, nos dicen, buscan salidas para que no se queden sin representación los de siempre.
La que sorprendió ayer a los diputados morenistas fue la consejera jurídica de Presidencia, Ernestina Godoy, quien decidió anunciar en la reunión plenaria de ese partido lo que la Secretaría de Hacienda ya venía avisando desde hace semanas: que en el presupuesto para 2026 vendrá la propuesta de incrementar los impuestos especiales a refrescos y bebidas azucaradas. La sorpresa fue que es un ramo en el que doña Ernestina no se mueve, por lo que algunos morenistas, en son de broma comenzaron a preguntarse si quiere convertirse en secretaria de Hacienda. También dijo que le “prohibieron” hablar de la reforma fiscal. ¿Traerá algo contra el titular de SHCP, Edgar Amador?
En vísperas de la firma del entendimiento de seguridad entre México y Estados Unidos, la Marina recibió un guiño desde la Cámara de Representantes del país vecino. Nos cuentan que el legislador republicano Dan Crenshaw felicitó a los muchachos del almirante Raymundo Morales Ángeles por los recientes aseguramientos de cocaína frentes a las costas de Guerrero. Al estilo de Donald Trump, el exmarino estadounidense afirmó que las acciones de la Armada mexicana son ejemplo “impresionante” de cómo se abate la actividad de los cárteles. “Necesitamos más de esto”, celebró. Nos comentan que en estos tiempos de tensión bilateral, una porra republicana no cae nada mal.
