Nunca un presidente de México había tenido en el norte a un presidente como Donald Trump, como ahora Claudia Sheinbaum.
Y déjeme contarle, Presidenta, lo que como reportero he vivido en esta vecindad cuando siendo un chaval, en 1970, cubrí la visita de Richard Nixon a Gustavo Díaz Ordaz en Puerto Vallarta, el 20 de agosto de 1970 y la que le correspondió en San Diego al mes siguiente.
Usted entonces tenía ocho años y estudiaba el tercer año de primaria en la escuela Manuel Bartolomé Díaz, en Tlalpan, y yo ya andaba en esto.
Luego cubrí la del presidente electo Luis Echeverría a Washington, al mismo Nixon y con Gerald Ford el 21 de octubre de 1974 en Nogales, Sonora.
Jimmy Carter vino a México el 14 de febrero de 1977 con López Portillo y lo recibió tres años después. Miguel de la Madrid fue a Washington el 13 de febrero de 1884 con Ronald Reagan y el 13 de febrero de 1988 lo anfitrionó en Mazatlán.
Carlos Salinas con George Bush papá el 4 de octubre de 1989 en Washington, en Monterrey el 26 de noviembre de 1990, en Houston en abril de 1991 y en Camp David, en San Diego y en San Antonio. En Austin con Bill Clinton en enero de 1993 y una vez más con él en Washington. Ernesto Zedillo fue a la Casa Blanca el 5 de mayo de 1997 con Clinton y éste fue a Mérida el 14 de febrero de 1999.
Vicente Fox recibió a George Bush hijo en su rancho el 14 de febrero de 2001, lo recibió en Guanajuato. Felipe Calderón estuvo en Washington el 13 de enero 2009, lo recibió aquí el 16 de abril y volvió allá con Barack Obama el 19 de mayo de 2010. Enrique Peña Nieto fue su anfitrión el 2 de mayo de 2013 y López Obrador visitó a Trump el 8 de julio de 2020.
Pues bien, Presidenta. En todos los encuentros el reporte siempre fue: hubo buena química entre los presidentes. El encuentro fue cordial, amistoso y constructivo, aunque no fuera verdad. Los comunicados de sus ocho conversaciones telefónicas con Trump han ido en el mismo sentido y ahí tiene usted la ofensiva de ayer.
Me parece que es tiempo de que, siendo Trump esencial en esta relación, suba al nivel de sus prioridades y verá cómo él se ajusta porque le conviene.
Las llamadas telefónicas y los pulcros comunicados se gastaron.
RETALES
1. VISITA. Ayer reapareció Manuel Bartlett en Palacio Nacional. Entró en su camioneta al estacionamiento por la calle de Correo Mayor, bajó la ventana, saludó, se dejó ver. Llegó a las 12:03 y salió a las 14:06;
2. PODER. Clara Brugada cerró ayer todos los accesos al Zócalo y la estación del Metro, para dar su anuncio sobre la gentrificación. No quería molestias; y
3. RESPALDO. Si alguien quiso mandar mensaje al canciller De la Fuente en la mañanera, le salió al revés. La Presidenta le dio el más fuerte respaldo que haya recibido secretario alguno.