Si la prudencia es víctima de la propaganda, como suele suceder con las declaraciones incontinentes de la presidenta Claudia Sheinbaum en sus monólogos matinales, el cortoplacismo de su narrativa requiere ajustes para evitar mentir y contradecirse en cuestión de minutos, y para que el tiro no le salga por la culata, como pasó con su reacción al mensaje que dio el administrador de la DEA, Terrance Cole, tras el reconocimiento de culpas de Ismael El Mayo Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa, en la Corte Federal en Brooklyn.

Hace una semana, Sheinbaum descalificó a Cole por anunciar acuerdos de cooperación que desconoció y ayer lo utilizó como referencia para apuntalar la narrativa del régimen y sugerir a los medios en qué enfocarse del día ciertamente “muy interesante” en Brooklyn. Sin embargo, la presidenta tergiversó las palabras de Cole, quien no dijo lo que ella aseguró que dijo. Lo que planteó fue más grave, en función de sus intereses como gobernante y encubridora de los malos pasos de algunas de las figuras del régimen.

Sheinbaum dijo que lo que más le llamó la atención de lo que dijo el director de la DEA fue que “hemos derribado a tres grandes narcos, el primero (Genaro) García Luna, el segundo (Joaquín) El Chapo (Guzmán), y tercero El Mayo”, porque colocó al mismo nivel a dos conocidos capos de la droga y al que fue secretario de Seguridad del presidente Felipe Calderón. Cole, sin embargo, dijo otra cosa:

“Este caso fue construido ladrillo por ladrillo. Empezó en una reunión sobre objetivos en Nueva York en 2020, en la que participé. De ahí, la División de Nueva York (de la Fiscalía en Brooklyn) y agentes de todas las dependencias federales, persiguieron sin descanso a cada miembro del Cártel de Sinaloa, junto con nuestros agentes en Bogotá y Madrid, y nuestros socios del FBI.

“Cada entrevista, cada intervención telefónica, cada noche sin dormir, fue por la justicia… Nuestra colaboración global desarrolló el golpe final, apoyándonos en nuestros socios en Nueva York, Bogotá, Madrid y Washington… Fue el mismo modelo que usamos cuando derribamos a García Luna, cuando derribamos a El Chapo… Es el modelo para desmantelar a los cárteles en la actualidad”.

Sheinbaum sugirió a los medios analizar la declaración de Cole. Vale la pena, porque más allá de mentir para acomodar el nombre de García Luna para fines políticos, hay otros elementos significativos en las palabras de Cole:

1.- Tras la reunión en 2020, nunca se apoyaron en el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, al que excluyeron de esas investigaciones. La desconfianza en López Obrador es el trasfondo de que jamás le informaran que se preparaba la captura de Zambada el año pasado, porque, de acuerdo con funcionarios estadounidenses, temían que desde Palacio Nacional lo alertaran.

2.- Cole dijo que tienen testimonios y grabaciones de intervenciones telefónicas inculpatorias. No son las únicas. La Fiscalía en Brooklyn también tiene dos transferencias electrónicas al entorno de López Obrador días después del saludo del expresidente a la madre de El Chapo, el 29 de marzo, en Badiraguato.

3.- El “golpe final” a Zambada, o sea la captura, se hizo en coordinación con los fiscales de Nueva York, y agentes federales en Bogotá, Madrid y Washington. De acuerdo con funcionarios estadounidenses, la operación la planeó el equipo del FBI que ha investigado al Cártel de Sinaloa desde hace más de 15 años, y la ejecución corrió a cargo de un comando especializado en terrorismo del Departamento de Seguridad Nacional.

4.- Cole se refirió a García Luna para subrayar el “modelo” para detenerlo, que se reveló durante el juicio donde lo condenaron y sentenciaron a 38 años de cárcel, donde testigos cooperantes del Cártel de Sinaloa, incluido el hermano de El Mayo, Jesús Reynaldo El Rey Zambada, cometieron perjurio y nunca aportaron una sola prueba de su involucramiento con el Cártel de SinaloaEl Rey Zambada también declaró en contra de El Chapo en su juicio, en el cual aseguró que el Cártel de Sinaloa le había pagado sobornos a López Obrador.

5.- El jefe de la DEA en el que se apoyó ayer Sheinbaum es el mismo que elaboró la primera lista de 35 políticos de Morena presuntamente vinculados con los cárteles de las drogas, cuando como responsable de operaciones en la región, con base en la Ciudad de México, vio cómo por razones políticas Estados Unidos regresó al general Salvador Cienfuegos, acusado de vínculos con la organización de los Beltrán Leyva, sin que fuera sujeto a proceso como López Obrador se había comprometido, añadiendo al agravio el haber difundido en una mañanera información confidencial de la agencia.

Sheinbaum dijo ayer que para que procediera una investigación en México tendría que haber una denuncia. No es lo que dijo de García Luna, ni tampoco es verdad. El Mayo Zambada denunció al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, mediante una carta dada a conocer en agosto del año pasado, sin que hasta la fecha se haya abierto una carpeta de investigación, como la Fiscalía General sí hizo a partir de otros dichos del excapo de las drogas. En Washington ven esto, como en el caso de Cienfuegos, como impunidad.

La presidenta volvió a reconocer que no sabe nada más que el resto de la gente de los intríngulis en Brooklyn. Por eso, además de revisar lo que dijo exactamente Cole, también le convendría leer la parte final del comunicado de prensa del Departamento de Justicia, sobre la declaración de culpabilidad de Zambada, donde señala que El Mayo operó con impunidad a los más altos niveles del narcotráfico mundial, mientras garantizaba su éxito continuo y su seguridad mediante sobornos a funcionarios del gobierno mexicano y policías, controlándolos para proteger a sus operadores y cargamentos de droga, pagando a militares de alto grado para que les informaran de operaciones del Ejército contra el Cártel de Sinaloa, cuyo combate le había encargado desde 2009 el expresidente Calderón.

Sheinbaum se encuentra en la dinámica de la propaganda obradorista, eficaz en México, pero no más allá. La mañanera cumple para sedar conciencias, pero desde Nueva York ya le dijeron que esto apenas empieza.

Raymundo Riva Palacio

Raymundo Riva Palacio es periodista, analista y conferencista especializado en política y economía mexicana. Autor de la columna Estrictamente Personal, es comentarista en radio y televisión, ha sido profesor en la Universidad Iberoamericana y dirige EjeCentral.com.

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