Por Ricardo Ravelo
Estados Unidos acusa al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a militares y a funcionarios de su gobierno de encabezar el llamado “Cártel de Los Soles”, una red criminal señalada de traficar drogas hacia territorio estadounidense en alianza con el cártel de Sinaloa.
La administración norteamericana sostiene que Maduro y sus colaboradores están implicados en narcotráfico, lavado de dinero y terrorismo, por lo que se han girado órdenes internacionales de captura. Durante el gobierno de Donald Trump, la Casa Blanca incluso amagó con una invasión para detener al mandatario venezolano, aunque el tema perdió visibilidad tras el inicio de la guerra en Ucrania y la crisis energética en Europa.
El cártel de Los Soles debe su nombre a las insignias doradas de los generales de la Guardia Nacional Bolivariana y, de acuerdo con investigaciones, inició en los años noventa con mandos militares involucrados en narcotráfico. Desde entonces, se ha consolidado con la participación de funcionarios de alto rango. Entre los señalados se encuentran Hugo Armando Carvajal Barrios, Henrry de Jesús Rangel Silva, Ramón Emilio Rodríguez Chacín, Cliver Antonio Alcalá Cordones, Fredy Alirio Bernal Rosales y Néstor Luis Riverol Torres.
La lista también incluye a Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, considerado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos como pieza clave en el negocio del narcotráfico. En 2015, The Wall Street Journal reveló que era investigado por esos delitos con base en testimonios de excolaboradores. Otro señalado es Tareck El Aissami, exvicepresidente venezolano, acusado igualmente de actividades ilegales relacionadas con el tráfico de drogas.
Incluso, Cilia Flores, esposa de Nicolás Maduro, ha sido vinculada al narcotráfico por presuntos nexos con sus sobrinos —detenidos en Estados Unidos por introducir cocaína— y con el piloto venezolano Yasenky Antonio Lomas Rendón, acusado de realizar más de cien vuelos con droga hacia el Caribe.
Según informes de la Drug Enforcement Administration (DEA), el cártel de Los Soles mantiene una alianza con el cártel de Sinaloa desde finales de los noventa, la cual se fortaleció tras la fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán en 2001. Mike Vigil, exdirector de Operaciones Internacionales de la DEA, aseguró que ambas organizaciones llegaron a mover entre 200 y 250 toneladas de cocaína colombiana con destino a Estados Unidos.
Durante el juicio de “El Chapo” en Nueva York también se ventiló que el capo buscó establecer pistas de aterrizaje en el Caribe con apoyo de contactos vinculados a las FARC y al cártel de Los Soles. La ruta colombiana-venezolana-hondureña se consolidó como una de las principales vías del narcotráfico hacia México y Estados Unidos.
El esquema criminal —originado en el régimen de Hugo Chávez y fortalecido con Nicolás Maduro— se mantiene vigente, de acuerdo con autoridades estadounidenses, gracias a la participación de civiles, militares y políticos en activo.