Los pagos pendientes de Petróleos Mexicanos (Pemex) a proveedores en Veracruz podrían estar siendo afectados por un conflicto político entre la gobernadora Rocío Nahle y la presidenta Claudia Sheinbaum, revelaron fuentes cercanas a la petrolera. La deuda con empresas del estado asciende a aproximadamente 3,000 millones de pesos, pero no figura entre las prioridades del gobierno federal, según versiones recogidas por LPO.
La tensión entre Nahle y Sheinbaum se ha agudizado tras el cambio de administración. Aunque la presidenta ha manifestado públicamente su compromiso con el pago de pasivos mediante mecanismos coordinados con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), en el sector persiste el malestar por la opacidad en los criterios de selección de pagos.
Fuentes consultadas indicaron que el conflicto entre ambas mandatarias podría estar influyendo directamente en la postergación de los pagos a proveedores veracruzanos, lo que consideran una posible forma de castigo político. La relación deteriorada tiene varios antecedentes, entre ellos el desempeño de la refinería de Dos Bocas —impulsada por Nahle durante su gestión como secretaria de Energía—, proyecto que Sheinbaum habría calificado de fallido en privado.
Otra fricción clave gira en torno a Cuitláhuac García, exgobernador de Veracruz y actual titular del Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenegas). Nahle lo ha señalado por presunto desfalco en el sector salud, mientras que Sheinbaum defendió su labor desde la conferencia matutina del 7 de mayo, afirmando que “está haciendo un excelente trabajo”.
Nahle, por su parte, declaró en esa misma fecha que su prioridad es proteger el patrimonio de Veracruz: “Yo tengo que cuidar el patrimonio de Veracruz, esa es mi función”.
Según datos de la Asociación Mexicana de Servicios Petroleros (AMESPAC), Pemex arrastraba una deuda superior a los 404 mil millones de pesos al primer trimestre del año, situación que ha comenzado a afectar directamente la operación y producción de la empresa.
