La sesión de clausura, ayer, de la Comisión Permanente es el colofón de la violenta y rijosa presidencia de Gerardo Fernández Noroña, a la que llegó por decisión de Andrés Manuel López Obrador como parte de una estrategia distractora del desastre que fue su gestión presidencial.

A lo largo del primer año de esta Legislatura, Noroña nunca se comportó como presidente de tal Mesa que, por ley, representa a todos los legisladores. Actuó siempre pendencieramente y como integrante de la bancada del régimen, al servicio de ella y de Morena.

Sus arrebatos, gritos, insultos y descalificaciones, su discurso violento y arrogante fueron la tónica.

Y de la mano con eso, sus excesos: los viajes a Europa en premier, su presencia en salones vip de los aeropuertos, su negativa a rendir cuentas de gastos y del casi millón de pesos que recibe mensualmente de apoyos, su rechazo a aceptar ya no diga usted la pobreza franciscana que predicaba López Obrador, sino la austeridad republicana en su conducta y en sus declaraciones, donde la ha rechazado a pesar de los llamados de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la dirigente de su actual partido, Morena, Luisa María Alcalde.

Y ya para no hablar de aquel vergonzoso capítulo en el que utilizando recursos públicos, el jurídico del Senado obligó a un ciudadano a presentarse en su pleno para ofrecerle disculpas públicas. Si se aplicara el mismo rasero, ¿a cuántos tendría que haber pedido perdón este malandrín?

Pero es el poder que enloquece a los inteligentes, que no es el caso, también enloquece a los pendejos.

Insisto en que el cierre inédito de la Comisión Permanente es un retrato de su gestión en esa Mesa Directiva y en la del Senado que reconfirma que el discurso violento conduce siempre a conductas violentas.

Y no se trata de justificar a Alejandro Moreno, de ningún modo, de quien sea la violencia es intolerable, pero sí de recordar cuántas veces Noroña retó a golpes a legisladores y ayer que se dio la oportunidad, salió corriendo, lo que, de nuevo, lo retrata a él y a esa Legislatura.

RETALES

1. VÍCTIMA. Así, victimizado, ronroneando, se paseó Noroña por los noticieros de la tarde y noche, repitiendo que era una víctima, que denunciaría al agresor y pediría su desafuero. Los dos Noroñas. O los tres;

2. RECTORÍA. El martes por la noche se publicó la convocatoria para la rectoría de la Universidad de Puebla, BUAP, y apareció el nombre de Beatriz Gutiérrez Müller, pero sin cubrir ningún requisito. No se presentó a la audiencia y se dijo que había sido ocurrencia de un alumno; y

3. RAJA. El gobierno capitalino dice ahora que vendrán 5.5 millones de turistas al Mundial, cuando son cinco partidos en el Azteca, al que cabrán 500 mil personas. Los demás deben venir a verlo por la tele. Sí, mienten como respiran.

Joaquín López-Dóriga

Joaquín López-Dóriga es un periodista y conductor de noticieros. Fue titular de El Noticiero en Televisa (2000-2016) y desde 1994 conduce su noticiario en Radio Fórmula, consolidándose como una de las voces más influyentes en el periodismo mexicano.

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