Varias señales apuntan a un golpe en la mesa desde la Presidencia de la República. Al menos así lo han interpretado en la cúpula de la Cuarta Transformación donde recibieron las últimas noticias como un “estate quieto” a los distintos liderazgos del Congreso de la Unión.
El caso de Hernán Bermúdez, quien fue designado en 2019 por el entonces gobernador Adán Augusto López como secretario de Seguridad en Tabasco, además de ser penoso para el grupo político de Tabasco, evidencia que la presidenta Claudia Sheinbaum busca desmantelar el poder del presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.
De acuerdo con las mismas fuentes, el respaldo de Palacio al gobernador Javier May en favor de su grupo obradorista, desplazan al general Audomaro Martínez Zapata y al propio Adán Augusto de su centro gravitatorio, su agua, Tabasco, quienes se estaban reorganizando después de su derrota en 2024 rumbo al 2030, tanto en el estado como en la federación.
Sin la Secretaría de Gobernación, sin el Centro Nacional de Inteligencia, y con la Sedena y la Marina coordinadas con el secretario Omar García Harfuch, deja a los tabasqueños atados al destino de Bermúdez Requena. La secretaria Rosa Icela Rodríguez tampoco puede hacer mucho en favor de sus antiguos aliados. Tal parece que la orden fue dada, sin chistar.
En San Lázaro las señales se acumulan, luego del desdén de Morena, el Partido Verde y el PT a la propuesta contra el nepotismo y la no reelección de Sheinbaum Pardo. Desde luego, en Presidencia habían dedicado las reformas a los Monreal de Zacatecas, a los Gallardo de San Luis Potosí y a los Salgado de Guerrero.
Pero también a la familia de Sergio Gutiérrez Luna, engolosinada con el poder. Este jueves la presidenta reprochó la sanción impuesta por el Tribunal Electoral Judicial contra la ciudadana Karla Estrella, tras la denuncia de la diputada federal petista Diana Karina Barreras.
La esposa de Gutiérrez Luna acusó por violencia política de género a aquella ciudadana, quien tendrá que pedir disculpas públicas durante 30 días. “No está bien esta exigencia”, dijo la presidenta. “Si puede haber una sanción del Tribunal de decir no hubo fundamento, es bueno que haya disculpa pública y bueno, se hace disculpa pública”.
En los grupos parlamentarios de Morena no pueden evitar contraerse de vergüenza ante lo que hacen sus liderazgos, regateando a Sheinbaum y sintiéndose dueños de la mayoría calificada de la 4T. “Esto es un estate quieto de la presidenta”, aseguran los legisladores obradoristas y agregan varios nombres más: Gerardo Fernández Noroña empecinado en la Mesa Directiva del Senado y Pedro Haces en la coordinación política de Morena en San Lázaro.
Aunque las consecuencias arrasan a todos los grupos parlamentarios aliados de la 4T. Pues la pregunta que ronda entre los mismos legisladores es sencilla: si eso les hizo a ellos, ¿qué nos espera a nosotros?