¿Qué narcotraficante de primer nivel queda que no se haya convertido en testigo colaborador de la justicia estadunidense? Ayer, el abogado defensor de Ismael El Mayo Zambada, Frank Pérez, informó que su defendido llegó a un acuerdo con la fiscalía y se declarará culpable en la próxima audiencia del 25 de agosto en la corte de Nueva York. Ese tipo de acuerdos implica uno de colaboración con las autoridades. Y vaya que tiene elementos sobre los cuales hablar El Mayo, un hombre que ha estado más de medio siglo en el mundo del narcotráfico y los últimos 30 años convertido en el capo más poderoso de los cárteles mexicanos.
Pero no se trata sólo de El Mayo. Entre los que se han convertido en colaboradores de la justicia estadunidense en los últimos meses, en su caso años, están el hermano de Zambada, Jesús, y su hijo Vicente. La semana pasada fue entregado a los Estados Unidos, Juan Carlos Félix, el yerno de El Mayo, detenido semanas atrás y que ya veremos que más temprano que tarde recorrerá el mismo camino que sus familiares.
Hablando de familias, toda la familia Guzmán López, Ovidio, Joaquín y Griselda, la mamá de ambos, se han convertido en colaboradores, incluyendo la veintena de familiares que fueron recibidos meses atrás en Estados Unidos. La última esposa de El Chapo, Emma Coronel, también en su momento llegó a un acuerdo con la fiscalía, lo que le permitió estar poco más de un año en una cárcel de mediana seguridad y rápidamente quedó en libertad. El abogado de todos ellos es Jeffrey Lichtman, quien ha anunciado que también es el defensor de los dos Chapitos que quedan en libertad, Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar. Esa designación generó especulaciones sobre presuntas negociaciones de los dos hermanos con el propio gobierno estadunidense.
Y es que toda la estructura de primer nivel de Los Chapitos está desmantelada. El hombre más cercano a Iván, Jorge Humberto Figueroa Benítez, alias El Perris o El 27, fue abatido después de un duro enfrentamiento en mayo pasado, y en estos meses fueron detenidos y ahora entregados a Estados Unidos, los últimos jefes de seguridad de Los Chapitos, Martín Zazueta y Kevin Gil, El 200. También, colaborando con las autoridades de la Unión Americana, está el que fuera figura central en esa organización, El Nini, Néstor Isidro Pérez Salas. Entre los 26 entregados la semana pasada del cártel de Los Chapitos están Leobardo García, Jesús Guzmán Castro, Héctor Domingo Ojeda y Baldomero Fernández Beltrán, El Mero.
También está negociando un acuerdo de colaboración con la justicia Vicente Carrillo Fuentes, El Viceroy, que fue jefe del Cártel de Juárez y hermano de Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos. No se sabe qué sucederá con Rafael Caro Quintero, cuya audiencia será en los primeros días de septiembre. Y hay muchos más de primero, segundo o tercer nivel, criminales y familiares de criminales que han buscado refugio en la justicia estadunidense.
Es la válida la pregunta ¿quiénes faltan? Evidentemente, entre los grandes liderazgos del narcotráfico faltaría El Mencho y sus principales colaboradores en el CJNG, aunque esa organización ha sufrido golpes (uno de sus cuñados fue enviado la semana pasada a Estados Unidos), pero son menores a los que sufrieron las organizaciones relacionadas de una u otra forma con el Cártel de Sinaloa y sus diferentes fracciones.
Pero lo cierto es que la cantidad de información que tiene la justicia estadunidense sobre lo que sucede en México con el crimen organizado, sus redes de protección y lavado de dinero es, sencillamente, enorme. Y como dijo el secretario de Defensa, Pete Hegseth, su país sabe mucho más de México y de los cárteles de lo que estos suponen.
En el caso de El Mayo y de todos los que se declaren colaboradores, no habrá juicios. Eso implica que mucha de esa información no será pública, lo que la hace más peligrosa y manipulable políticamente, porque puede ser utilizada de muchas y muy diferentes maneras. Por lo pronto, vienen tiempos tempestuosos, porque en el tema estrictamente de la seguridad existe una confianza creciente en el gabinete de seguridad de la actual administración. Lo que falta son decisiones políticas.
- DEBACLE EN BOLIVIA
La estrepitosa caída del populismo de izquierda, es un decir, en Bolivia relacionado con Evo Morales, que había gobernado 20 años ese país, es aleccionador. Con ninguno de los otros gobernantes populistas de izquierda había tenido tan cercana relación el gobierno de López Obrador como con Evo Morales, que incluyó hasta un cinematográfico rescate cuando fue separado del poder. La división de su partido, el MAS, las acusaciones por pedofilia y abuso contra Evo, la lucha entre éste y el presidente Luis Arce, llevaron a ese régimen (del que se tomó mucho, desde los operadores de redes que ahora trabajan para Morena hasta el diseño de la reforma judicial) al derrumbe.
Disputarán la segunda vuelta en Bolivia dos formaciones de centro derecha, el expresidente Jorge Quiroga y Rodrigo Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, que ganó la primera vuelta y tiene mayores apoyos para la segunda, dentro de un mes.
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