Pasamos de la “sana distancia” entre gobierno y partido político -en tiempos de Ernesto Zedillo– a la pérdida de autonomía e independencia de los poderes Legislativo y Judicial. También, si se me apura, hasta del propio poder Ejecutivo frente a su antecesor. Se dinamita así la separación de poderes que los presidentes “neoliberales” fortalecieron, junto con la implementación de procesos más incluyentes y transparentes que permitieron a la oposición -hoy en el poder- tener voz y voto en la vida política del país.
En 1996 se impulsó una reforma electoral que dio mayor equidad a los comicios. Fue gracias a esa reforma, en el año 2000, que un candidato no priista ganó la Presidencia.
Aquella reforma amplió la representación proporcional para que legisladores de oposición pudieran llegar al Congreso aun sin ganar por mayoría, asegurando que las minorías participaran en la vida legislativa. Muy distinto a lo que plantea la reforma electoral actual: antes se diversificaba el panorama político; hoy se diluye la independencia de los tres poderes y se concentra el ejercicio de gobierno solamente en uno.
Hace apenas dos días, la presidenta Sheinbaum convocó a las cabezas del Legislativo -morenistas, pues ese partido controla las mayorías-, a Palacio Nacional para discutir la agenda prioritaria del próximo periodo ordinario, que inicia el 1 de septiembre. Línea delgada entre una buena comunicación institucional y el avasallamiento de un poder sobre otro.
Otro ejemplo no nimio: la semana pasada, el próximo presidente de la Suprema Corte de Justicia se reunió con Ricardo Monreal y Fernández Noroña. No con el presidente de la Cámara de Diputados (también morenista, Sergio Gutiérrez Luna, alias “esposo de dato protegido”), ni con los coordinadores parlamentarios. Así, sin más, aunque todavía no se ha reunido con la saliente presidenta de la SCJN, Norma Piña. En una institucionalidad real -que se presume, pero no se ejerce-, esta reunión tendría que haber sido la primera, pues Norma Piña es quien debe informarle de los casos, ponencias y retos que hereda.
Ahora que la presidenta Sheinbaum impulsa la reforma electoral, PT y PVEM ya le advirtieron que no cuente con ellos. Y la razón es obvia: si se eliminan las candidaturas plurinominales y el financiamiento público, esos partidos quedarían heridos de muerte. De ahí la amenaza: no apoyarían la reforma y se aliarían con la oposición.
No nos engañemos: la reforma electoral que viene no es defensa de la pluralidad ni de la democracia. Es la defensa de los propios intereses de Morena. Han perdido toda noción de autonomía e independencia de poderes y se sienten con derecho a chantajear a la presidenta de la República.
En ese mismo tono, la reunión de Sheinbaum con Monreal y Adán Augusto López en Palacio Nacional deja la pregunta: ¿seguirán los legisladores las iniciativas del Ejecutivo al pie de la letra? ¿O ya le advirtieron que le pondrán más obstáculos que antes? La versión oficial habla de revisar la agenda legislativa. La lectura política: Claudia tuvo que arropar a Adán Augusto, pero como si estuviera atada de manos. Percepción reforzada por el propio tabasqueño. Lo que se requiere es fortalecer a la presidenta; a ellos, está claro, eso no les importa.
¿En el TEPJF habrán abordado la propuesta del magistrado Reyes Rodríguez Mondragón? ¿O la iniciativa para anular la elección de ministros de la SCJN mediante la “operación acordeón” ni siquiera les preocupa?
Aquello que tanto criticaron -la falta de separación de poderes-, así como ignorar las voces partidistas y políticas críticas, hoy en la Cuarta Transformación lo practican sin disimulo. Tal vez a largo plazo pierda también la 4T. Mientras tanto, pierde la democracia, el debate legislativo, la vida político-social en México; sí, perdemos todos.
Tres en Raya
El exsecretario de Seguridad de Tabasco está prófugo de la justicia. Se le acusa de liderar al grupo criminal “La Barredora”. Sin embargo, quien fuera su jefe directo y después precandidato presidencial, el hoy coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, cuenta con el respaldo pleno de la Presidencia. Ricardo Monreal, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, después de presumir una “austeridad de lujo” en vacaciones por Europa, también lo respalda. Y es que hubo una operación cicatriz que mucho se había postergado.