En la cúpula de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) crece la hipótesis de que el Pentágono planea conformar una fuerza operativa integrada por soldados de origen mexicano para enfrentar a los cárteles en México, luego de que un dron estadounidense sobrevolara recientemente el Estado de México. Mandos castrenses consideran que ese vuelo habría sido un ensayo para medir reacciones antes de avanzar con despliegues de mayor alcance.
De acuerdo con esta versión, el Ejército de Estados Unidos y la Marina cuentan con un número significativo de elementos de origen mexicano, quienes serían utilizados en operativos en territorio nacional, lo que permitiría evitar la presencia directa de militares extranjeros en contacto con civiles mexicanos.
En la Sedena existe preocupación porque estas discusiones se realizan directamente entre el Pentágono, la Secretaría de Marina y el titular de Seguridad, Omar García Harfuch, mientras que la Guardia Nacional ha quedado fuera del esquema. Los mandos advierten que esta estrategia dejaría al Ejército mexicano al margen de decisiones centrales.
El fortalecimiento político de García Harfuch también es señalado en el entorno castrense, luego de que se le atribuyera la reasignación del control del abasto de combustibles a Pemex Logística, quitándoselo a la Sedena, tras la presentación de cifras que mostraron una baja en homicidios.
Dentro del gabinete de seguridad se comenta que la ofensiva de Trump contra Venezuela tiene vínculos en México a través de operaciones del Cártel de Sinaloa en el Caribe. No obstante, el principal obstáculo para un acuerdo militar más amplio estaría en la propia Casa Blanca, donde Trump declaró recientemente que él decidía “lo que México debe hacer”. Horas después, el embajador Ronald Johnson aseguró que existe “buena coordinación” con el Gobierno mexicano.