Son tiempos complejos; como no los habíamos vivido en mucho, mucho, tiempo. Muchos frentes abiertos y, sin un ánimo de defenderla ni perder objetividad, admitir que la mayoría de ellos no los ha generado ella. Por eso, lo mínimo sería que la prensa más proclive al gobierno le diera su apoyo y respaldo irrestricto. Pero en lugar de ello, la presidenta Claudia Sheinbaum podría decirle a varios medios del oficialismo, empezando por La Jornada, “no me ayudes compadre”.

Sé que los de este rotativo en particular no son sus compadres ni están para hacerla de compinches, sin embargo pareciera a veces —y en fechas recientes más— que los pasquines oficiosos y los recalcitrantes de Morena que ahí se expresan hacen de todo por enmendarle la plana a ella y a su gobierno. Especial dedicación le imprimen en diferir de las acciones y estrategias de uno que otro secretario y titular de dependencia federal…

A todos, mismo a algunas autoridades emanadas de la 4t, han sorprendido los mensajes que le envían “los medios del oficialismo” a la primer mandataria. La Rayuela del sábado fue dura: “las bajezas de abogados de delincuentes no se registran y menos aún se responden”. Unos días antes esta otra: “70 millones de litros de huachicol incautados y ningún capo en la cárcel. ¿Cómo está eso?” Y así me puedo seguir con ese y otros espacios informativos. “Fuego amigo”, diría el clásico. Comentarios que se traducen en verdaderos dardos envenenados ya que los otros ataques, los que provienen de críticos pero también de circunstancias externas y retos internacionales, no han hecho más que arreciar. Unos y otros hacen una combinación bien pesada.

Si le preguntaran a una crítica del Movimiento como yo, diría que los mensajes —los antes citados— llevan razón, y el que yo los profiera sería para con ello llevar a la presidenta a mejorar sus decisiones de gestión y al país. Pero viniendo de simpatizantes, ¿no se traduce más bien en golpes cuando más duelen y puede resentirlos?

¿Los mensajes, por ejemplo de La Jornada, tienen como tarea cuestionarla, fortalecerla, o hacerla menos y bronquearse con ella? Lo pregunto muy en serio porque resulta ser que, encima de lo anterior, empoderan a los más radicales de los radicales de Regeneración Nacional.

¿O advertencias…? Que, viniendo de rotativos del oficialismo, se vuelven tanto burla como olvido colectivo. ¿O no alguna vez López Obrador quería demandar al abogado de Genaro García Luna? ¿O no, cuando, en campaña, la hoy presidenta se le ocurrió hacer una suerte de “estudio fotográfico” con Juan Pablo Penilla Rodríguez, el abogado de El Mayo Zambada, en ese momento los espacios de comentarios de Morena no dijeron nada de nada?

Si los medios que en general son pro gobierno fueran un poquito más congruentes y menos busca pleitos con Sheinbaum recordarían que a los abogados del narco les dieron un cargo en el renovado, nuevo, nuevísimoPoder Judicial. Sí, como a Silvia Delgado, la abogada de “El Chapo” Guzmán, quien para mayor inri carece de experiencia judicial… Bien bonito… Y que la litigante no fue de los candidatos de Presidencia (esto es, de Claudia Sheinbaum)… ¡Fue del Poder Legislativo! ¿Ahí sí no dice nada los canales de información oficiales que hoy por hoy cuestionan a la mandataria? No, mutis.

Yo no sé y ciertamente no me importa, ¿pero que no La Jornada debiera tener como primera misión el NO dinamitar a la gente del Ejecutivo federal? ¿A ninguno de sus posibles y naturales sucesores, como es Omar García Harfuch?

Con Donald Trump del otro lado de la frontera, los medios proclives al régimen ¿no tienen algo mejor qué hacer que alimentar la beligerancia contra Claudia Sheinbaum y las aspiraciones de otros posibles sucesores, herederos del Movimiento, que nada la quieren? Hay personalidades de Morena que ni el más mínimo sentido de la prudencia y el buen juicio tienen. Combaten recio a Sheinbaum, y con mayor razón desde que ella ha dejado ver, estimo, lo poco o nada que vale el junior tabasqueño. Pésimos números juntó el vástago en las elecciones de este 2025, incluyendo la raquítica participación en la (farsa de) elección judicial. No deja de ser sorprendente que la prensa del oficialismo actúe como la madre putativa del orgullo del nepotismo de López Obrador.

Aspirantes, suspirantes tiradores hay muchos, pero lo mínimo sería que los medios públicos y los más cercanos a Morena no contribuyeran a debilitar a Claudia Sheinbaum y a su equipo.

Giro de la Perinola

De más está decir el que si las guerras intestinas estén en apogeo no es razón para que la moribunda oposición se regocije.

Verónica Malo Guzmán

Verónica Malo Guzmán es politóloga, consultora política y columnista de opinión. Miembro de International Women’s Forum, destaca por su análisis crítico y su experiencia en temas de política y sociedad.

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