La orden de detención de Hernán Bermúdez Requena, el secretario de Seguridad de Adán Augusto López y de su sucesor, Carlos Merino, en el gobierno de Tabasco, acusado por el mandatario Javier May de ser el verdadero jefe del cártel de La Barredora, no sólo coloca en otro nivel la lucha interna en el oficialismo entre los grupos del gobernador May y el senador Adán Augusto, exhibe, además, la dimensión de la crisis de seguridad y por qué el estado se ha convertido en el centro del robo y la producción de combustible ilegal, en ningún lugar el huachicol esta tan presente, tan relacionado con empresas y políticos estatales y tan a la vista.
La entidad atraviesa por una crisis de violencia sin precedentes y una profunda disputa política dentro del partido gobernante. El estado, que ha sido siempre el bastión de Morena y es cuna política de Andrés Manuel López Obrador, está atrapado por la inseguridad, la penetración del crimen organizado y los escándalos que involucran a figuras clave del poder local y federal.
El enfrentamiento entre Javier May y el exgobernador Adán Augusto López Hernández, que representan corrientes distintas dentro de Morena e incluso dentro del círculo personal de López Obrador, se ha agudizado ante la incapacidad de contener la violencia y el avance del crimen organizado.
El gobernador May atribuye la crisis de seguridad al financiamiento de la fallida campaña para obtener la candidatura presidencial a Adán Augusto vía mecanismos de corrupción interna y por la actividad del grupo criminal La Barredora, que habría apoyado al exsecretario de Gobernación, mientras que los aliados de Adán Augusto consideran que May carece de capacidad para gobernar el estado y mantener el control político y social. Una figura central es José Ramiro López Obrador, el hermano del expresidente, quien fue subsecretario de Gobierno con Adán Augusto y ahora es secretario de Gobierno con May, y quien ahora denuncia que está surgiendo por fin la “pudrición” del gobierno anterior… del que él fue parte central.
El cártel de La Barredora es un grupo criminal que, en su momento, ganó espacios gracias a alianzas con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y, en algunos municipios, con el Cártel de Sinaloa. La Barredora, originalmente surgida en Guerrero, se instaló en Tabasco, donde ejerce la extorsión, el narcotráfico, el tráfico de migrantes y, sobre todo, el robo de combustible, todo con amplias complicidades políticas.
Pero La Barredora y el CJNG rompieron con el cambio de gobierno (hay quienes opinan que la primera es apoyada por Adán Augusto y los segundos por la gente de May) y eso ha generado una escalada de violencia que se refleja en masacres, asesinatos de policías, bloqueos y ataques a instalaciones estratégicas. Desde entonces es normal el hallazgo de cuerpos desmembrados, ataques a bares y restaurantes, los asesinatos de empresarios, y agentes y oficiales de policía, lo que obligó al gobierno federal a enviar refuerzos de la Guardia Nacional y el Ejército para intentar contener la situación.
Hernán Bermúdez Requena es un poco el símbolo de todo esto. Fue designado secretario de Seguridad de Tabasco por Adán Augusto López, y señalado como líder de La Barredora, es llamado en ese grupo El Comandante H. Bermúdez negociaba con criminales, autorizaba liberaciones y otorgaba privilegios a líderes del narco y está detrás, también, de la industria del huachicol. Desde finales de 2024, se giró una orden de aprehensión en su contra. Actualmente, se cree que está en Brasil, y se ha pedido a Interpol su captura.
El robo de combustible es una de las principales fuentes de financiamiento del crimen organizado en el estado, en complicidad con el propio poder local. Tabasco se ha convertido en el centro de operaciones de extracción, almacenamiento y distribución ilegal de hidrocarburos, aprovechando su ubicación, la presencia de infraestructura petrolera y la complicidad política.
En mayo pasado, autoridades federales realizaron el mayor decomiso de huachicol en la historia del estado: más de tres millones de litros de combustible almacenados en tres mil 904 contenedores, junto con vehículos y maquinaria especializada. Luego se descubrió una refinería ilegal cerca del complejo de Pajaritos, que funcionaba impunemente a la vista de todos desde 2018, según las autoridades federales.
Mientras tanto, la violencia y el huachicol han tenido un impacto devastador en la vida de los tabasqueños, que conviven con el miedo, los desplazamientos forzados y la desconfianza y la fractura de las instituciones. Todo en medio de las acusaciones mutuas de complicidad o ineptitud.
El caso de Bermúdez es central para la reconfiguración política del estado. Pero también por los personajes involucrados, para los equilibrios internos de Morena. El desafío no es solamente político, implica recuperar el control territorial, desmantelar las redes de corrupción y crimen organizado, romper las complicidades que permiten el huachicol masivo y reconstruir la confianza ciudadana.
La complicidad entre el poder político y el crimen organizado, junto con la fragmentación de Morena configuran un escenario que tendrá repercusiones a nivel nacional. Porque, en última instancia, Tabasco siempre ha sido el principal feudo de poder del señor de Palenque.