Rollo, rollo. Acusaciones a los medios, victimización, pero terminó el lunes y la señora Gutiérrez Müller (después de escribir un mensaje en X y enviar un audio a la periodista Maca Carriedo) optó por la ambigüedad. Dice que no piensa mudarse a España, aunque “no cierro la puerta”. Rollo, rollo.
Tan sencillo que sería matar “la mentira” del diario ABC con tres respuestas monosilábicas a las preguntas elementales. 1. ¿Inició (o completó) trámites para obtener alguna forma de residencia en España? 2. ¿Se mudará a España en las próximas semanas, en el otoño? 3. (Si la respuesta anterior es afirmativa) ¿Será en Madrid, en la zona de La Moraleja? Sí o no.
Pese a su incuestionable perfil de personaje público, la señora podrá alegar con razón que no detenta cargo ni responsabilidad ninguna, por lo que no tiene que andar respondiendo preguntas. Ayer, sin embargo, aseguró que ésta no la dejaría pasar, porque es “una piedra como del tamaño de las bombas atómicas”.
Veremos. Está en su derecho de dejar el asunto en ese punto, o de aclarar lo básico.
De no hacerlo, sólo el tiempo revelará si la prensa española mintió groseramente o si la señora llegó a España, quizá a Madrid, quizá a La Moraleja, más bien escondiéndose.
Estaría también en su derecho.
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