En el fin de semana que matan a ocho personas en Tuxpan, Veracruz, anuncian que un funcionario de la presidenta, Pablo Gómez Álvarez, diseñará la nueva reforma electoral.

Tuxpan, la tierra natal de Jesús Reyes Heroles, artífice de la reforma política de 1977 que abrió la puerta a un largo camino democratizador en México. ¿Desandarán esos pasos? ¿Van a regresar al país a la época de José López Portillo?. Entonces no estaba legalizada la pluralidad del país, o para ser exactos: permanecía prohibido el Partido Comunista Mexicano, donde militaba Pablo Gómez, y no tenía autorización el Partido Demócrata Mexicano, donde participaban muchos católicos, hombres decentes, que simpatizaban con el viejo sinarquismo. O de plano, ¿resucitarán a Manuel Bartlett como árbitro electoral?

No debemos olvidar que José López Portillo fue candidato único en 1976; en la boletas electorales los mexicanos no tenía otra opción, aunque tenían dos partidos-farsa: el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y el Partido Popular Socialista. Memes electorales. ¿Quieren en el 2030 otro candidato único? ¿Con sus mismos socios electorales? ¿El Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México se van a prestar a reducir el financiamiento público, a tapar el acceso a radio y televisión, y a liquidar a diputados y senadores de representación proporcional?. En el intento de reforma electoral de Andrés Manuel, sólo quería diputados plurinominales, elegidos por cada estado de la República.

Veremos que tanta relevancia tiene esa comisión, cuando se le asigne un presupuesto, la Constitución señala que no podrá hacerse pago alguno que no esté comprendido en el Presupuesto o determinado por ley posterior. ¿Más foros?. Sin invitar a la oposición a redactar esas leyes, esa Comisión presidencial, será una pista de un circo para ver marometas retóricas, prestidigitación fraudulenta, ensayos de embustes, y tratar de legitimar con peroratas zalameras a la Presidenta, el avance al autoritarismo, mientras el país de desangra y el miedo impide hablar de la extorsión.

“Saludamos con esperanza” el nombramiento de Pablo Gómez, dijo el diputado Ricardo Monreal, al tiempo que advierte una “disputa interna insalvable” y llamó a la unidad del Movimiento obradorista; por su parte el parlotero senador Fernández Noroña, acusó que dentro del tiempo de la reforma electoral puede haber “golpeteo interno”, con morenistas sumados a la “ofensiva” de la derecha, sin reparar que esa reforma puede transformar a “el movimiento” en una simple “movida” que “bu-ke-li-ze” a Morena, sí de Nayib Bukele, al legalizar la reelección eterna.

Ya traicionaron su credo antimilitarista y apuñalaron por la espalda a Benito Juárez, ¿por qué creerles ahora en su honradez democrática, y en que no volverán a asesinar por cierto en Lecumberri (donde estuvo preso Pablo Gómez en 1968) a Francisco I. Madero, padre del sufragio efectivo y la no reelección presidencial?

Raúl Álvarez Garín, “la voz más autorizada del 68”, según Elena Poniatowska, se opuso al traslado de los restos de Jesús Reyes Heroles a la Rotonda de los personas Ilustres. Pablo Gómez, sucesor en la presidencia del PRD de López Obrador, y diputado “de mayoría”, pero derrotado en su intento de relegirse por Gabriel Quadri, en el distrito 23 de Coyoacán, en la Ciudad de México, ¿acabará por sepultar la obra del tuxpeño Reyes Heroles?

Finalmente el humo de la cárcel de Tuxpan, Veracruz, con sus ocho muertos y diez heridos, se veía hasta el otro lado del río Pantepec, hasta Santiago de la Peña, por donde empezó a navegar, el 25 de noviembre de 1956, el barco “Granma”, con Fidel Raúl Castro a bordo, que gobernaron la isla de Cuba, entre los dos hermanos más de medio siglo… ¿Ya se vieron, verdad? ¿Se embarcó en la misma aventura antidemocrática el comunista Pablo Gómez?

Germán Martínez

Germán Martínez Cázares es abogado y político mexicano, actual diputado federal y miembro del PAN. Ha sido presidente del partido, senador, secretario de la Función Pública y director del IMSS.

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