“Para la mayoría de los cubanos, la vida en la isla ha dado un giro trágico en los últimos años: la economía se ha derrumbado, los cubanos más pobres buscan comida en los basureros y muchos mueren por falta de medicamentos. La respuesta del gobierno se ha limitado, en gran medida, a resistirse a las reformas de mercado y a culpar al embargo estadounidense de la escasez y los apagones diarios. Y, sin embargo, en medio de la miseria, el Ejército cubano goza de gran prosperidad: sus cuentas bancarias están repletas de efectivo, hasta 18 mil millones de dólares”.
Gaesa es la empresa más poderosa del Estado que controla negocios como el turismo, supermercados, remesas y el control del combustible incluido gasolineras, con ganancias desconocidas, por la opacidad, además de los guardaditos denunciados.
“Tienen reservas internacionales de dólares, y sin embargo, el resto de la economía se está cayendo a pedazos”, dijo al diario Pavel Vidal, economista cubano que trabaja en la Universidad Javeriana de Colombia.
Y añadió: “Es visible su gran capacidad de ‘extracción’ de divisas, pero es borroso su ‘aporte’ en divisas a bienes y servicios públicos”.
El ministro de Salud cubano, José Ángel Portal, ha admitido un desabasto de medicamentos del 70 por ciento por falta de divisas para producir localmente o importar, en una muestra de la crisis del servicio de salud.
La mayoría de municipios y ciudades cubanas registran apagones diarios por más de 20 horas seguidas que frenan actividad industrial y agropecuaria.
“Seguir poniendo parches sin cambiar el modelo es lo que nos ha llevado hasta acá: apagones masivos, transporte público prácticamente inexistente, baches en la entrega del combustible doméstico como el gas, falta de agua, canasta básica con distribución intermitente, basuras en las calles, incremento de la violencia… Seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes solo agravará, todavía más, la situación”, concluye Omar Pérez Villanueva, economista habanero en el sitio digital La Joven Cuba.
De ser cierta la versión del diario de Miami, Gaesa tiene guardados recursos suficientes para, por ejemplo, salvar el sistema de salud o inyectar otros apoyos en servicios públicos en estado crítico, a pesar del embargo estadounidense.
Barcos cargueros de Gaesa han sido desplazados a México para llevarse el combustible de Pemex subsidiado que debe servirle, quizás, para las plantas de energía. Aunque en ese entorno de opacidad castrense en la isla, no parece haber certeza de los beneficios del apoyo.
El gobierno mexicano da respiración artificial para que en Cuba, como dice el economista Pérez Villanueva, sigan haciendo más de lo mismo sin paliar las carencias de los isleños. El gobierno puede tener otro tipo de mediaciones que no fortalezcan a una administración autoritaria ni echen en saco roto las ayudas millonarias… antes de que la locomotora Trump embista y produzca un choque de trenes donde el más perjudicado será el propio pueblo cubano.
