ARREPENTIDOS quieren en el Cielo y todo indica que en el gobierno federal ya se arrepintieron de varias de las ocurrencias petroleras de AMLO. La presentación del programa para “salvar” a Pemex implica un giro en varias decisiones del anterior gobierno… aunque tratando de disimularlas.
ESO EN buen español significa recurrir al método de fracking que tanto criticaba López Obrador al grado que quiso prohibirlo desde la Constitución.
Y AHÍ NO ACABAN las vueltas en “U”. También se está hablando de revivir las proscritas alianzas con el capital privado, por ejemplo, para reactivar campos maduros como “Zama” y “Trión”.
NO ES POR ESPANTAR a nadie en el Palacio de Gobierno de Sinaloa, pero tal vez deberían de inquietarse con la decisión del Departamento de Justicia de no pedir la pena de muerte para Ismael “El Mayo” Zambada.
QUIENES SABEN de estos asuntos afirman que el aviso enviado por el fiscal general al juez que lleva el caso, muy probablemente indica que el capo ya está en negociaciones con las autoridades norteamericanas.
¿Y QUÉ podría estar negociando? Pues evidentemente recibir una condena más leve a cambio de soltar la sopa sobre sus cómplices mexicanos, especialmente los que despachan en oficinas públicas y que tanto le interesan a Washington.
YA QUEDÓ establecida la agenda para el arranque de la nueva Suprema Corte de Justicia el 1 de septiembre. Y habrá tres ceremonias, porque somos austeros pero hay que hacer que se note.
LA PRIMERA SERÁ la toma de protesta formal de las ministras y los ministros en el Senado, porque sin foto oficial no hay nombramiento que valga. Luego habrá una sesión solemne de instalación, porque ya se sabe que sin discursos no hay justicia.
Y POR ÚLTIMO se llevará a cabo una ceremonia de entrega de bastón de mando, porque, claro, las y los ministros no están para cuidar la Constitución sino para repetir los rituales de la 4T.
CON TANTO PROTOCOLO lo único que faltó fue la ceremonia del incienso, el bautismo evangélico y el corte de listón. Pero, bueno, será mejor no darles ideas.