Como el personaje de La ley de Herodes, el famoso Varguitas que siendo alcalde de San Pedro de los Saguaros cambió la Constitución, en Campeche, el enojo de la gobernadora Layda Sansores con un periodista terminó en la imposición de un censor al medio Tribuna, en el que Jorge Luis González publicó la información que molestó a la mandataria estatal. Nos hacen ver que dicha figura sacada de la manga por un juzgado campechano viola de manera flagrante los artículos Sexto y Séptimo de la Constitución, que prohíbe expresamente la censura previa en México. El “interventor judicial” que revisará los contenidos antes de su publicación nos remite a prácticas de dictaduras como la castrista, la pinochetista, la orteguista o la madurochavista. ¿Será que los nuevos ministros defenderán la Constitución o darán luz verde desde la Suprema Corte a los Varguitas de Morena que quieren censurar y seguir cambiando la Carta Magna sin siquiera pasar por el Congreso?

Nos cuentan que en círculos judiciales promorenistas afirman que la presidenta del Tribunal Electoral, Mónica Soto, sumó fuerzas con Reyes Rodríguez Mondragón, a quien a su vez señalan por su cercanía con Roberto Gil y otros panistas y expanistas, para impulsar la candidatura de Ana Yadira Alarcón a una magistratura en la Ciudad de México. Nos recuerdan que doña Ana Yadira fue vetada por el expresidente López Obrador para ser comisionada del INAI, por sus presuntos lazos con los blanquiazules Santiago Creel y Miguel Rodarte. Así que a doña Mónica parece que no le alcanza con la seguidilla de fallos favorables al oficialismo. Algunos malpensados aseguran que la consejera jurídica de Presidencia, Ernestina Godoy, ya tomó nota de lo que los detractores de Soto consideran un “cambio de rumbo” hacia aguas azules. ¿Será?

Nos cuentan que después de los coletazos del verano peligroso para viajeros de lujo, algunos señalados están recurriendo al ya clásico expediente morenista de la victimización. El diputado Ricardo Monreal y el senador Gerardo Fernández Noroña han sido los más destacados en querer hacerse pasar por víctimas de clasismo y hasta racismo porque los cacharon en sus vacaciones de cinco estrellas, en lugar de asumir sus siete años de discurso de condena fulminante a la riqueza y exaltación de la pobreza franciscana. Siguiendo la escuela de Palenque, esa en la que la víctima mayor de una masacre era el expresidente López Obrador porque afectaba su imagen o la que llevó a la gobernadora Rocío Nahle a ser más víctima que la maestra Irma Hernández, don Ricardo y don Gerardo intentan conmover al público con sus cuitas. Tanto que ya en el Congreso se les empieza a conocer como Victimín y Victimón.

Por cierto, que, en el Tribunal Electoral, nos dicen, ya está todo planchado para sacar adelante la validación de la elección judicial, posiblemente para la segunda semana de agosto. La mayoría de tres que hay en la Sala Superior se mantendrá hasta esta última etapa del proceso, en la que no prevén revocar acuerdos importantes, ni anular por temas como el uso de acordeones, pero sí podrían revertir sanciones a candidatos ganadores que aparecieron en ellos.

Bajo Reserva

Bajo Reserva es elaborada con aportaciones de periodistas y colaboradores de El Universal previamente verificadas.

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