Hoy es prófugo de la justicia, pero tienen casi tres años los señalamientos públicos contra Hernán Bermúdez Requena, exsecretario estatal de Seguridad en Tabasco, nombrado por el entonces gobernador Adán Augusto López Hernández.

Su nombre apareció en una veintena de documentos de la Secretaría de la Defensa, de entre los millones de archivos filtrados por el grupo de hackers Guacamaya en octubre de 2022.

En ellos se acusaba al funcionario de operar para el crimen organizado bajo el seudónimo de Comandante H. Una investigación del Centro Regional de Fusión de Inteligencia Sureste (Cerfise) detalló que Bermúdez Requena negoció la liberación de presuntos delincuentes, y otorgó privilegios al líder de La Barredora, Benjamín Mollinedo Montiel, alias El Pantera. Fue identificado como facilitador de operaciones de ese grupo criminal. También se le vinculó con otros delitos, como tráfico de migrantes y robo de hidrocarburos.

El 17 de octubre de 2022, días después de la filtración de los documentos militares, el tema de Bermúdez Requena llegó a la mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Cuando el mandatario se disponía a finalizar la conferencia, con el llamado para ir “a desayunar”, Dalila Escobar, reportera de Proceso, alcanzó a lanzar la última pregunta: “Presidente, un asunto que tiene que ver con Tabasco y con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, de quien, de acuerdo con informes del Centro Regional de Fusión de Inteligencia, las personas que (él) puso al frente de la seguridad en el estado todavía como gobernador en Tabasco, como Hernán Bermúdez Requena (…) son presuntos integrantes o están relacionados, se presume, con un grupo criminal, un cártel, y lo que mencionan es que ellos han continuado en el cargo”, expuso Escobar.

Y continuó: “Estos informes, que se tienen por parte de este centro regional que llegan a la Sedena, no han tenido ninguna consecuencia. Supongo que ya habló del tema con el secretario de Gobernación. Y si no, ¿qué podría decir al respecto de estos informes?”.

Sin ocultar su fastidio, respondió: “Pues muy poco… la verdad. Primero, que Adán es un hombre honesto, lo conozco bien. Segundo, que hay muchos ataques de la prensa conservadora en contra nuestra. Y tercero, que la gente nos tiene confianza y saben que nunca vamos a traicionarlos. Y vámonos a desayunar”.

–Pero son informes de la Sedena–, insistió la reportera.

–No, es que con ustedes no voy a poder, porque son una prensa y unos medios que están dedicados por completo a atacar al gobierno. Entonces tienen todo su derecho a informar o a desinformar, pero también nosotros lo a replicar.

–Son informes de los propios Centros Regionales de Inteligencia…

–Hay muchísimas mañas o prácticas para golpear. El hampa del periodismo sabe muy bien cómo hacerle y sigue vigente la máxima de que la calumnia cuando no mancha, tizna.

Para rematar, López Obrador pidió, como había hecho otras veces, que proyectaran en la pantalla del Salón Tesorería de Palacio Nacional el poema La calumnia, de Rubén Darío, y lo leyó: “Puede una gota de lodo sobre un diamante caer/ Puede también de este modo su fulgor oscurecer/ Pero, aunque el diamante todo se encuentre de fango lleno / El valor que lo hace bueno no perderá ni instante / Y ha de ser siempre diamante por más que lo manche el cieno”. Y agregó: “Es bellísimo, ¿no? Posdata: dirigido al hampa del periodismo”.

Dos años y cuatro meses después de ese intercambio en la mañanera, se libró una orden de aprehensión contra Bermúdez Requena a solicitud de la FGR. Algo habrá sabido el exfuncionario, que, días atrás, había puesto pies en polvorosa. De acuerdo con el general Miguel Ángel López, comandante de la 30 Zona Militar, huyó del país.

Entonces, señor López Obrador, ¿cómo quedó aquel “diamante”?

BUSCAPIÉS

“Los cárteles tienen un gran control sobre México, debemos hacer algo al respecto. No podemos dejar que esto continúe. Las autoridades mexicanas están petrificadas”: Donald Trump.

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